“La risa es la mejor medicina”, suele decirse como consejo para evitar las preocupaciones. Pero la investigación científica ya ha demostrado que la terapia de la risa sí tiene beneficios para la salud humana.
Hay pruebas de que la risoterapia alivia la depresión, la ansiedad, el estrés y el dolor crónico, al tiempo que refuerza la función inmunitaria. Ya se ha recomendado como complemento de los tratamientos probados para los trastornos de salud mental, el cáncer, la diabetes, y la enfermedad coronaria.
Ahora, científicos de China, Estados Unidos y Reino Unido han encontrado evidencias que demuestran que la terapia de la risa también podría ser útil para personas con ojo seco, una enfermedad que afecta la superficie ocular y genera molestias oculares subjetivas crónicas, inestabilidad de la película lagrimal y alteraciones visuales.
Los investigadores publicaron los resultados del estudio en la revista especializada The BMJ. Antes de empezar tuvieron en cuenta que la prevalencia del problema del ojo seco aumentó considerablemente. Se estima que más de 360 millones de personas en el mundo lo padecen hoy, como consecuencia de la mayor cantidad de años de vida de la población, el uso de pantallas y la contaminación del aire.
Generalmente, se suele indicar el uso de lágrimas artificiales como tratamiento del ojo seco. No es un trastorno que pueda provocar la muerte de la persona afectada, pero puede reducir sustancialmente la calidad de vida y supone una carga económica considerable, sobre todo entre los usuarios de lágrimas artificiales a largo plazo.
El mercado mundial de lágrimas artificiales tuvo ingresos de 2.740 millones de dólares en 2022, y se espera que alcance los 4.400 millones de dólares en 2031. Además, los costos sociales, como la pérdida de productividad laboral y los efectos psicológicos y físicos de la sequedad ocular, se estiman en 55.000 millones de dólares en los Estados Unidos.
Los investigadores también tuvieron en cuenta que estudios anteriores habían sugerido una correlación entre la enfermedad del ojo seco y la salud mental. En particular, se referían a trastornos como la depresión y la ansiedad.
Se preguntaron entonces si la terapia de la risa (que empezó a proponerse desde 1979) podía usarse como una intervención para los pacientes con ojo seco. Diseñaron un tipo de estudio controlado, aleatorizado y de “no inferioridad”.
De esta manera, buscaron evaluar la eficacia y la seguridad del ejercicio de la risa en pacientes con enfermedad del ojo seco sintomática y ver si un nuevo tratamiento no era menos eficaz que el tratamiento estándar como las lágrimas artificiales que contienen hialuronato sódico al 0,1%.
El reclutamiento de participantes se realizó en clínicas y en la comunidad, y el ensayo se llevó a cabo en el Centro Oftalmológico de Zhongshan de la Universidad Sun Yat-sen, el mayor centro oftalmológico de China, entre el 18 de junio de 2020 y el 8 de enero de 2021.
Se incluyeron 299 participantes de clínicas y áreas circundantes a través de anuncios y redes sociales. Tenían edades entre 18 y 45 años, padecían ojo seco sintomático. Se asignaron en dos ramas: un grupo hizo ejercicios de risa (149) y el resto fue el grupo de control, que utilizó gotas oculares de ácido hialurónico al 0,1%. Ambas intervenciones fueron administradas cuatro veces al día durante ocho semanas.
El ejercicio de la risa, adaptado de métodos existentes de terapia de la risa, involucraba repetir vocalizaciones específicas. Se incluyó el uso de una aplicación personalizada de reconocimiento facial, que aseguraba la adherencia al tratamiento enviando recordatorios.
Los participantes del grupo control también registraban el uso de sus gotas oculares en la aplicación. Los investigadores realizaron visitas de seguimiento hasta las 12 semanas y se registraron eventos adversos.
Al analizar los resultados, hubo un cambio medio en la puntuación del test OSDI (que se usa para clasificar la gravedad del ojo seco) a las ocho semanas: mostró una reducción significativa en ambos grupos. Eso significó que el ejercicio de risa no era inferior a las lágrimas artificiales. A las 12 semanas, el grupo de ejercicios de risa mostró una disminución mayor en las puntuaciones del test OSDI comparado con el grupo control.
El grupo de ejercicios de risa también mostró mejoras en las puntuaciones de subescalas de salud mental, pero no hubo diferencias significativas en las puntuaciones de ansiedad o depresión en comparación con los controles.
Notablemente, no se reportaron eventos adversos en ninguno de los grupos, y eso respalda la seguridad y potencial eficacia de la terapia de risa como intervención para ojo seco sintomático.
Para los investigadores, se necesitarán más estudios para explorar la frecuencia y duración óptimas del ejercicio de risa, investigar sus mecanismos biológicos y evaluar su eficacia para otras afecciones oculares.
En diálogo con Infobae, Patricio Schlottmann, jefe de investigación clínica del Centro Oftalmológico Charles en Buenos Aires, Argentina, y miembro de la Academia Americana de Oftalmología de los Estados Unidos, comentó sobre el estudio publicado en The BMJ: “El trabajo es interesante, ya que plantea un ejercicio de aumento de la producción lagrimal derivado de algo totalmente inocuo como reírse. Es algo que probablemente sirva a muchos pacientes”.
Schlottmann señaló que la terapia de la risa podría ser útil para la mayoría de los pacientes con ojos seco. Pero con un grupo que tienen lágrimas de mala calidad o daño inflamatorio en las glándulas productoras de lágrimas, la risa no reemplazaría el déficit.
“Las lágrimas artificiales muchas veces contienen conservantes que en el largo plazo y en algunos pacientes en particular pueden producir complicaciones. Por eso existen las lágrimas artificiales sin preservantes que son mejor toleradas en general”, comentó.
La recomendación fundamental -enfatizó el experto- es controlarse con el profesional de la oftalmología para asegurarse que el diagnóstico sea el correcto y que no esté en presencia de algún síntoma de un cuadro más grave que aún no se ha diagnosticado. “Luego de esa instancia, la risa podría ser perfectamente una intervención médica posible y efectiva, como lo describe el nuevo estudio”, afirmó Schlottmann.
“La enfermedad del ojo seco es un trastorno crónico multifactorial que está estrechamente relacionado con la salud mental y el estilo de vida. El nuevo estudio demuestra que con la risoterapia puede producirse una mejora clínica subjetiva y objetiva del ojo seco. Sus resultados no son inferiores a los obtenidos con lágrimas artificiales”, dijo a Infobae el médico Francisco Lucero Saa, jefe de trasplante de córnea del Hospital Británico y miembro de la Sociedad Argentina de Superficie Ocular.
Como el ojo seco es una enfermedad multifactorial, “hay que evaluar en cada paciente cuál es el mecanismo principal que lo está originando para indicar un tratamiento adecuado. Puede haber cuadros leves (que son la mayoría) y cuadros más severos (por ejemplo, por enfermedades autoinmunes que pueden llevar a una perforación corneal). La risa no va a curar el ojo seco, pero puede ayudar”, opinó Lucero Saa.
En cambio, el doctor Juan Gallo, investigador en oftalmología del Conicet y del Hospital Universitario Austral, opinó al ser consultado por Infobae que “si bien se trata de un estudio interesante, hay que considerar que se realizó solo en la población de China. Antes de recomendar el tratamiento de la risa a mis pacientes, esperaría el resultado de estudios similares realizados en otras partes del mundo, en poblaciones de origen no chino”.