Científicos del Reino Unido y China se preguntaron qué provocó la mayor extinción de la vida en el planeta Tierra hace unos 252 millones de años, y descubrieron que los responsables fueron los megaeventos de calentamiento de los mares causados por el fenómeno de El Niño.
El fenómeno de El Niño /Oscilación del Sur (ENSO) consiste en el aumento de las temperaturas en la parte central y oriental del Océano Pacífico ecuatorial, y en cambios en la atmósfera. Ocurre cada dos a siete años e implica un riesgo de aumento de las lluvias y tormentas en algunas zonas del sur de Sudamérica o el riesgo de sequía en otras áreas.
El nuevo estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, y de la Universidad China de Geociencias, en Wuhan, China. Fue publicado en la revista Science.
Arrojaron luz sobre por qué los efectos del rápido cambio climático en el calentamiento durante el Período Pérmico-Triásico fueron tan devastadores para todas las formas de vida en el mar y en la tierra hace 252 millones de años.
La extinción masiva que marcó el final del período Pérmico fue uno de los cinco eventos catastróficos globales en la historia de la Tierra, tan devastador como el impacto del asteroide que provocó la extinción de los dinosaurios.
Encontraron que “una combinación de fenómenos extremos de El Niño y el calentamiento del estado medio provocaron la deforestación, la desaparición de los arrecifes y una crisis del plancton, todo lo cual dio lugar a un ciclo de retroalimentación positiva que condujo a un clima medio aún más cálido y a fenómenos de El Niño aún más intensos”, escribió el editor de la revista Science, Jesse Smith.
Qué llamó la atención de los científicos
Los científicos llevaban mucho tiempo relacionando la extinción masiva de hace más de 250 millones de años con vastas erupciones volcánicas en lo que hoy es Siberia. una vasta región geográfica que ocupa la parte oriental de la Federación de Rusia.
Las emisiones de dióxido de carbono resultantes aceleraron rápidamente el calentamiento del clima. Provocaron un estancamiento generalizado y el colapso de los ecosistemas marinos y terrestres.
Pero seguía siendo un misterio la causa de que la vida terrestre, incluidas las plantas y los insectos (que por lo general eran resistentes) sufriera las mismas consecuencias.
De acuerdo con el doctor Alexander Farnsworth, coautor del estudio e investigador asociado de la Universidad de Bristol, “el calentamiento del clima por sí solo no puede provocar extinciones tan devastadoras porque, como estamos viendo hoy, cuando los trópicos se calientan demasiado, las especies migran a latitudes más altas y frías”.
Pero su investigación reveló que el aumento de los gases de efecto invernadero no sólo calienta la mayor parte del planeta, sino que también incrementa la variabilidad meteorológica y climática. Lo hace aún más “salvaje” y difícil de sobrevivir para la vida.
Qué implica el hallazgo
Durante las décadas pasadas, los científicos dedicados a las cuestiones climáticas han demostrado que las personas hoy son responsables del calentamiento global de los últimos 200 años.
Según Naciones Unidas en base al Panel Intergubernamental de Cambio Climático, las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas, generan gases de efecto invernadero que elevan la temperatura del planeta al ritmo más rápido de los 2000 años pasados.
En el nuevo estudio publicado en Science, el análisis de la catástrofe del Período Pérmico-Triásico demuestra que el problema del calentamiento global no es sólo una cuestión de que haga un calor insoportable, sino también de que las condiciones oscilen salvajemente durante décadas.
“La mayor parte de la vida no logró adaptarse a estas condiciones, pero afortunadamente sobrevivieron algunas cosas, sin las cuales hoy no estaríamos aquí. Fue casi, pero no del todo, el fin de la vida en la Tierra”, afirma el profesor Yadong Sun, de la Universidad China de Geociencias de Wuhan y coautor del estudio.
La magnitud del calentamiento del Pérmico-Triásico se descubrió estudiando los isótopos de oxígeno presentes en los dientes fosilizados de unos organismos nadadores diminutos llamados conodontos.
Mediante el estudio de los registros de temperatura de conodontos de todo el mundo, los investigadores pudieron demostrar un notable colapso de los gradientes de temperatura en las latitudes bajas y medias.
Farnsworth, que utilizó una modelización climática pionera para evaluar los resultados, afirmó: “Básicamente, hizo demasiado calor en todas partes. Los cambios responsables de los patrones climáticos identificados fueron profundos porque se produjeron fenómenos de El Niño mucho más intensos y prolongados que los que se observan hoy en día. Las especies simplemente no estaban preparadas para adaptarse o evolucionar con suficiente rapidez”.
En los últimos años, los episodios del fenómeno El Niño han provocado grandes cambios en los patrones de precipitaciones y temperatura.
Por ejemplo, los extremos meteorológicos que provocaron la ola de calor de junio de 2024 en América del Norte, cuando las temperaturas fueron unos 15 grados más altas de lo normal. También 2023 fue uno de los años más calurosos registrados en todo el mundo debido a un fuerte fenómeno de El Niño en el Pacífico, que se vio agravado por el aumento de CO2 inducido por el ser humano que provocó sequías e incendios catastróficos en todo el mundo.
“Afortunadamente, hasta ahora estos fenómenos sólo han durado uno o dos años seguidos. Durante la crisis del Pérmico-Triásico, El Niño persistió durante mucho más tiempo, lo que provocó una década de sequía generalizada, seguida de años de inundaciones. Básicamente, el clima era muy variable, lo que dificulta mucho la adaptación de las especies”, explicó Paul Wignall, coautor del estudio y catedrático de paleoambientes de la Universidad de Leeds.
Los resultados de la modelización climática también ayudan a explicar el abundante carbón vegetal hallado en las capas rocosas de esa época.
“Los incendios forestales son muy frecuentes en climas propensos a la sequía. La Tierra quedó atrapada en un estado de crisis en el que la tierra ardía y los océanos se estancaban. No había dónde esconderse”, añadió el coautor, el profesor David Bond, paleontólogo de la Universidad de Hull.
“Mientras que los océanos estaban inicialmente protegidos de los aumentos de temperatura, los mega-El Niño provocaron que las temperaturas en tierra superaran la tolerancia térmica de la mayoría de las especies a un ritmo tan rápido que no pudieron adaptarse a tiempo”, explicó el doctor Sun.
“Sólo las especies que podían migrar rápidamente podían sobrevivir, y no había muchas plantas o animales que pudieran hacerlo -comentó-. La extinción masiva del Permo-Triásico, aunque devastadora, acabaría viendo el surgimiento de los dinosaurios, que se convertirían en la especie dominante”.