Si hay algo que el empresario, multimillonario e innovador Elon Musk no tiene son límites. En su afán por hacer un producto mejor, más rápido, más eficaz o seguro, el dueño de múltiples exitosas compañías siempre está a la vanguardia de un nuevo reto que supere una marca ya registrada.
Parece como si no estuviese satisfecho con lo alcanzado, que siempre está buscando un nuevo desafío para apuntar y superar. Y un ejemplo de ello es la misión espacial Polaris Dawn, donde su empresa SpaceX buscará alcanzar la mayor distancia a la Tierra registrada de la cápsula tripulada Dragon que si todo va bien será lanzada este domingo, luego de dos intentos fallidos, uno por una fuga de helio y otro por malas condiciones climáticas.
Es esta nueva misión espacial que tiene por fin impulsar el turismo espacial, SpaceX planea enviar cuatro personas a la órbita de la Tierra en un audaz vuelo que probará nueva tecnología, expondrá a los astronautas a altos niveles de radiación y potencialmente cambiará la forma en que se realizan las caminatas espaciales futuras, ya que buscará realizar la primera caminata espacial privada de una manera novedosa.
La misión financiada totalmente con fondos privados, llamada Polaris Dawn, está dirigida por el multimillonario Jared Isaacman, quien participó y financió la primera misión espacial privada totalmente civil en 2021, llamada Inspiration 4.
Junto a Isaacman, también viajarán las ingenieras de SpaceX Sarah Gillis y Anna Menon, así como al ex piloto de la Fuerza Aérea Scott Poteet. El equipo pasará cinco días a bordo de la nave Crew Dragon de SpaceX y viajará a 1400 kilómetros de la Tierra, en la misión tripulada más lejana a nuestro planeta desde el vuelo espacial Apolo 17 de 1972 a la Luna, cuando lo normal para los turistas espaciales es alcanzar los 80 km en el avión Virgin Galactic; los 100 km en los cohetes de la empresa Blue Origin de Jeff Bezos o hasta los 400 km que muchos visitantes lograron al habitar la Estación Espacial Internacional en varias ocasiones.
Esa distancia récord para el turismo espacial colocará a la nave a más de 300 kilómetros dentro de los cinturones de radiación de Van Allen, detectados en la primera misión espacial estadounidense en 1958 y que son regiones en el espacio que rodean el planeta y tienen altos niveles de radiación, que no solamente pueden dañar los instrumentos de la nave espacial, sino que también pueden ser riesgosos para la salud humana por las partículas altamente cargadas que tienen.
Será todo un desafío para la cápsula Crew Dragon de SpaceX, que deberá demostrar, de cara a próximas misiones tripuladas a la Luna y a Marte, que las computadoras han avanzado mucho desde los años 70 y la era Apolo, que fue la última vez que los humanos tuvieron que lidiar con el nivel de radiación de Van Allen.
Los planes de la misión espacial es que dos miembros de la tripulación, Isaacman y Gillis, salgan de su vehículo cuando la nave esté situada a unos 700 kilómetros de la Tierra y lo hagan a través de una escotilla con abertura y salida directamente al espacio, lo que hará exponer la totalidad de la cápsula al vacío espacial, en lugar de hacerlo a través de una esclusa de aire, como suelen hacer los astronautas.
Los pasajeros se aclimatarán a condiciones despresurizadas en el transcurso de aproximadamente 45 horas para evitar que entren burbujas de nitrógeno en el torrente sanguíneo, que pueden ser mortales. Eso implica que toda la tripulación y todos los sistemas electrónicos a bordo deberán ser capaces de soportar la radiación de Van Allen.
Pese a que solo dos personas saldrán al exterior, los cuatro deberán ponerse los nuevos trajes espaciales de SpaceX antes de que Isaacman y Gillis comiencen su caminata.
En tierra, la cápsula se sometió a rigurosas pruebas para garantizar que la radiación no queme sus circuitos, dejando varados a los astronautas. Pero los ingenieros saben muy bien que una cosa es un simulador y otra cosa es la realidad. Una cosa es probar el equipo en tierra y otra en el espacio, donde no hay misiones de rescate posibles a esa distancia si algo sale mal.
Las mentes brillantes de SpaceX esperan que la misión brinde información valiosa sobre cómo construir instrumentos y naves espaciales resistentes a la radiación con vistas a futuras misiones espaciales ya sea con turistas o astronautas profesionales.
“Nuestra tecnología actual es cada vez más susceptible a estas partículas aceleradas porque incluso el impacto de una sola partícula puede alterar nuestros instrumentos y dispositivos electrónicos, cada vez más pequeños”, explicó David Sibeck, científico de la misión Van Allen Probes en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, al Centro Espacial de Houston.
“A medida que avanza la tecnología, resulta cada vez más urgente comprender y predecir nuestro entorno espacial”, sostuvo.
“Tenemos mucho que aprender [de esta misión] sobre la salud humana, la ciencia y la investigación”, aseguró Isaacman, un filántropo y billonario estadounidense, fundador de Shift4, que en 2021 financió y participó en el primer viaje espacial realizado por la empresa SpaceX con una tripulación únicamente compuesta por civiles, llamado Inspiration4. Los cuatro miembros se embarcaron en una excursión a 575 kilómetros de la superficie de la Tierra que duró 3 días. El objetivo fue el de recaudar fondos para el Hospital de Investigación Infantil St. Jude.
El propósito del ambicioso viaje no se enfoca solamente en la experiencia de caminar por el espacio, sino también en el probar el nuevo diseño de un traje espacial de Actividad Extravehicular (EVA, por sus siglas en inglés) de última generación, también creado por SpaceX.
Basado en el traje que ya utilizan las tripulaciones de Dragon para el despegue y el aterrizaje, el traje de Polaris Dawn añade un casco impreso en 3D con una visera de una sola capa y una pantalla de visualización frontal para las métricas del traje. Es ignífugo gracias a su tejido elástico, sellos y válvulas de presión redundantes, novedosas juntas de rotor y botas hechas del mismo material retardante del calor que se utiliza en el Falcon 9.
Desarrollado solo en dos años y medio, el traje en lugar de tener sistemas de soporte vital integrados, como en el de la NASA, la nueva vestimenta de Space X se conecta a la nave espacial a través de un tubo, y es así es como Isaacman y Gillis podrán respirar mientras realizan su caminata espacial.
“El desarrollo de este traje y la ejecución de la caminata espacial serán pasos importantes hacia un diseño escalable para trajes espaciales en futuras misiones de larga duración a medida que la vida se vuelve multiplanetaria”, comunicó SpaceX en su cuenta de la red social X.
“Esperamos que los resultados aceleren la visión de SpaceX de hacer que la vida sea multiplanetaria y apoyen al Hospital de Investigación Infantil St. Jude y sus esfuerzos por mejorar las tasas de supervivencia globales para el cáncer infantil y otras enfermedades potencialmente mortales”, expresó Isaacman en un comunicado.
La caminata espacial de Gillis e Isaacman, que se planea realizar a una altitud de 700 km, batirá varios récords mundiales. Casi el doble de alto que la ISS y 185 km por encima de la posición orbital del telescopio espacial Hubble. Será la caminata más alta jamás realizada en la órbita terrestre, rompiendo el récord de altitud de 1.370 km establecido por los astronautas de Gemini 11 Charles “Pete” Conrad y Richard “Dick” Gordon en septiembre de 1966.
Gillis, que tendrá 30 años y 242 días en la fecha prevista de la EVA, también se convertirá en el ser humano más joven en realizar una caminata espacial, eclipsando al primer cosmonauta soviético en realizar una caminata espacial, Alexei Leonov, que tenía 30 años y 292 días cuando flotó fuera de la cápsula Voskhod-2 en marzo de 1965.
Junto con Menon, Gillis también volará a la mayor altitud jamás alcanzada por una mujer. Duplicarán con creces los 576 kilómetros que alcanzaron las astronautas Kathy Thornton, Nancy Currie y Megan McArthur en tres vuelos de reparación del telescopio espacial Hubble entre 1993 y 2009.
¿Cómo será posible la caminata espacial?
Los primeros dos días del viaje estarán marcados por el precavido ascenso de la cápsula Crew Dragon y una gran variedad de experimentos científicos. Uno de los objetivos será el comprobar los efectos de la radiación del entorno en la salud humana para futuras misiones a la Luna o hasta Marte.
Es que la órbita de Polaris Dawn pasará por una región llamada Anomalía del Atlántico Sur, por donde pasa el más bajo de los dos cinturones de Van Allen de la Tierra, una zona de partículas cargadas de energía que se extiende de 1000 a 58.000 kilómetros por encima del planeta.
Por sus altas concentraciones de electrones y protones energéticos, los cinturones de Van Allen son dañinos para los humanos si se exponen a ellos durante períodos prolongados. La dosis de radiación prevista para la tripulación de Polaris Dawn durante solo 5 días en este entorno es equivalente a tres meses a bordo de la Estación Espacial Internacional. Ya en el tercer día, se embarcarán en la caminata espacial de dos horas que será transmitida en vivo.
Uno de los riesgos a los que se exponen los tripulantes es el síndrome de descompresión que es el “trastorno que se produce al disminuir bruscamente la presión de la atmósfera en la que se halla un individuo, lo que hace que parte del gas disuelto en sus tejidos forme microburbujas que lesionan las estructuras adyacentes o pasan a la sangre y originan embolias gaseosas. Es un accidente propio de buceadores, aviadores y, eventualmente, astronautas.
Para evitar esto, se realizará un proceso de “respiración previa” para prepararse antes de realizar la caminata espacial. Se trata de respirar oxígeno puro para eliminar el nitrógeno de la sangre que podría generar las burbujas.
La tripulación durante el viaje hará 36 experimentos espaciales, muchos de ellos tienen que ver con la salud humana parar profundizar en la investigación sobre los efectos de los vuelos espaciales en el organismo.
Así, la tripulación investigará los cambios en la forma de los ojos y la visión que experimentan algunos astronautas, posiblemente debido a los desplazamientos de fluidos hacia la cabeza en condiciones de microgravedad, utilizando ecografías 3D y lentes de contacto “inteligentes” con sensores diminutos.
Recogerán muestras biológicas y probarán herramientas para evitar la pérdida ósea y muscular, así como un nuevo medicamento contra las náuseas. E intentarán comprender el papel del cerebro en el aprendizaje y la memorización del entorno espacial para viajes repetidos.
Los miembros de la tripulación también evaluarán cómo los futuros viajeros del espacio profundo podrían diagnosticarse y tratarse a sí mismos con equipos comerciales disponibles y probarán la viabilidad de la RCP en el espacio para futuras misiones espaciales.