Los astronautas Butch Wilmore y Sunita Williams de la NASA, jamás se imaginaron que iban a estar indefinidamente viviendo en el espacio, cuando fueron seleccionados para probar la nueva cápsula Starliner de Boeing, en un viaje que debía durar 8 días y ya lleva 70.
A bordo de la nueva nave del gigante aeronáutico, los astronautas con amplia experiencia como pilotos en la Tierra y astronautas en anteriores viajes, sabían que este proyecto se trataba del primer vuelo tripulado experimental de Starliner, con destino a la Estación Espacial Internacional (EEI) y que podría tener problemas.
¿Pero cuáles han sido esos problemas que impiden un regreso seguro a la Tierra a bordo de Starliner? ¿Cuándo sucedieron esas fallas?
Cuáles son las fallas de la cápsula Starliner
Los expertos de Boeing han estado evaluando los problemas de la cápsula Starliner cuando comenzó a sufrir fugas de helio y mal funcionamiento de varios propulsores durante el acoplamiento con la EEI el 6 de junio último.
Ya antes del lanzamiento se había producido una fuga de helio en el sistema de propulsión de la nave espacial, que los ingenieros atribuyeron a un sello dañado que concluyeron que era un problema aislado. Después de alcanzar la órbita, los controladores informaron de dos fugas de helio más en la nave espacial, seguidas de otras dos, aunque mucho más pequeñas, después de que la nave espacial se acoplara.
Además, cuando Starliner se acercaba a la estación espacial un día después del lanzamiento, problemas de última hora en los propulsores estuvieron a punto de hacer descarrilar el acoplamiento al laboratorio orbital. Cinco de los 28 propulsores de la cápsula se averiaron durante la llegada y atraco. Y todos menos uno, volvieron a ponerse en marcha los días siguientes.
La nave Starliner ya tenía una pequeña fuga de helio cuando se puso en órbita y durante el vuelo se produjeron varias fugas más. El helio se utiliza para presurizar el combustible de los propulsores. Boeing dijo esta semana que los dos problemas no son motivo de preocupación para el viaje de regreso.
En los días sucesivos, los ingenieros tanto en Tierra como en el espacio evidenciaron el punto más crítico de las múltiples fallas de distintos sistemas y dieron un diagnóstico que no dejó contentos a las autoridades de la NASA. Hallaron un mal funcionamiento de los propulsores del sistema de control de reacción múltiple, el mismo que se utiliza para activar el motor de la nave en la salida de la EEI y en la reentrada a la atmósfera terrestre.
Mientras sucedía este diagnóstico poco alentador, los astronautas Suni Williams y Butch Wilmore, aclararon a través de comunicaciones con la Estación Espacial en reiteradas ocasiones que no están varado en el espacios, sino que hubo algunas complicaciones y hay mucha gente trabajando para resolverlos y que ellos puedan volver de forma segura a la Tierra.
Hoy los ingenieros de NASA están revisando semanas de datos de pruebas y evaluando diversas opciones para traer de vuelta a los astronautas, según indicó Ken Bowersox, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la Agencia Espacial Estadounidense.
“Una revisión formal se llevaría a cabo “a finales de la próxima semana o principios de la siguiente”, agregó Bowersox en otras declaraciones.
Y explicó: “La decisión final sobre cómo traer de vuelta a los astronautas no sólo es crucial para su seguridad, sino que también impactará en la gestión de recursos y el correcto funcionamiento de las operaciones en la EEI. Estamos en un punto donde, en la última semana de agosto, realmente deberíamos tomar una decisión, si no antes”.
“No tenemos ninguna prisa por volver a casa”, dijo por su parte el director del programa de tripulación comercial de la NASA, Steve Stich en un intento por desdramatizar la situación que viven los astronautas.
“Debe haber algún tipo de efectos de los propulsores”, asumió Stich, ya sea efectos térmicos de los propulsores encendidos o desgaste de los sellos debido a las superficies deslizantes del sistema de propulsión. Y señaló que el sistema de propulsión tiene una demanda menor durante el desacoplamiento y la salida de órbita que durante la aproximación y el acoplamiento. “Eso nos da cierta confianza en relación con la gestión del sistema”, añadió.
Y destacó que “el equipo está realmente esforzándose por analizar todos los datos y ver si podemos obtener una explicación física adecuada de lo que está ocurriendo. Eso es lo que el equipo está realmente tratando de hacer: entender por qué se calientan estos propulsores y por qué están obstruyendo las válvulas”. Esta falta de certeza es lo que ha llevado a la NASA a considerar otras opciones más seguras.
Los expertos de la NASA realizan hoy distintas pruebas en tierra de los propulsores RCS de Starliner para intentar duplicar las condiciones observadas por los mismos que fallaron durante la aproximación a la estación orbital.
“Entendemos estos problemas para un regreso seguro. Pero aún no entendemos estos problemas lo suficiente como para solucionarlos de manera permanente”, precisó Mark Nappi, vicepresidente de Boeing y gerente del programa de tripulación comercial, sobre los problemas con los propulsores y la fuga de helio en la última reunión informativa.
Fuentes especializadas dejaron deslizar que existe preocupación dentro de la agencia espacial estadounidense de que si la combinación correcta de propulsores falla cuando Starliner se desacopla de la EEI, la nave podría girar fuera de control e incluso chocar la estación espacial.
“Si te estás desacoplando de la estación espacial y pierdes más de una cierta cantidad de tus propulsores, existe la posibilidad de que te quedes atrapado a la deriva o incluso te estrelles contra la Estación Espacial”, alertó Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica de Harvard y Smithsonian en declaraciones esta semana.
Opciones de regreso a casa
La NASA está considerando tres posibles soluciones para concretar el regreso de Wilmore y Williams. La primera es solucionar los problemas en la averiada cápsula Starliner. La segunda es recurrir a una de las cápsulas Crew Dragon de SpaceX. Y la tercera que no quieren hacer es solicitar a los rusos que los astronautas vuelen en una de las cápsulas Suyoz que están atracadas en la EEI para ser utilizadas ante una emergencia de evacuación.
La agencia espacial rusa Roscosmos está en contacto permanente con la NASA sobre la situación de los dos astronautas de la primera misión tripulada de la nave Starliner de Boeing a la EEI, que presentó fallos y cuyo retorno a la Tierra es incierto.
“Los colegas estadounidenses tienen problemas con el Starliner, no saben cómo enviar la tripulación a la Tierra. Estamos en diálogo permanente con ellos”, afirmó el director general de Roscosmos, Yuri Borísov, en un foro celebrado ayer en la región de Moscú.
Si se opta la opción de volver en una de las ya probadas y seguras cápsulas de SpaceX, propiedad del empresario Elon Musk, los astronautas tendrían que permanecer en la estación espacial por 6 meses más y regresar al finalizar la misión Crew-9 en febrero del 2025, ocupando los asientos vacíos que dejarían dos astronautas que originalmente iban a formar parte de esa misión.
“Los astronautas han estado utilizando su tiempo adicional en la estación para realizar experimentos científicos y asistir al equipo actual en tareas de mantenimiento. Aunque están informados sobre el proceso de decisión, deben confiar en la experiencia de los ingenieros y gerentes de misiones en tierra”, explicó Joe Acaba, jefe de la Oficina de Astronautas en el Centro Espacial Johnson de la NASA.
La prolongación de la estancia de Williams y Wilmore en la EEI también plantea desafíos logísticos. Aunque ambos astronautas han sido entrenados para permanecer en el espacio durante largos periodos, su misión inicial no contemplaba una estancia tan prolongada.
En su única conferencia de prensa desde el espacio en julio, aseguraron a los periodistas que se mantenían ocupados, ayudando con reparaciones e investigación, y expresaron confianza en todas las pruebas que se le están haciendo a Starliner.
El retraso y mal funcionamiento de la cápsula de Boeing ha hecho que la NASA debiera retrasar más de un mes la próxima misión Crew Dragon de SpaceX, un vuelo de rutina llamado Crew-9, que se espera envíe tres astronautas de la NASA y un cosmonauta ruso a la EEI para una estancia de 6 meses.
Esa misma tripulación podría reducirse solo a dos astronautas para que tanto Butch como Sunni tengan los otros dos asientos libres para retornar en forma segura a la Tierra.