El dilema de los astronautas estadounidenses varados en el espacio sigue con ribetes novelísticos y contradicciones de las dos principales responsables: Boeing y la NASA.
Mientras los expertos de Boeing afirman y publican en su página web y redes sociales que confía en traer a los astronautas Barry “Butch” Wilmore y Sunita “Suni” Williams a bordo de la dañada cápsula espacial Starliner, que el 5 de junio pasado los llevó a la Estación Espacial Internacional (EEI) para un viaje tripulado inaugural de 8 días y ya lleva 70 acoplada; la NASA se reunió ayer y declaró que necesita más días para evaluar qué camino va a seguir para que los dos tripulantes regresen a salvo a casa.
“Boeing sigue confiando en la nave espacial Starliner y en su capacidad para regresar de forma segura con la tripulación. Seguimos apoyando las solicitudes de la NASA de pruebas, datos, análisis y revisiones adicionales para confirmar la capacidad de desacoplamiento y aterrizaje seguros de la nave espacial”, dijo la empresa.
Y agregó: “Nuestra confianza se basa en esta gran cantidad de pruebas valiosas de Boeing y la NASA. Las pruebas han confirmado que 27 de los 28 propulsores RCS están en buen estado y han recuperado su capacidad operativa completa. El sistema de propulsión de Starliner también mantiene la redundancia y los niveles de helio se mantienen estables. Los datos también respaldan las evaluaciones de la causa raíz de los problemas con el helio y los propulsores y la justificación del vuelo para el regreso de Starliner y su tripulación a la Tierra”.
Pero a pesar de este comunicado auspicioso, los expertos de la NASA se reunieron ayer y concluyeron que tomará una decisión a fines de agosto sobre si los astronautas de la NASA regresarán en la nave espacial CST-100 Starliner de Boeing, o lo harán a bordo de una Crew Dragon, propiedad de SpaceX.
Ken Bowersox, administrador asociado de la NASA para operaciones espaciales, dijo que una revisión de preparación para el vuelo con respecto al regreso de Starliner a la Tierra está planeada para fines de la próxima semana o principios de la siguiente, que sería la última de agosto.
En caso de que persistan los problemas en la Starliner y los astronautas deban quedarse un tiempo más en la EEI, la ya problemática cápsula de Boeing haría un regreso sin tripulación mientras que Wilmore y Williams regresarían a principios de 2025 en la Crew Dragon, de la misión Crew-9 de SpaceX, que se lanzará el 24 septiembre con solo dos astronautas, para que recién (en febrero de 2025) los ahora varados tripulantes puedan regresar en los otros dos asientos libres.
Bowersox fue el encargado de anunciar que la agencia está haciendo un análisis profundo sobre la seguridad de un vuelo de regreso de Staliner. “Sé que a todos les gustaría una fecha. Tenemos algunas fechas de trabajo, pero sé que debemos mantener esa flexibilidad”, remarcó en su presentación a la prensa.
La NASA dijo la semana pasada que estaba trabajando con SpaceX, de Elon Musk, en planes para regresar a los dos astronautas a la Tierra en febrero de 2025, en caso de que no puedan viajar en la atribulada nave de Boeing.
Los astronautas de la NASA Wilmore y Williams han estado viviendo en la EEI desde el 6 de junio, cuando el Starliner de Boeing se acopló al laboratorio en órbita. Durante su vuelo, la cápsula espacial enfrentó problemas, incluidas múltiples fugas de helio y la falla de algunos propulsores, los motores que utiliza la cápsula para maniobrar en el espacio.
Ahora, la NASA ha precisado que cuenta con “tiempo disponible antes de traer la Starliner a casa” y quieren usar ese tiempo “sabiamente ahora mismo”, mientras los astronautas están “muy ocupados” a bordo de la nave y “tan ansiosos” como ellos por tomar una decisión.
Joe Acaba, astronauta jefe del Centro Espacial Johnson, dijo que la NASA ha estado manteniendo a Williams y Wilmore informados sobre sus hallazgos. “Les pido su opinión, pero cuando hablo con ellos, confían en que nosotros en el terreno analicemos los datos y tomemos una decisión. Harán lo que les pidamos que hagan, y ese es su trabajo como astronautas”, puntualizó el portavoz.
En la última sesión informativa, Bowersox dijo que no había “anuncios importantes” sobre la revisión en curso de Starliner, que sigue centrada en el rendimiento de los propulsores del sistema de control de reacción (RCS). Cinco de esos propulsores fallaron durante la aproximación de la nave espacial a la Estación Espacial Internacional, y la NASA ha movilizado a expertos de toda la agencia para comprender qué sucedió con los propulsores y si son susceptibles de problemas similares durante el regreso de Starliner a la Tierra.
El objetivo de este trabajo sigue siendo comprender qué está pasando en los propulsores del RCS. “El análisis más importante que estamos esperando es un modelo tridimensional detallado del sistema dentro de la válvula para ver si podemos modelar los efectos”, explicó.
Ese paso serviría de apoyo a una reunión de la junta de control del programa que ofrecería una recomendación sobre si los astronautas deberían regresar en Starliner, que luego sería considerada por la revisión de preparación para el vuelo a nivel de gestión.
“Tenemos cierta flexibilidad. Necesitamos mantener esa flexibilidad para asegurarnos de que estamos listos para la reunión antes de que se celebre”, dijo Bowersox sobre el cronograma del proceso de toma de decisiones para Starliner. “Podemos hacer malabarismos para que las cosas funcionen si necesitamos extender el plazo, pero cada vez es más difícil”, agregó, citando el uso de consumibles por parte de la tripulación y la necesidad de liberar el puerto de atraque en el que se encuentra Starliner.
“Estamos llegando a un punto en el que, en esa última semana de agosto, realmente deberíamos tomar una decisión, si no antes”, sostuvo. Gran parte de la sesión informativa se centró en el proceso de toma de decisiones en sí, más que en el estado del Starliner.
Bowersox afirmó que aún no hay consenso en las reuniones de la junta de control del programa, incluida una realizada la semana pasada, sobre si el riesgo es aceptable para que Williams y Wilmore regresen en el Starliner.
“Realmente hicimos una especie de sondeo informal. Hubo gente que dijo, ‘bueno, si podemos obtener estos datos, podríamos llegar a un sí'. Hubo algunos que dijeron, ‘bueno, creemos que estamos en un no’. Y luego hubo algunos que estaban en un sí”, indicó Bowersox y agregó que la junta aún no ha hecho una recomendación, por lo tanto no hay opiniones disidentes formales.
“Consideré que nuestra última conversación fue una muy buena oportunidad para que todos los que han estado analizando todos los datos que hemos estado recopilando nos brinden una actualización sobre su interpretación de esos datos”, agregó Emily Nelson, directora de vuelo de la NASA.
Russ DeLoach, jefe de la Oficina de Seguridad y Garantía de Misiones de la NASA, dijo que la principal conclusión que sacó de la reunión anterior fue que necesitaban más datos para tomar una decisión informada. Es que los funcionarios dijeron que son conscientes de las lecciones aprendidas de los accidentes del Challenger y el Columbia, donde no se expresaron opiniones discrepantes o se las ignoró.