Descubrir que existe vida o que existió vida en otros planetas cambiaría radicalmente la pregunta de si estamos solos en el Universo. Y ese dilema milenario puede haber obtenido una respuesta esta semana a manos de uno de los aparatos más avanzados que tiene el ser humano precisamente en otro mundo como lo es el planeta Marte.
Es que el rover Perseverance de la NASA puede haber encontrado señales de vida antigua en una roca del planeta rojo, aunque hoy los científicos del equipo de la misión que siguen extasiados, están siendo cautelosos, ya que se necesitan más análisis para confirmar el descubrimiento.
En su peregrinaje por Marte, Perserverance detectó una extraña roca moteada con forma de punta de flecha y signos de química y estructuras que podrían haber sido formadas por vida microbiana antigua, es decir hace miles de millones de años, cuando el vecino planeta tenía agua fluyendo por su superficie con amplios ríos y deltas que hoy, secos, son investigados por el avanzado robot.
Dentro de la roca, a la que los científicos han apodado “Cheyava Falls”, los instrumentos de Perseverance detectaron compuestos orgánicos, que son precursores de la química de la vida tal como la conocemos.
En la roca también se hallaron vetas de sulfato de calcio, que son depósitos minerales que sugieren que el agua, también esencial para la vida, alguna vez corrió a través de la roca. El explorador de la NASA también encontró decenas de manchas de tamaño milimétrico, cada una rodeada por un anillo negro que imitaba la apariencia de las manchas de un leopardo. Estos anillos contienen hierro y fosfato, que también se ven en la Tierra como resultado de reacciones químicas provocadas por microbios.
“Estas manchas son una gran sorpresa. En la Tierra, este tipo de características en las rocas a menudo se asocian con el registro fosilizado de microbios que viven en el subsuelo”, dijo en un comunicado David Flannery, astrobiólogo y miembro del equipo científico de Perseverance de la Universidad Tecnológica de Queensland en Australia.
“Nunca antes habíamos visto estas tres cosas juntas en Marte”, agregó Morgan Cable, científico del equipo Perseverance. Los escaneos, realizados por el instrumento Scanning Habitable Environments with Raman and Luminescence for Organics and Chemicals (SHERLOC) de Perseverance, mostraron que la roca contenía moléculas basadas en carbono, junto con bandas de hematita rojiza que presentaban manchas de hierro y fosfato.
Las cataratas Cheyava se encuentran en el borde de un antiguo valle fluvial de 400 metros de ancho llamado Neretva Vallis. Los científicos sospechan que este antiguo canal se excavó hace mucho tiempo debido al agua que brotaba en el cráter Jezero y aclararon que Neretva Vallis corre a lo largo de la pared interior de esta región.
En un escenario posible, el lodo que ya poseía compuestos orgánicos se volcó en el valle y luego se cementó en la roca de las cataratas Cheyava, que Perseverance registró el pasado 21 de julio. Un segundo episodio de agua que se filtró en la roca formada habría creado las vetas de sulfato de calcio y las manchas con anillos negros del objeto que el equipo observó.
Los expertos indican que las características visibles de la roca no son evidencia irrefutable de vida microbiana antigua en Marte, ya que es posible, por ejemplo, que el sulfato de calcio observado haya entrado en la roca a temperaturas inhabitables, tal vez durante un evento volcánico cercano. Sin embargo, los científicos afirman que aún no se sabe si tales reacciones químicas no biológicas podrían haber dado lugar a las manchas con anillos negros observadas.
“Este viaje a través del lecho del río Neretva Vallis dio sus frutos porque encontramos algo que nunca habíamos visto antes, lo que dará a nuestros científicos mucho que estudiar”, dijo Nicola Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, en el comunicado.
“Cheyava Falls es la roca más desconcertante, compleja y potencialmente importante investigada hasta ahora por Perseverance. Hemos atacado esa roca con láseres y rayos X y hemos obtenido imágenes de ella literalmente de día y de noche desde casi todos los ángulos imaginables”, dijo en el comunicado Ken Farley, científico del proyecto Perseverance de Caltech en California.
Y agregó: “Por un lado, hemos detectado por primera vez material orgánico, manchas de colores distintivos que indican reacciones químicas que la vida microbiana podría utilizar como fuente de energía y pruebas claras de que el agua, necesaria para la vida, alguna vez pasó a través de la roca. Por otro lado, no hemos podido determinar exactamente cómo se formó la roca y en qué medida las rocas cercanas pueden haber calentado las cataratas Cheyava y contribuido a estas características”.
Para comprender plenamente lo que realmente ocurrió en el antiguo valle del río hace miles de millones de años, los científicos están ansiosos por llevar la muestra de las cataratas Cheyava a la Tierra, donde podrá examinarse con instrumentos poderosos que el limitado Perseverance no tiene.
Sea cual sea la respuesta, es probable que no llegue pronto. Para llevar la valiosa carga de Perseverence a la Tierra para su análisis, la Agencia Espacial Europea (ESA) propuso originalmente el uso de su módulo de aterrizaje para recuperación de muestras, una nave espacial que transporta un pequeño cohete que el rover cargará con sus muestras de roca y suelo. Luego, el cohete se pondría en órbita con las muestras para que sean colocadas en otra nave que las regrese a la Tierra.
Pero la misión ahora está significativamente por encima del presupuesto y retrasada, pasando de su costo original y ventana de lanzamiento de $ 5 mil millones en 2026 a más de $ 11 mil millones para 2040.
En un esfuerzo por recuperar el botín de Perseverence antes, la NASA ha abierto licitaciones de empresas privadas y otorgó contratos por 1,5 millones de dólares a siete compañías que están estudiando el proyecto. Además, tres de los propios centros de investigación de la NASA también están realizando estudios para traer esa valiosa roca a laboratorios terrestres.