El Instituto del Corazón de Texas (THI) anunció un importante avance en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca terminal al implantar con éxito el innovador corazón artificial sin válvulas en un paciente.
La intervención, realizada el 9 de julio en el Baylor St. Luke’s Medical Center, se enmarca en un estudio de viabilidad temprana supervisado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en ingles).
El dispositivo, llamado corazón artificial total (TAH, por sus siglas en inglés), es una bomba rotativa biventricular de titanio, con una sola parte móvil y sin válvulas, que utiliza un rotor levitado por fuerzas magnéticas para bombear la sangre, sustituyendo ambos ventrículos del corazón que falla.
“En cuanto a la implantación en el ser humano, todo salió como se esperaba y no hubo complicaciones. Clínicamente, el dispositivo funcionó muy bien”, afirmó el doctor Alexis Shafii, director quirúrgico de trasplantes cardíacos en el Baylor St. Luke’s Medical Center y profesor asociado de cirugía, trasplante cardiotorácico y asistencia circulatoria en el Baylor College of Medicine.
El doctor Joseph Rogers, presidente y director ejecutivo del Instituto del Corazón de Texas, explicó: “La bomba del corazón artificial funciona mediante un rotor giratorio en el interior del corazón que bombea sangre a los pulmones y luego al resto del cuerpo, y puede proporcionar una cantidad normal de flujo sanguíneo”.
El especialista afirmó que el dispositivo funciona como un puente mientras el paciente espera un trasplante de corazón. En este caso, el paciente estuvo 8 días con el dispositivo y luego fue trasplantado con un órgano real.
Este corazón artificial se autorregula durante el reposo y el ejercicio. El doctor Rogers contó que el paciente fue desconectado del respirador en tres días y ese mismo día, estaba sentado y conversando. Al comenzar a despertar, el paciente escribió una nota pidiendo un refresco y expresó sentirse realmente bien. Días después, el paciente caminó una décima de milla con el nuevo implante.
Rogers dijo, sin embargo, que el dispositivo todavía está en un ensayo de seguridad y que se inscribirán cuatro pacientes más en este estudio.
La insuficiencia cardíaca afecta a 26 millones de personas en todo el mundo y a 6.2 millones de adultos en Estados Unidos. “Los trasplantes de corazón se reservan para quienes padecen insuficiencia cardíaca grave y se limitan a menos de 6.000 procedimientos por año en todo el mundo”, indicó en un comunicado la Facultad de Medicina de la Universidad de Baylor.
El número limitado de trasplantes cardíacos subraya la necesidad urgente de nuevos dispositivos como el corazón artificial. Según los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., hasta 100.000 pacientes podrían beneficiarse de dispositivos mecánicos de asistencia circulatoria.
Este primer estudio clínico en humanos tiene como objetivo evaluar la seguridad y el rendimiento del corazón artificial diseñado por BiVACOR como solución puente para el trasplante en pacientes con insuficiencia cardíaca biventricular grave o insuficiencia cardíaca univentricular en los que no se recomienda el uso de un dispositivo de asistencia ventricular izquierda. Tras esta primera implantación realizada en el Baylor St. Luke’s Medical Center por cirujanos del Baylor College of Medicine, se inscribirán cuatro pacientes más en el estudio.
El doctor Daniel Timms, fundador y director técnico de BiVACOR, expresó su orgullo por este logro: “Este implantación no habría sido posible sin la valentía del paciente y su familia, así como la dedicación de nuestro equipo y colaboradores”.
Cómo funciona el corazón artificial sin válvulas
El corazón artificial sin válvulas se destaca por su pequeño tamaño, adecuado para la mayoría de hombres y mujeres con una superficie corporal de más de 1,4 m², y su capacidad para proporcionar un gasto cardíaco suficiente para un adulto en ejercicio.
Según indicaron los investigadores, utiliza tecnología de levitación magnética similar a la de los trenes de alta velocidad, lo que elimina el desgaste mecánico y minimiza el trauma sanguíneo. A pesar de sus dimensiones reducidas, este dispositivo puede proporcionar un gasto cardíaco suficiente para un adulto en actividad física.
Su diseño innovador incluye una bomba con una sola pieza móvil: un rotor doble suspendido por fuerzas magnéticas. Este rotor tiene paletas izquierdas y derechas situadas en dos cámaras separadas, formando un impulsor centrífugo doble que impulsa la sangre desde las cámaras de la bomba hacia la circulación pulmonar y la circulación sistémica.
El corazón artificial total no tiene válvulas ni ventrículos flexibles. Utiliza la tecnología Maglev, que permite el flujo pulsátil de salida mediante el rápido giro del rotor de la bomba. La suspensión sin contacto del rotor, gestá diseñada para eliminar el desgaste mecánico y ofrecer espacios amplios para la sangre, minimizando el trauma sanguíneo. Esto resulta en un corazón de reemplazo duradero, confiable y biocompatible.