Muchas personas con obesidad desarrollan problemas de salud adicionales que se engloban como síndrome metabólico. Pero no todos lo que tienen obesidad presentan ese trastorno. Por eso se habla de “obesidad metabólicamente sana”.
Generalmente, los médicos han considerado que una persona con obesidad metabólicamente sana tiene un índice de masa corporal (IMC) superior a 30, pero no padece síndrome metabólico. Pero, ¿tienen más riesgos de tener enfermedades cardiovasculares, como los infartos?
Dos investigadores de Alemania, Matthias Schulze y Norbert Stefan, del Instituto Alemán de Nutrición Humana y la Universidad de Potsdam, publicaron una revisión en la revista Nature Reviews Endocrinology en la que compilaron información sobre diferentes estudios que evaluaron la situación de las personas con obesidad metabólicamente sana.
Ese tipo de personas tienen un riesgo significativamente menor de enfermedad cardiovascular y muerte, en comparación con las personas con obesidad que sí tienen síndrome metabólico. Pero -comentaron- su riesgo es solo ligeramente superior en comparación con las personas delgadas y metabólicamente sanas.
La revisión muestra que los estudios respaldan el concepto de “obesidad metabólicamente sana” y destacan el papel de la distribución de la grasa. Estos hallazgos son importantes para orientar los objetivos del tratamiento y las estrategias de intervención en la práctica clínica.
La hipertensión arterial, la obesidad y los niveles elevados de glucosa en sangre en ayunas son algunos de los riesgos más importantes para la salud a nivel mundial. Estos y otros factores conocidos, como el colesterol HDL bajo y los triglicéridos altos, se utilizan para evaluar la salud metabólica.
Normalmente, se considera que los individuos están metabólicamente sanos si presentan menos de dos de estos factores de riesgo y no están siendo tratados con medicación.
Con la investigación reciente se habían identificado subgrupos específicos, como el peso normal metabólicamente no saludable y la obesidad metabólicamente saludable. Estos grupos presentan diferencias considerables en cuanto al riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte.
Las personas con obesidad metabólicamente saludable y una distribución favorable de la grasa no presentan un mayor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular, afirmaron los expertos alemanes.
En varios metaanálisis, estos dos grupos se compararon con individuos de peso normal metabólicamente sanos. Se encontró que el riesgo de enfermedad cardiovascular es aproximadamente un 50% mayor en las personas con obesidad metabólicamente sana que en las personas con peso normal metabólicamente no saludable.
Sin embargo, las personas con peso normal, pero no metabólicamente sanos, tienen un riesgo significativamente mayor: en los metaanálisis suele ser, al menos, el doble que el de las personas con la obesidad metabólicamente sana.
La obesidad parece aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca en particular, incluso en personas metabólicamente sanas. En la revisión, los dos investigadores no solo presentan los conocimientos históricos sobre estas correlaciones, sino que también exponen su nueva definición de salud metabólica.
Teniendo en cuenta los factores de riesgo de hipertensión arterial, diabetes de tipo 2 y una elevada relación cintura-cadera (el llamado índice cintura-cadera), se analizó la información del estudio “US National Health and Nutrition Examination Survey III” y del trabajo “Biobank del Reino Unido”. “Estos datos respaldan que la distribución de la grasa corporal debe tenerse en cuenta a la hora de definir la salud metabólica”, afirmó el doctor Schulze.
En tanto, el coautor de la revisión, el doctor Stefan, catedrático de Diabetología Clínica Experimental del Hospital Universitario de Tubinga, consideró: “El índice de masa corporal no refleja adecuadamente las anomalías metabólicas asociadas a la acumulación de grasa abdominal interna y grasa en el hígado, tanto en las personas con obesidad como en las de peso normal”.
Para ilustrar la importancia de la distribución de la grasa, analizaron resultados de distintos enfoques de investigación. Por ejemplo, los análisis genéticos demuestran que la menor capacidad del organismo para almacenar grasa en las nalgas y los muslos es un determinante muy fuerte e independiente de un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Por otro lado, las personas con obesidad metabólicamente sana tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 en comparación con las personas con peso normal pero metabólicamente poco saludable, y para muchas, el estado metabólicamente saludable es de carácter temporal.
Este hecho subraya la importancia de las intervenciones preventivas sobre el estilo de vida en ambos grupos. Los expertos destacaron que el concepto de salud metabólica es fácilmente aplicable por los médicos y favorece la comunicación del riesgo cardio-metabólico con los pacientes. Utilizando el concepto de salud metabólica, los pacientes con obesidad pueden autoevaluar fácilmente si su grado de pérdida de peso ha sido suficiente para alcanzar o mantener la salud metabólica.
Las personas con obesidad metabólicamente no sana pueden necesitar una mayor pérdida de peso para alcanzar un estado de bajo riesgo similar al de las personas con obesidad metabólicamente sana. Eso requiere una mayor intensidad y, por tanto, más recursos para la terapia de control de peso. Sin embargo, las intervenciones no deben limitarse únicamente a este aspecto, expresaron.
El aumento de la actividad física y de la calidad de la alimentación puede contribuir a mejorar o mantener la salud metabólica. La transformación de un estado metabólicamente poco saludable a uno saludable, o el mantenimiento estado metabólicamente saludable, independientemente de la intervención sobre el estilo de vida y del grado de pérdida de peso, podría constituir una fuerte motivación para que los pacientes continúen esforzándose por mantener un estilo de vida saludable.
Consultado por Infobae, el doctor César Casávola, jefe del servicio de nutrición del Hospital Alemán de Buenos Aires, dijo: “Existen pacientes que tienen obesidad metabólicamente sana, pero no son casos frecuentes. Habría que considerar que puede ser una etapa previa a que se desarrollen problemas”.
En tanto, Paola Harwicz, médica especialista en cardiología y nutrición con orientación en obesidad, magíster en diabetes y exdirectora del Consejo de Cardiometabolismo de la Sociedad Argentina de Cardiología, comentó a Infobae: “Las personas con obesidad metabólicamente saludable son aquellas que presentan obesidad con mayor distribución del tejido adiposo a nivel de la zona de la cola y las caderas en ausencia de complicaciones metabólicas o hipertensión arterial”.
Según Harwicz, la recomendación para esas personas son:
- Cambios en el estilo de vida, que incluye una planificación adecuada de las comidas
- Reducción de las porciones de las comidas
- Implementación de un plan de actividad física regular con el objetivo de lograr el descenso de peso.
En algunas ocasiones se puede complementar con tratamiento farmacológico. “Debemos recordar que la obesidad, más allá de las complicaciones metabólicas, puede incrementar el riesgo de complicaciones mecánicas como dolores osteoarticulares, apnea del sueño, y reflujo, entre otras complicaciones”, afirmó.