Lograr un embarazo y que el embrión evolucione hasta el nacimiento es uno de los más hermosos milagros de la vida, pero muchas veces la búsqueda no prospera y miles de parejas en el mundo enfrentan situaciones de angustia y frustración cuando los tiempos se dilatan. En la era dorada de la longevidad, el aumento de la expectativa de vida potencia aún más la postergación de la maternidad, aunque el envejecimiento reproductivo es un proceso natural que es difícil detener.
En esos momentos, la ciencia se convierte en un apoyo fundamental: los avances en fertilización asistida han transformado las posibilidades de concebir y ofrecen una nueva perspectiva en el camino hacia la maternidad y la paternidad. Así, las chances de lograr ese anhelado milagro se multiplican.
Desde hace décadas, la especialista en medicina reproductiva Ester Polak de Fried es referente en Argentina y el mundo en estudios de fertilidad y, vaya paradojas del destino, gran parte de su vocación por traer vida nació de la inspiración de su madre Meri, quien pasó años cautiva en los campos de concentración de la Alemania nazi y nunca se dio por vencida ante el horror de la muerte. Su infancia se forjó con el ejemplo de la resiliencia de una sobreviviente, una mujer que, a pesar de los años traumáticos, transmitía alegría y la educó sin mandatos ni imposiciones.
A la vanguardia de su generación, la doctora Polak de Fried es considerada una eminencia en el campo de la fertilización asistida en Argentina, graduada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y especializada en Ginecología, Endocrinología, Obstetricia y Reproducción, ganó experiencia en universidades y centros de salud de Suiza, Australia y Estados Unidos, entre otros, y, desde hace cuatro décadas, dirige el Centro Especializado en Reproducción (CER) que fundó en Buenos Aires.
Verborrágica y apasionada, habló con Infobae recién llegada de Ámsterdam, Países Bajos, donde participó del Congreso ESHRE 2024 de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, una cumbre anual que en esta edición reunió a más de 12.000 expertos de 140 países.
¿Cuáles son los últimos avances en el campo de la medicina reproductiva que marcarán los próximos años? ¿Cuáles son los debates que siguen encendidos en el candelero sobre los límites de la ciencia en la reproducción humana?
La doctora Polak de Fried repasó para Infobae los highlights más relevantes que se debatieron en el ESHRE 2024 y que marcarán los próximos pasos de la disciplina. La especialista ahondó en las últimas innovaciones en criopreservación de óvulos, un procedimiento cada vez más habitual en sociedades cada vez más longevas que deciden postergar la maternidad y paternidad.
También anticipó cómo la IA se aplica en los estudios de embriología y calidad ovárica, creando las nuevas técnicas que permiten anticipar a partir de la comparación y análisis con cientos de miles de imágenes cuáles serán los óvulos con más chances de lograr un embarazo exitoso.
Por último, detalló los nuevos papers que se presentaron en el encuentro internacional de expertos y que robustecen un concepto que pisa fuerte en las nuevas investigaciones: la importancia de la epigenética y un factor de riesgo para la fertilidad cada vez más presente en el mundo actual pero poco investigado, la polución ambiental.
El campo de la fertilización asistida, es desde sus inicios un campo de debates y discusiones vigorosas. La especialista argentina postuló que la criopreservación de óvulos no solo es útil para la fertilidad futura, sino también para el desarrollo de terapias génicas a partir de esas células embrionarias.
Qué hacer con los óvulos guardados que no se utilizan es uno de los debates actuales entre los expertos en reproducción humana. “Guardar óvulos puede proporcionar material valioso para generar células madre en un futuro que puedan destinarse a tratamientos médicos avanzados, pero también son claves para crear bancos de donación hoy, y ayudar a mujeres que no tengan buena calidad ovárica”, disparó Polak de Fried a Infobae.
Justamente, criopreservación y ovodonación son dos áreas en las que la doctora Polak de Fried marcó el camino para la especialidad: pionera en tratamientos de fertilidad en América Latina, creó el primer programa de donación de óvulos en la región y asistió el primer nacimiento latinoamericano por ovodonación. Fue una de las primeras científicas en utilizar las técnicas de criopreservación de óvulos y logró el primer nacimiento en el mundo con óvulos criopreservados en una paciente con falla ovárica prematura; además, realizó el primer trasplante de tejido ovárico en América Latina y creó el primer banco de óvulos de la región.
Longevidad, criopreservación y medicina de precisión
“Nuestro objetivo en reproducción humana es ayudar a todas las parejas que tienen problemas para lograr un embarazo de forma natural. Actualmente, no existe una técnica que garantice el 100% de éxito en un tratamiento de fertilidad. Sin embargo, las tasas de fertilidad evolutiva, que eran muy bajas (cercanas al 10%) a principios de los años 80, ahora alcanzan entre el 50 y 70%. Es un gran avance”, describió Polak de Fried.
— Vivimos una época signada por sociedades más longevas, este escenario también modifica prioridades y tiempos vinculados a la maternidad y paternidad ¿Cómo impacta en la fertilización asistida la longevidad y la postergación del deseo de tener hijos?
— Ester Polak de Fried: El hecho de postergar la maternidad y paternidad es una realidad en todo el mundo, impulsado por compromisos profesionales y personales. La longevidad y la criopreservación están cada vez más en el centro del debate sobre la preservación de la salud reproductiva. Tanto mujeres como hombres deben considerar la preservación de la fertilidad a una edad temprana. En las mujeres, la cantidad y calidad de los óvulos se deteriora considerablemente después de los 30 años. Muchas consultan a los 35 años, pero las posibilidades de lograr embarazos evolutivos disminuyen. Es fundamental preservar óvulos de buena calidad antes de esa edad para asegurar su utilidad futura. Si se logra guardar óvulos, pueden ser útiles en el futuro, pero tienen que ser de buena calidad.
Los varones postergan mucho la fertilidad y generalmente más que las mujeres. Muchas mujeres desisten y terminan teniendo hijos solas.
— En los últimos años aumentaron las consultas vinculadas a la criopreservación para poder elegir el momento más adecuado para tener hijos, ¿cuáles son los riesgos o límites?
— Sí, he visto una reactivación en los últimos años del deseo de preservar la fertilidad. La gran mayoría de las jóvenes que guardan sus óvulos lo hacen porque en ese momento no quieren, no pueden, o no tienen una pareja estable. Muchas otras, están en pareja hace unos cuantos años, pero sienten que aún no es el momento para pensar en un embarazo. Y no estoy hablando de chicas de 20 y pico, sino de mujeres de 35 años. Muchas vienen a la consulta a informarse sobre preservar fertilidad porque una amiga lo hizo...
A los 28 años se pueden obtener un promedio de 14 óvulos en un solo intento, mientras que después de los 35 el promedio es de ocho óvulos, y esto puede requerir repetir el procedimiento de inducción.
El debate sobre los óvulos criopreservados
La doctora Polak de Fried lideró el equipo que fue pionero en preservar óvulos en la Argentina y que logró en 1997 el primer nacimiento en el mundo con óvulos criopreservados durante cuatro años.
“En estudios con óvulos criopreservados, se ha observado que estos pueden activarse sin necesidad de un espermatozoide, y generar un blastocisto y, por ende, células madre embrionarias idénticas (inmunohistoquímicamente) a la persona que guardó el óvulo. Este hallazgo, que hemos publicado hace un tiempo en colaboración con investigadores de Harvard, demuestra que el material preservado es muy valioso, incluso comparado con células de cordón umbilical. Guardar óvulos puede ser útil no solo para fertilidad futura, sino también para futuros tratamientos o terapias génicas”, precisó.
El debate también estuvo presente en el último cónclave europeo en Ámsterdam, “la presidenta del Comité Organizador local también abordó este tema, quien destacó que existe gran cantidad de óvulos criopreservados en el mundo que no se utilizan porque las pacientes lograron el embarazo espontáneamente. Existe un debate respecto a eso. Lo que ella propuso es la posibilidad de donación de esos óvulos para crear un banco internacional ante la escasez. Sin embargo, esto también entra en conflicto con la posibilidad de destinarlos para el posible tratamiento enfermedades futuras, lo que podría generar discusiones interesantes debido al contenido valioso de estos óvulos, ya sea para la persona que los preservó, otros destinatarios o investigación”, describió la especialista argentina.
Polución ambiental, un factor de riesgo para la fertilidad
En la 40ª Reunión Anual de la ESHRE en Ámsterdam, se presentó un estudio pionero que reveló la relación entre la contaminación del aire y la disminución del éxito en los nacimientos mediante fertilización asistida.
“Se reveló que la exposición a partículas finas antes de la recuperación ovocitaria y durante el procedimiento de fertilización in vitro reduce la probabilidad de tener un nacido vivo en un 40%. Esto tiene que ver no solo con el momento del procedimiento clínico, sino también previamente”, comentó la doctora Polak de Fried, quien participó de la presentación de los resultados.
Y enfatizó en que esta investigación es relevante porque evaluó a las participantes durante 2 a 3 meses antes de la recolección de óvulos para la fertilización y se evaluó si vivían en entornos donde la polución ambiental tenía una determinada calidad, y demostraron que en lugares donde las mujeres estaban más expuestas a la contaminación, la tasa de embarazos era menor.
Según los datos publicados en Human Reproduction, una de las revistas más importantes de medicina reproductiva, el estudio, realizado durante ocho años en Perth, Australia, analizó más de 3.600 transferencias de embriones congelados a 1.836 pacientes.
Se observó que las probabilidades de un nacimiento vivo disminuyeron un 38% al comparar los niveles más altos de exposición a PM 10 con los más bajos. Además, la exposición a PM 2,5 en los tres meses previos a la recuperación de ovocitos también se asoció con una disminución en las probabilidades de nacimiento vivo.
El investigador Sebastian Leathersich, autor principal del documento, destacó que se trató del primer estudio que analizó por separado los efectos de la exposición a contaminantes durante el desarrollo de los óvulos y en el momento de la transferencia de embriones. Los resultados mostraron una asociación negativa entre la exposición a partículas en suspensión y las tasas de nacimientos vivos, lo que reveló que la contaminación afecta la calidad de los óvulos.
“Esto es un claro ejemplo de epigenética, donde los factores ambientales influyen en las células germinales femeninas y masculinas. Plásticos y otros contaminantes son un factor importante. Es fundamental cuidarnos y preservarnos no solo por el clima, sino también por el futuro de la reproducción humana”, aseguró la doctora Polak de Fried.
En cuanto a la epigenética, la especialista argentina postuló que lo ambiental también está correlacionado con la nutrición y con las enfermedades de generaciones anteriores, especialmente en lo vinculado al sistema endocrino: “Por ejemplo, enfermedades endocrinológicas en las abuelas pueden afectar la fertilidad futura de sus nietas. Todo está interrelacionado y es importante considerar estos factores para preservar la salud reproductiva”.
El impacto de la IA
“He vivido varios hitos en reproducción humana desde la fertilización in vitro, que surgió a finales de los años 70, hasta la incorporación del ICSI (microinyección de espermatozoides). Luego, la investigación en genética embrionaria, cómo la tecnología avanzó para estudiar mejor los embriones ha sido crucial. Esto incluye todas las técnicas de genética preimplantatoria, que fueron un avance enorme. Y ahora, desde finales de 2019, la inteligencia artificial (IA), que puede ayudarnos a mejorar los resultados de la fertilización asistida”, relató a Infobae.
Las nuevas plataformas y dispositivos de big data que procesan en minutos miles de datos y estudios de imágenes son muy útiles para acelerar los procesos en los tratamientos médicos.
La doctora Polak de Fried señaló a Infobae que varias de estas tecnologías de vanguardia ya se aplican en el país en distintas prácticas y mencionó las más destacadas hasta ahora: las técnicas de laboratorio, para identificar cuáles son los embriones que puede evolucionar de manera más saludable, los test genéticos que se realizan para prevenir enfermedades futuras del bebé y, también, para evaluar la calidad de los óvulos más aptos para criopreservar.
Además, los algoritmos de la IA, diseñados tras el análisis de grandes volúmenes de información, pueden anticipar algunos resultados, lo que promete mejorar la práctica clínica, con procedimientos menos invasivos durante los tratamientos de fertilización asistida.
Entusiasmada con el nuevo presente, es una convencida de que la IA cambiará el escenario de la biomedicina: “Creo es que estamos viviendo una revolución, el último gran hito en medicina reproductiva está vinculado a las herramientas de inteligencia artificial que favorecen los resultados reproducción humana. Es comparable a lo que significó la fertilización in vitro hace más de 50 años”.
Pero también postuló que es necesario “ser conscientes de sus limitaciones y las consideraciones éticas”.