Un grupo internacional de científicos logró un descubrimiento revelador: los bebés menores de un año demostraron capacidad para combinar conceptos simples y transformarlos en ideas complejas. Este hallazgo subrayó que la creatividad no se desarrolla únicamente en la edad adulta, sino que empieza mucho antes, incluso antes de que los niños aprendan a hablar.
El estudio fue llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido, y de la Universidad Centroeuropea, en Austria y Hungría. Los resultados revelaron que los bebés pueden generar combinaciones novedosas de ideas, lo cual es esencial para el desarrollo de habilidades en el futuro.
“La creatividad humana no tiene parangón con la de otras especies. Un aspecto de la cognición humana que contribuye a esta hazaña es el pensamiento combinatorio, o la capacidad de ensamblar infinitas ideas complejas a partir de un número finito de conceptos simples. El pensamiento combinatorio parece estar estrechamente vinculado al uso del lenguaje, lo que facilita la construcción y el intercambio de ideas complejas con otros”, postularon los expertos en el trabajo que fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
“Aquí -enfatizan en la investigación-, demostramos que los bebés humanos pueden combinar conceptos de cantidad y tipo evocados por palabras insertas en expresiones de múltiples elementos. Por lo tanto, los procesos combinatorios para desarrollar ideas complejas comienzan a operar durante el primer año y pueden no ser una consecuencia del uso del lenguaje, sino un requisito previo para el aprendizaje en general”.
El estudio fue dirigido por la doctora Barbara Pomiechowska, investigadora postdoctoral en la Universidad Centroeuropea. Actualmente, es profesora adjunta en la Facultad de Psicología de la Universidad de Birmingham. La experta y su equipo se propusieron explorar los orígenes de la creatividad humana y el pensamiento productivo en los bebés.
El objetivo principal del estudio era descubrir cómo y cuándo las personas comienzan a tener pensamientos e ideas completamente nuevos. La creatividad, concebida por estos especialistas como la capacidad de tomar conceptos familiares y combinarlos en nuevas estructuras, es una habilidad fundamental que ha permitido a la humanidad lograr grandes avances.
Los investigadores trabajaron con una cohorte de 60 bebés de aproximadamente 12 meses de edad. Los autores les enseñaron a reconocer dos nuevas palabras que describen cantidades: “mize”, que significa “uno”, y “padu”, que significa “dos”. Este experimento tenía como objetivo evaluar la capacidad de los participantes para aprender y combinar nuevas palabras con palabras familiares en tiempo real.
Después de enseñarles los nuevos términos numéricos, los investigadores pidieron a los bebés que combinaran estas palabras con diferentes nombres de objetos, por ejemplo, identificar “patos padu” entre una selección de imágenes. Este ejercicio permitió observar si los bebés podían aplicar sus conocimientos recién adquiridos para formar frases significativas y comprender conceptos más complejos, según contaron los especialistas.
Para evaluar el éxito de los bebés en esta tarea, utilizaron tecnología de seguimiento ocular para monitorear a dónde dirigían su mirada mientras escuchaban las instrucciones. Este método no invasivo proporcionó datos precisos sobre la comprensión y la capacidad de los bebés para combinar conceptos.
“La mente infantil parece preparada para integrar conceptos de formas productivas novedosas. Esta capacidad puede ser una condición previa para descifrar el lenguaje ambiental y construir modelos abstractos de experiencia que permitan un aprendizaje rápido y flexible. Nuestros resultados sugieren que los procesos combinatorios para construir representaciones complejas están disponibles al final del primer año de vida”, escribieron los científicos.
El seguimiento ocular mostró que los bebés podían combinar con éxito los nuevos conceptos aprendidos con palabras familiares. Por ejemplo, cuando se les pedía que identificaran “patos padu”, los participantes dirigían su mirada hacia la imagen correcta, demostrando que habían comprendido la combinación de conceptos.
Pomiechowska destacó: “La creatividad humana no tiene límites: nos ha llevado a la Luna y nos ha permitido curar enfermedades mortales, pero a pesar de su importancia, todavía no sabemos cuándo ni cómo surge esta impresionante capacidad de combinar ideas e inventar cosas nuevas. Esta investigación demuestra que debemos remontarnos al comienzo de la adquisición del lenguaje para resolver este enigma”.
Por su parte, la doctora Agnes Kovacs, del Departamento de Ciencias Cognitivas y del Centro de Desarrollo Cognitivo de la Universidad Centroeuropea, quien también participó del trabajo, aportó: “Para los bebés, esta capacidad de combinar diferentes conceptos probablemente les ayude no solo a interpretar el lenguaje complejo, sino también a aprender sobre diferentes aspectos del mundo físico y social. Para los adultos, es una capacidad que ayuda a ir más allá de todo lo que ya se ha pensado, abriendo la mente a infinitas posibilidades”.
La combinación de conceptos no solo ayuda a los bebés a entender el lenguaje, sino que también les permite aprender sobre el mundo que les rodea. Al aplicar nuevos términos a objetos y situaciones familiares, desarrollan una comprensión más profunda de su entorno y de las interacciones sociales, de acuerdo a los autores.