Hasta ahora solo los seres humanos pueden leer. Un complejo “engranaje” posibilita el aprendizaje de la lecto-escritura. Pero un lado del cerebro generalmente es más dominante. Ahora existe un test conductual que sirve como herramienta para saber cuál es el lado del cerebro que cada persona usa más para leer, y tiene potenciales aplicaciones en la atención clínica.
De acuerdo con un estudio de investigadores del Reino Unido, Suiza y la Argentina, el test podría ser utilizado en personas que requieran una cirugía para el tratamiento de la epilepsia. El trabajo fue publicado en la revista Neuropsychology, de la Asociación Estadounidense de Psicología. El primer autor fue Bautista Elizalde Acevedo, del Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional, que depende del Conicet y la Universidad Austral.
La líder de la investigación fue Lucía Alba-Ferrara, de la Unidad Ejecutora para el Estudio de las Neurociencias y Sistemas Complejos (ENyS), del Conicet.
Colaboraron también Silvia Oddo y Silvia Kochen, de ENyS; Valentina Agüero Vera y Delfina De Anchorena, de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, Christine Mohr, de la Universidad de Lausana, Suiza, y Markus Hausmann, del Departamento de Psicología, de la Universidad de Durham, en el Reino Unido.
Cuando el test se use masivamente, los profesionales de la salud podrían hacer que los pacientes realicen la prueba y así se podría determinar cuál es el lado dominante de su cerebro. El resultado podría servir para determinar las zonas del cerebro que serían afectadas si esos pacientes son sometidos a una cirugía y tomar decisiones para preservarlas.
¿Qué ocurre en el cerebro cuando se lee?
Cuando una persona lee, diversas zonas de su cerebro, que consta de dos lados o hemisferios, entran en funcionamiento.
El lado o hemisferio izquierdo está asociado principalmente al procesamiento del lenguaje, el habla y la lectura. Tiene regiones o nodos que interactúan para relacionar las palabras impresas con los sonidos de las letras y su significado:
- Región parietal-temporal: es la zona en la que el cerebro almacena la apariencia y el significado de las palabras
- Región occipito-temporal: donde una palabra escrita se segmenta en sus sonidos
- Región frontal, donde se produce el habla (es decir, es el procesamiento de los sonidos del habla cuando se escucha y habla).
Según explicó a Infobae la doctora Alba-Ferrara, el cerebro humano está altamente especializado, y para la mayoría de las personas esas regiones mencionadas se localizan en el hemisferio izquierdo. Sin embargo, puede haber más variabilidad en algunas personas.
“Algunas personas zurdas tienen esas regiones relacionadas con el lenguaje en el hemisferio derecho. También hay que considerar que las personas que tuvieron alteraciones cerebrales o enfermedades neurológicas a edades tempranas, como el caso de algunos niños con epilepsia. En esos casos, las regiones pueden haber migrado hacia el hemisferio opuesto”, afirmó.
Más del 90% de las personas diestras (que son más hábiles con la mano derecha que con la izquierda) tiene las regiones dominantes en el hemisferio izquierdo. En el caso de las personas zurdas, el 60% también tiene las regiones asociadas con el lenguaje en el hemisferio izquierdo. El 40% usa el hemisferio derecho, según contó al experta.
Como hay diferencias entre las personas, los coautores del Reino Unido y Suiza, habían empezado a desarrollar el test conductual para saber qué hemisferio cerebral utiliza cada persona en el momento de procesar el lenguaje.
En colaboración con los científicos de la Argentina, se pusieron a evaluar la potencial aplicación en pacientes con epilepsia.
Muchos de los pacientes con epilepsia responden bien con la medicación. Pero un subgrupo no logra controlar las crisis con ese tratamiento y puede requerir una cirugía en la corteza del cerebro.
Antes de que se practique la cirugía, los profesionales de la salud tienen que conocer las zonas cerebrales que procesan las funciones cognitivas del paciente, como escuchar, hablar, recordar y pensar. Eso es central para que esas funciones sean preservadas después de la cirugía.
Tradicionalmente, se ha usado el test de Wada en personas candidatas a una cirugía, principalmente en aquellos con epilepsia refractaria o tumores cerebrales. Otra opción es la resonancia magnética funcional: mientras se los escanea y se los somete a tareas de lenguaje, se evalúan las áreas que se activan en el cerebro de cada paciente.
Pero los investigadores tuvieron en cuenta que esas prácticas tienen sus limitaciones. El test de Wada obliga a usar anestesia con el paciente. El acceso a la resonancia magnética puede ser difícil en algunas ciudades, especialmente en países en desarrollo. Por lo cual, hicieron el estudio para evaluar el nuevo test en pacientes con epilepsia.
Cómo se usa el nuevo test conductual
Esa prueba conductual permite determinar de manera precisa cuál es el lado del cerebro que cada persona usa para leer palabras. Se hace frente a una computadora.
Se le presenta a la persona un conjunto de letras en ambos campos visuales (derecho e izquierdo). De un lado aparece una palabra y del otro una pseudopalabra. Esta pseudopalabra es un conjunto de letras que simulan ser una palabra, pero no tiene significado.
Por ejemplo, la pseudopalabra “baxi” puede parecer una palabra, pero no lo es. La tarea de la persona por evaluar es identificar rápidamente cuál es la ubicación de la palabra. Debe tocar un botón según la vea la palabra a la derecha o a la izquierda. Si no se presenta una palabra real, es decir, ambas opciones son pseudopalabras, se debe tocar la barra espaciadora del teclado.
La nueva prueba se llama tarea de decisión lexical translingüística. “Es simple, de bajo costo y no invasiva. Permite inferir cuál es el hemisferio dominante para el procesamiento del lenguaje”, resaltó.
Cuando el nervio óptico de la persona que hace la prueba capta una palabra en el hemisferio visual derecho, esa información se dirige hacia el hemisferio izquierdo. Así se determina que la persona tiene las regiones relacionadas con la lectura en ese hemisferio.
Para garantizar la validez del test en diferentes idiomas, los investigadores seleccionaron un grupo de palabras frecuentemente utilizadas en la mayoría de las lenguas que emplean el alfabeto latino. Palabras como piano, taxi, jazz y hotel, entre otras, fueron utilizadas en la prueba. Además, la técnica se aplicó en varios países con diferentes lenguas, como el inglés, italiano, francés y alemán, y se encontraron resultados consistentes.
El estudio se hizo con 52 personas, que eran pacientes del Hospital El Cruce, en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires, Argentina. Descubrieron que los pacientes con epilepsia del lado derecho y las personas sanas eran más precisos y rápidos para responder con su ojo derecho. Es decir, tenían las regiones asociadas a la lectura en el hemisferio izquierdo.
En cambio, los pacientes con epilepsia del lado izquierdo presentaban una lateralización atípica del lenguaje. Eran igual de rápidos para responder con ambos campos visuales. “El hallazgo da cuenta de un procesamiento cerebral más bilateral en las personas con epilepsia del lado izquierdo”, señaló la científica.
“Se trata de un tes que es rápido y económico y podría ayudar a que el equipo médico determine la conveniencia o no de realizar una cirugía”, comentó.
Pero la investigadora aclaró que aún falta un estudio con mayor número de pacientes evaluados y comparar si la precisión de la prueba es similar a la de la resonancia magnética.
Consultado por Infobae, Oscar Adolfo Martínez, especialista en epilepsia del Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires, opinó sobre el estudio publicado: “El test es novedoso y puede ser útil para evaluar las posibles consecuencias de una cirugía del cerebro para pacientes con epilepsia”.
La prueba consiste en mostrar al paciente un conjunto de letras en ambos campos visuales. “Tiene que identificar en que lado de su campo visual están las letras. Los autores observaron que los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal izquierdo tenían una localización del área del lenguaje que es atípica”, dijo el doctor Martínez, quien no participó en la investigación.
Infografía: Marcelo Regalado