Paseos nocturnos y estudios geológicos: el entrenamiento de los astronautas de la NASA para volver a la Luna

Ensayaron futuras operaciones a realizar en la misión Artemis III, en el lado oculto de nuestro satélite natural, pero en pleno desierto al norte de Arizona. Los detalles del ensayo para la misión espacial en 2026

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Así entrena la NASA a los futuros astronautas

El ser humano ya esperó más de 55 años para volver a la Luna. Y esa espera se prolongará unos dos años más, si todas las pruebas y planes siguen su correcto curso.

Ese tiempo, que para muchos científicos es eterno y parece no llegar, finalmente concluirá con el nuevo proyecto Artemis de la NASA, para que un hombre y una mujer puedan pisar la gris superficie de nuestro satélite natural.

Mientras se hacen las pruebas y se construye el poderoso cohete Space Launch System (SLS), la Agencia Espacial Estadounidense entrena a los posibles futuros astronautas con distintos ejercicios y exámenes.

La dura luz del polo sur de la Luna significa que los astronautas deben prepararse para trabajar en un paisaje extrañamente iluminado. (Crédito: NASA/Josh Valcárcel)
La dura luz del polo sur de la Luna significa que los astronautas deben prepararse para trabajar en un paisaje extrañamente iluminado. (Crédito: NASA/Josh Valcárcel)

En la que fue la mayor prueba que se haya ejecutado, la NASA probó las habilidades de dos astronautas y diferentes equipos en el campo volcánico desértico de San Francisco cerca de Flagstaff, en el estado de Arizona.

Así fue como, rodeados de cientos de personas, entre las que se encontraban científicos destacados, astronautas famosos y altos mandos de la NASA, los astronautas de la NASA Kate Rubins y Andre Douglas tuvieron la oportunidad de representar escenarios de caminata lunar en réplicas de trajes espaciales en un paisaje similar a la Luna.

La simulación incluyó caminatas nocturnas y recolección de muestras del suelo (NASA)
La simulación incluyó caminatas nocturnas y recolección de muestras del suelo (NASA)

Su camino estaba débilmente iluminado por las luces del casco de su traje espacial, mientras buscaba hallar tesoros geológicos en el paisaje volcánico: rocas lunares que podrían recoger y traer de regreso a la Tierra, que revelarían secretos de este mundo helado que la NASA planea volver a visitar.

No solo para estar un día, sino el objetivo a largo plazo ahora es enviar personas a la superficie de la Luna para estar unos 10 a 15 días y hacer profundos experimentos allí, durante la misión conocida como Artemis III a lanzarse a fin de 2026. Y en un futuro, será la instalación de una primera colonia humana.

Por eso, ahora la NASA está entrenando a sus astronautas para aprovechar al máximo su precioso tiempo que estará en nuestro satélite natural, dado que ningún ser humano ha puesto un pie en la superficie lunar desde que la última tripulación del Apolo despegó en diciembre de 1972.

Los trajes espaciales simulados y un carro de herramientas imitan el equipo que los astronautas de Artemis podrían usar en la superficie de la Luna
Los trajes espaciales simulados y un carro de herramientas imitan el equipo que los astronautas de Artemis podrían usar en la superficie de la Luna

“Hay muchas cosas que necesitamos volver a aprender o descubrir. Y por eso estamos trazando el camino mientras lo navegamos”, dice Juliane Gross, científica planetaria del Centro Espacial Johnson (JSC) de la NASA en Houston, Texas, quien supervisará las muestras de Artemis cuando regresen a la Tierra.

“Estamos incorporando desde el principio ese rigor científico que estas misiones van a necesitar”, agregó más tarde Rubins.

La NASA publicó esta semana imágenes desde el lugar de pruebas en San Francisco, donde se puede ver a los astronautas poniéndose trajes espaciales para caminar ese desierto. También operaron distintos instrumentos, vehículos y herramientas para trabajar y recolectar muestras.

Una vista satelital del cráter SP en Arizona muestra el cráter volcánico y el flujo de lava que sirven como un paisaje lunar simulado para los astronautas en entrenamiento. (Crédito: NASA/GSFC)
Una vista satelital del cráter SP en Arizona muestra el cráter volcánico y el flujo de lava que sirven como un paisaje lunar simulado para los astronautas en entrenamiento. (Crédito: NASA/GSFC)

Justamente para esto último, además de expertos de la NASA, estaban los más destacados geólogos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) que ayudaron a entrenar a los astronautas del Apolo en la década de 1960. La prueba de este mes, conocida como JETT5 por el Equipo Conjunto de Pruebas de Movilidad Humana y del grupo de ejercicio de actividades extravehiculares (EVA) en la Superficie, se llevó a cabo en un terreno privado cerca de un cono de ceniza conocido como Cráter SP en Flagstaff.

Para imitar las condiciones de iluminación en el polo sur lunar, los organizadores de la prueba JETT5 construyeron un “carro solar”, que en realidad era un foco gigante que se desplaza sobre el paisaje. Para Rubins y Douglas, la luz parecía el Sol distante flotando justo sobre el horizonte.

Los astronautas caminaron con cuidado a través del paisaje oscuro, confiando en algunas luces que llevaban en sus cascos y en la mano para ayudarse en su trabajo. Rubins en particular estaba encantada de tener una luz de mano que podía dirigir hacia donde quería, además de las luces montadas en el casco que apuntaban solo en la dirección en la que miraba. “Es totalmente necesaria una luz que ilumine el área cerca de mis pies”, dijo al control de la misión durante la caminata, información que podría ayudar a los astronautas cuando hagan lo mismo a 400.000 km de distancia sobre la superficie gris de la Luna.

La astronauta de la NASA Kate Rubins elige una herramienta para la exploración geológica durante un ejercicio de entrenamiento nocturno. (Crédito: NASA/Josh Valcárcel)
La astronauta de la NASA Kate Rubins elige una herramienta para la exploración geológica durante un ejercicio de entrenamiento nocturno. (Crédito: NASA/Josh Valcárcel)

El objetivo de JETT5 fue desarrollar herramientas y procedimientos que funcionen para los astronautas de Artemis III en la superficie lunar. “Las pruebas de campo desempeñan un papel fundamental al ayudarnos a probar todos los sistemas, hardware y tecnología que necesitaremos para llevar a cabo operaciones lunares exitosas durante las misiones Artemis”, dijo Barbara Janoiko, directora de pruebas de campo en el Centro Espacial Johnson.

Y agregó: “Nuestros equipos de ingeniería y ciencia han trabajado juntos a la perfección para garantizar que estemos preparados en cada paso del camino para cuando los astronautas vuelvan a poner un pie en la Luna”.

La prueba final consta de cuatro paseos lunares simulados que siguen las operaciones planificadas para Artemis III y posteriores, así como seis recorridos con tecnología avanzada. Durante las carreras avanzadas, los equipos demostrarán tecnología que puede usarse para futuras misiones Artemis.

El objetivo de la misión es establecer una presencia humana sostenible en la Luna, y Perú contribuirá durante aproximadamente 20 años. Imagen/NASA.
El objetivo de la misión es establecer una presencia humana sostenible en la Luna, y Perú contribuirá durante aproximadamente 20 años. Imagen/NASA.

La ciencia es una parte fundamental del programa Artemis, según la NASA, y es por eso que se ha intensificado el entrenamiento de astronautas para incorporar más geología de campo, para saber más sobre los tipos de rocas y polvo que van a caminar y recoger para traer a la Tierra.

Durante las últimas tres misiones Apolo, la NASA intensificó ese entrenamiento, cuando cada astronauta recibió aproximadamente 1.000 horas de estudios científicos, según relató Dean Eppler, un geólogo lunar que participó de la aventura. “Consideramos que Apolo es la forma de hacerlo porque tuvo mucho éxito”, afirma.

En 1971, en el Apolo 15, por ejemplo, dos ex pilotos de pruebas detectaron y trajeron a casa un fragmento reluciente de lo que resultó ser la corteza lunar primordial. Esa muestra, apodada Roca Génesis, ayudó a los geólogos a comprender cómo la Luna se solidificó a partir de un océano de magma fundido hace más de cuatro mil millones de años.

Así será la misión Artemis II en 2025, que orbitará astronautas alrededor de la Luna pero no descenderá. La que sí lo hará será Artemis III (NASA)
Así será la misión Artemis II en 2025, que orbitará astronautas alrededor de la Luna pero no descenderá. La que sí lo hará será Artemis III (NASA)

En las décadas de 2000 y 2010, la NASA entrenó a astronautas para observar la Tierra desde la Estación Espacial Internacional. Ahora, a través de visitas a lugares como cráteres de asteroides y terrenos volcánicos, los astronautas experimentan cómo será la Luna.

“De esa manera lo saben, cuando llegas a la superficie de la Luna, si las cosas no son como las tenías en mente, está bien”, remarcó Cynthia Evans, geóloga de JSC que dirige el entrenamiento en geología de astronautas. El equipo científico del Centro Espacial Johnson desarrollará varios objetivos científicos para las distintas pruebas de campo a futuro.

La prueba realizada incluyó la generación de mapas geológicos, una lista de preguntas científicas y ubicaciones prioritarias de paseos lunares para los “lugares de aterrizaje” primarios y de respaldo para la prueba. Las próximas serán más complicadas, desafiantes y hasta algunas que simulen posibles accidentes.

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