El Sol no tiene una superficie sólida. Pero cuenta con una atmósfera en la que ocurren erupciones que pueden producir alteraciones en el campo magnético de la Tierra. Esas alteraciones se conocen como “tormentas solares o geomagnéticas”.
Desde el viernes 10 de mayo se han estado registrando las tormentas geomagnéticas más fuertes que han afectado a la Tierra desde octubre de 2003. Produjeron fascinantes auroras en latitudes mucho más bajas de lo habitual, tanto en el hemisferio norte como en el sur.
Como consecuencia, durante el fin de semana pasado, se han podido ver auroras boreales en ciudades como Mexicali, situada en la frontera norte de México, o auroras australes en Pinamar, provincia de Buenos Aires. Fueron noches con cielos con diferentes tonalidades de verdes y rojos.
El científico Mojtaba Akhavan-Tafti, investigador del Departamento de Ciencias e Ingeniería del Clima y el Espacio de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, contó a Infobae: “Actualmente nos encontramos en el punto álgido de la temporada de máximo solar, y por eso las tormentas tan fuertes se están convirtiendo en algo habitual”.
Agregó: “Pasarán otros 22 años antes de que alcancemos niveles de actividad solar similares. Es un buen momento para estar despiertos hasta altas horas de la noche para observar los extraordinarios poderes de nuestro Sol. En cambio, los astronautas deben permanecer en el interior, ya que la radiación espacial alcanza su punto máximo durante estos fenómenos meteorológicos espaciales extremos”.
¿Qué son las tormentas solares o geomagnéticas?
En diálogo con Infobae, la doctora en ciencias físicas Laura Morales, investigadora del Instituto de Física Interdisciplinaria y Aplicada del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó que “una tormenta solar o geomagnética es una alteración de la magnetosfera terrestre que ocurre cuando el sol inyecta más energía de la habitual en el entorno de nuestro planeta Tierra”.
Es decir, las tormentas geomagnéticas son perturbaciones del campo magnético de la Tierra como consecuencia de las fulguraciones del Sol. Las tormentas pueden durar desde varias horas hasta incluso algunos días.
-¿Cuáles son los niveles de intensidad de las tormentas solares?
Las erupciones del Sol ocurren todo el tiempo. Sin embargo, a veces son muy intensas, como las que ocurrieron los días pasados.
Cuando se producen esas erupciones, hay explosiones gigantescas en el Sol que envían energía y partículas a gran velocidad al espacio. Cuando esa “mezcla” genera perturbación en el campo magnético de la Tierra, puede provocar tormentas solares que se clasifican según la escala “G” de 1 a 5.
En esa escala, G1 significa leve y G5 implica una tormenta solar extrema o severa. El viernes y el sábado pasado se registraron tormentas solares que fueron clasificadas en la categoría G5.
“Como se trató de una tormenta severa, hubo una perturbación tan intensa del campo magnético de la Tierra que tuvo la energía suficiente para alcanzar latitudes bajas, aunque empezó en los polos”, aclaró la investigadora. El domingo hubo también otra tormenta que estuvo en la categoría G4.
Una de las tormentas solares más notables en la historia se produjo en 1859. Se la conoce como el “Evento Carrington”. Duró casi una semana y creó auroras que se extendieron hasta Hawai y América Central y afectó a cientos de miles de kilómetros de líneas telegráficas.
-¿Por qué se originan las tormentas solares o geomagnéticas?
La causa de las tormentas geomagnéticas es la actividad solar, afirmó la doctora Morales. “El Sol está permanentemente liberando energía que conocemos como las fulguraciones solares. Cuando ocurren las fulguraciones más intensas, también el Sol libera materia eléctricamente cargada hacia el espacio que puede, eventualmente, llegar a la Tierra e interactuar con el campo magnético terrestre”, señaló.
-¿Cuándo se pondrán volver a ver las auroras?
Hoy lunes podrían verse más auroras, según la doctora Morales. “El Sol tiene su máximo de actividad cada 11 años. Los pronósticos indican que ese máximo de actividad se alcanzará en los próximos meses. Por eso se puede esperar que se produzcan nuevas erupciones que tengan el potencial de alterar el campo magnético en forma intensa”, expresó.
Para el doctor Akhavan-Tafti, una actividad más intensa del Sol aumenta la posibilidad de observar fascinantes auroras en los próximos dos años.
-¿Cómo afectan las tormentas solares a la vida en la Tierra?
Las erupciones solares pueden afectar a las radiocomunicaciones, las redes eléctricas y las señales de navegación, y suponer un riesgo para las naves espaciales y los astronautas, según advirtió la agencia espacial de los Estados Unidos, la NASA.
“Las tormentas solares más intensas generan auroras que pueden observarse en latitudes bajas. También pueden inducir corrientes en la Tierra, que pueden dañar los sistemas de transporte de electricidad. Pueden causar señales espúreas en los GPS”, comentó Morales.
Pero el doctor Akhavan-Tafti dijo que el costado negativo de este fenómeno se encuentra en “los activos espaciales y la vida de los astronautas en órbita”. Eso se debe se aumentan los niveles de radiación espacial y los riesgos de impacto sobre plataformas de comunicaciones y redes eléctricas.
“La mejora de nuestras capacidades de predicción meteorológica espacial es hoy el objetivo de múltiples agencias, como la NASA y la NOAA —contó el científico— Aquí, desde la Universidad de Michigan, estamos contribuyendo al avance de las plataformas de vigilancia de la meteorología espacial, incluida la planificación de futuras misiones espaciales, como la Space Weather Investigation Frontier (SWIFT). El objetivo es profundizar en nuestra comprensión de la meteorología espacial geoefectiva, al tiempo que mejoramos significativamente nuestros plazos de predicción”.