El grado de apertura de la vegetación en los paisajes europeos del pasado es ampliamente debatido. Las incertidumbres son especialmente agudas en los bosques templados, donde se necesitan estimaciones precisas como base para la restauración de los ecosistemas. La visión tradicional es que los bosques de dosel cerrado habrían dominado el bioma del bosque templado antes de una mayor presencia humana. En las últimas dos décadas, las reconstrucciones basadas en indicadores provenientes de diversas investigaciones han desafiado esta visión de los bosques europeos.
Recientes reconstrucciones basadas en polen de la cobertura terrestre pasada en el Holoceno, que tuvo lugar hace 11.700 años, han demostrado que las comparaciones tradicionales del porcentaje de polen arbóreo y no arbóreo subestiman fuertemente la cobertura de pastos y brezales.
Por lo tanto, en lugar de comprender bosques exclusivamente cerrados, Europa era potencialmente un paisaje heterogéneo que presentaba una mezcla de vegetación cerrada, abierta y semiabierta, como pastizales, matorrales y vegetación similar a pastos boscosos. Así lo ha confirmado un equipo de ecologistas, biólogos, geógrafos, geólogos y científicos de la Tierra de toda Europa, en colaboración con un colega del Reino Unido y otro de Canadá.
El grupo de especialistas ha encontrado pruebas que sugieren que Europa no estuvo cubierta de bosques durante el último período interglacial, como muchos han sugerido, y que en lugar de ese escenario, su horizonte era mitad pastizal. En su proyecto, publicado en la revista Science Advances, el grupo estudió muestras de polen recogidas durante muchos años en excavaciones de toda Europa.
Como señalan los investigadores, hay muchas opiniones sobre el paisaje europeo durante el último período interglacial, hace 116.000 a 129.000 años, el período justo antes de que los humanos modernos llegaran a escena. Muchos han sugerido que prácticamente la totalidad del continente estaba cubierto de espesos bosques.
Estos argumentos se han visto reforzados por muestras de polen de árboles encontradas en múltiples sitios de toda Europa que datan de la época objeto de estudio. Pero tales documentos, según ahora afirman los investigadores, están sesgados por el hecho de que los árboles producen mucho más polen que otros tipos de vegetación, como los pastos, por ejemplo.
Para este nuevo análisis, el equipo de investigación analizó muestras de polen recolectadas durante muchos años en sitios de excavación por equipos de investigación de toda Europa.Como parte de ese trabajo, utilizaron el método de reconstrucción REVEAL, un modelo informático que se ha desarrollado durante muchos años para tener en cuenta una diversidad de factores ambientales, como las cantidades de polen de diferentes especies de plantas. Con esta nueva herramienta es posible hacer estimaciones del número de plantas en una determinada área en un momento dado.
Los datos mostraron que diferentes tipos de vegetación variaron en densidad en distintos sitios a lo largo del tiempo. También mostró grandes áreas de pastizales o sabanas. Cuando el equipo comparó las diferencias en la vegetación con los registros climáticos, no encontró nada que explicara por qué todo el continente no estaba cubierto de árboles. Sospechan que la razón de la existencia de pastizales fue la actividad de megafauna como rinocerontes y elefantes de colmillos rectos, que habrían pisoteado el suelo, impidiendo que los árboles crecieran.
“Encontramos que los bosques claros y la vegetación abierta representaron, en promedio, más del 50% de cobertura durante este período —sostuvo Elena A. Pearce, primera autora el documento, y especialista del Centro de Dinámica Ecológica en una Nueva Biosfera (ECONOVO) y Centro de Dinámica de la Biodiversidad (BIOCHANGE) del Departamento de Biología de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca—. El grado de apertura fue muy variable y sólo parcialmente relacionado con factores climáticos, lo que indica la importancia de los regímenes de perturbación natural. Nuestros resultados muestran que el bioma de bosque templado fue históricamente heterogéneo en lugar de uniformemente denso, lo que es consistente con la dependencia de gran parte de la biodiversidad europea contemporánea de la vegetación abierta y los bosques claros”, concluyó.
*La información contenida en este artículo periodístico se desprende de la investigación denominada “Importantes bosques claros y vegetación abierta caracterizaron el bioma de bosque templado anterior al Homo sapiens”, publicada en la revista Science Advances, de la que son autores: Elena A. Pearce, Florence Mazier, Signe Normand, Ralph Fyfe, Valérie Andrieu, Corrie Bakels, Zofia Balwierz, Krzysztof Binka, Steve Boreham, Olga K. Borisova, Anna Brostrom, Jacques-Louis de Beaulieu, Cunhai Gao, Penélope González-Sampériz, Wojciech Granoszewski, Anna Hrynowiecka, Piotr Kolaczek, Petr Kunes, Donatella Magri, Malgorzata Malkiewicz, Tim Mighall, Aice M. Milner, Según Möller, Malgorzata Nita, Bozena Noryskiwicz, Irena Agnieszka Pidek, Mauricio Reille, Ann-Marie Robertsson, J. Sakari Salonen, Patrick Schläfli, Jeroen Schokker, Paolo Scussolini, Vaida Šeiriené, Jaqueline Strahl, Brigitte Urbano, Anna Inviernoy, Jens-Christian Svenning. Además del comunicado de prensa emitido por la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.