Investigan si los nuevos medicamentos para adelgazar pueden también controlar las ansias de beber alcohol

Fueron detectados pacientes que se aplican los fármacos como semaglutida y tirzepatida para la obesidad que comenzaron a consumir menos bebidas alcohólicas. Qué está haciendo la ciencia para obtener pruebas sólidas

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El uso del fármaco semaglutida afecta al cerebro y parece eliminar el placer que se recibe al beber alcohol. Pero aún se desconoce si el medicamento es seguro y eficaz para el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol
El uso del fármaco semaglutida afecta al cerebro y parece eliminar el placer que se recibe al beber alcohol. Pero aún se desconoce si el medicamento es seguro y eficaz para el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol

Los medicamentos llamados agonistas del receptor GLP-1 se habían desarrollado para tratar la diabetes tipo 2. Después de evaluarlos en ensayos clínicos, se descubrió que esos fármacos no sólo controlan los niveles alterados de glucemia sino que también facilitan la pérdida de peso.

Ahora también existe la posibilidad de que esos medicamentos —que tienen el principio activo semaglutida y se conocen como Ozempic™ y Wegovy™, y el tirzepatida, que lleva el nombre Mounjaro también sirvan para los trastornos por consumo de alcohol.

Algunos médicos y pacientes están observando un sorprendente efecto secundario: la disminución de las ganas de beber alcohol. Ya hubo algunos estudios preliminares, pero están pendientes las pruebas sólidas que avalen el uso de los fármacos para quienes tienen problemas con el alcohol.

En el mundo hay un preocupación por el desarrollo de tratamientos efectivos para estos trastornos. Se sabe que el consumo de bebidas alcohólicas contribuye a 3 millones de muertes al año en todo el mundo, así como a discapacidad y la mala salud para millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A partir de anécdotas de pacientes y médicos se empezó a estudiar que los agonistas del receptor GLP-1 como Ozempic también podrían ser útiles para las personas con trastornos por el consumo de alcohol (Justin Sullivan/Getty Images)
A partir de anécdotas de pacientes y médicos se empezó a estudiar que los agonistas del receptor GLP-1 como Ozempic también podrían ser útiles para las personas con trastornos por el consumo de alcohol (Justin Sullivan/Getty Images)

Una de las personas que notó el cambio con el medicamento para adelgazar fue Megan Johnston, de 38 años, una agente inmobiliaria de los Estados Unidos. La mujer había engordado 10 kilos y había empezado a beber más alcohol tras la pandemia por el coronavirus. El año pasado empezó a utilizar semaglutida, que es el principio activo de varias marcas de los fármacos adelgazantes.

“Recuerdo que en mi revisión del año pasado le dije a mi médico que bebía más de 15 copas a la semana”, declaró Johnston a CBS News. Pero desde que se aplica el medicamento ha reducido drásticamente el consumo de alcohol, e incluso algunas semanas no bebe nada. Bajó el 75% el el uso de esas bebidas.

Pero aún faltan ensayos clínicos que demuestren la eficacia y la seguridad de ese tipo de medicamentos para los trastornos por consumo de alcohol. Los estudios están en marcha.

“Si este medicamento resulta seguro y eficaz para tratar la adicción, sólo por el número de personas que ya lo toman con otros fines, se convertirá en la mayor farmacoterapia contra la adicción jamás desarrollada”, afirmó Kyle Simmons, director del Centro de Imágenes Biomédicas de la Universidad Estatal de Oklahoma y catedrático de Farmacología y Fisiología.

Los ensayos clínicos sobre Ozempic y otros fármacos para tratar los desórdenes por el consumo de alcohol ya están en marcha. El doctor Kyle Simmons lidera uno de los estudios (Universidad del Estado de Oklahoma/ EE.UU)
Los ensayos clínicos sobre Ozempic y otros fármacos para tratar los desórdenes por el consumo de alcohol ya están en marcha. El doctor Kyle Simmons lidera uno de los estudios (Universidad del Estado de Oklahoma/ EE.UU)

Simmons dirige uno de los varios ensayos clínicos actualmente en curso para examinar si la semaglutida reduce la ansiedad por el alcohol.

“Si resulta que este medicamento es seguro y eficaz para tratar la adicción, sólo por el número de personas que ya lo toman para otros fines, se convertiría en la mayor farmacoterapia para la adicción jamás desarrollada”, afirma Kyle Simmons, director del Centro de Imágenes Biomédicas de la Universidad Estatal de Oklahoma y profesor de farmacología y fisiología.

El uso del fármaco semaglutida afecta al cerebro y parece eliminar el placer que se recibe al beber alcohol. Pero aún se desconoce si el medicamento es seguro y eficaz para el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol.

Ya hubo un reporte de 6 casos de pacientes que recibieron semaglutida y tuvieron una reducción significativa de los síntomas del desorden por consumo de alcohol (Getty)
Ya hubo un reporte de 6 casos de pacientes que recibieron semaglutida y tuvieron una reducción significativa de los síntomas del desorden por consumo de alcohol (Getty)

En la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs Michael Bremmer y Christian Hendershot, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Estados Unidos, publicaron recientemente un artículo en el que plantea la importancia de tener en cuenta los comentarios en redes sociales de personas que consumen los medicamentos para adelgazar y registran cambios en el consumo de alcohol

Consideran que los comentarios “no sólo apoyan la justificación de los ensayos clínicos, sino que también apuntan a posibles mecanismos neuroconductuales (por ejemplo, saciedad, ansia/preocupación, aversión, respuesta subjetiva alterada) que podrían servir de base a hipótesis para estudios neurocientíficos y de laboratorio en humanos”.

En noviembre pasado, el grupo del doctor Kyle Simmons había publicado el reporte de 6 casos de pacientes que recibieron semaglutida y tuvieron una reducción significativa de los síntomas del desorden por consumo de alcohol. “Esta serie de casos es consistente con los datos preclínicos y sugiere que los agonistas del receptor GLP-1 tienen un fuerte potencial en el tratamiento del desorden. Se necesitan estudios clínicos adicionales aleatorizados y controlados con placebo para evaluar plenamente la eficacia de la semaglutida”.

Otra investigación también sugirió que combinar terapia cognitiva-conductual y los medicamentos como Ozempica puede ayudar a las personas con problemas en el consumo de alcohol (Getty)
Otra investigación también sugirió que combinar terapia cognitiva-conductual y los medicamentos como Ozempica puede ayudar a las personas con problemas en el consumo de alcohol (Getty)

En 2022 investigadores daneses (algunos de los cuales habían recibido anteriormente financiación de laboratorios que elaboran los medicamentos) publicaron los resultados de un ensayo clínico en el que se probó Ozempic en pacientes con trastorno por consumo de alcohol.

El estudio incluyó a casi 130 personas y examinó si los participantes que recibieron el compuesto, junto con terapia cognitivo-conductual, bebían menos que quienes recibieron placebo y terapia.

Los medicamentos como tirzepatida o semaglutida se deben usar para la obesidad cuando están indicados por un profesional de la salud junto con cambios hacia una alimentación saludable y actividad física regular (Getty)
Los medicamentos como tirzepatida o semaglutida se deben usar para la obesidad cuando están indicados por un profesional de la salud junto con cambios hacia una alimentación saludable y actividad física regular (Getty)

Ambos grupos mostraron una disminución del consumo de alcohol, pero los pacientes diagnosticados de obesidad que fueron tratados con el fármaco y la terapia redujeron drásticamente la cantidad que bebían, en comparación con los que sólo recibieron el placebo y la terapia.

Los investigadores también examinaron los escáneres cerebrales de algunos participantes para ver qué ocurría cuando miraban imágenes de alcohol; en los que tomaron el compuesto GLP-1, “las zonas del cerebro relacionadas con la adicción se iluminaron en mucha menor medida”, contó Anders Fink-Jensen, profesor de psiquiatría de la Universidad de Copenhague y coautor del estudio.

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