Durante su estancia en Marte, la misión InSight (exploración interior mediante investigaciones sísmicas, geodesia y transporte de calor) de la NASA registró más de 1.300 eventos sísmicos, conocidos como “martemotos”. De estos, se identificó que varios provenían de eventos de cráteres de impacto de meteoritos en la superficie.
Sin embargo, el terremoto que más fuerte sacudió a Marte no se debió a la colisión de un asteroide sino a las fuerzas tectónicas dentro del propio planeta. En el trabajo, publicado en la revista Geophysical Research Letters, se logró evidenciar, mediante los nuevos hallazgos, que el planeta rojo es más activo sísmicamente de lo que se pensaba anteriormente.
El 4 de mayo de 2022, el módulo de aterrizaje InSight (ahora retirado) de la NASA registró un terremoto de magnitud 4,7, cinco veces más fuerte que el pico anteriormente identificado de 4,2 que midió en 2021. A diferencia de la mayoría de los sismos que cesan en una hora, las reverberaciones de este continuaron durante un récord de seis horas, siendo el más fuerte y más largo jamás registrado en otro planeta.
La señal del terremoto masivo de mayo de 2022, medida por un sismómetro sensible a bordo del módulo de aterrizaje, fue similar a otras causadas por impactos de asteroides, es por eso que se comenzó a buscar un cráter nuevo de 300 metros de ancho en Marte y una columna de polvo, ambos signos habrían aparecido inmediatamente después.
Además, equipos en India, China, Europa y los Emiratos Árabes Unidos buscaron indicadores utilizando sus respectivos orbitadores alrededor de Marte, pero nunca fueron encontrados. Por eso, después de meses de búsqueda, los científicos concluyeron que el terremoto fue de origen tectónico.
A diferencia de la Tierra, Marte es demasiado pequeño y frío para albergar procesos tectónicos. Las placas terrestres (rocas masivas de forma irregular cuyos límites están enterrados bajo los océanos) se mueven en respuesta a fuerzas en el manto (la capa entre su corteza y su núcleo) y generalmente provocan deslizamientos de tierra y terremotos. La superficie del planeta rojo, sin embargo, no está conformada de la misma manera, por lo que no se cree que la tectónica de placas sea similar.
Detrás de los movimientos
El terremoto detectado por InSight probablemente fue causado por la liberación de tensión de mil millones de años dentro de la corteza de Marte que se formó y evolucionó debido al enfriamiento y encogimiento de varias partes del planeta a diferentes ritmos.
Todavía no entendemos completamente por qué algunas partes del planeta parecen tener mayores tensiones que otras, pero resultados como estos nos ayudan a investigar más a fondo. Seguimos pensando que este planeta no tiene placas tectónicas activas hoy en día, por lo que este evento probablemente fue causado por la liberación de tensión dentro de la corteza marciana que es el resultado de miles de millones de años de evolución, incluido el enfriamiento y la contracción de diferentes partes del planeta a distintos ritmos.
En lo que se cree que es la primera vez que todas las misiones en órbita de Marte se han coordinado, los satélites operados por la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Nacional China, la Organización de Investigación Espacial de la India y la Agencia Espacial de los Emiratos Árabes Unidos recorrieron el superficie de Marte, utilizando sus diferentes conjuntos de instrumentos para buscar una nueva cicatriz de impacto lo suficientemente grande como para haber sido la fuente de S1222a, nombre técnico que se le dio al evento. La búsqueda no arrojó tal resultado. Lo que deja una explicación principal: el movimiento tectónico.
Esto sugiere que Marte probablemente también sea mucho más activo sísmicamente de lo que pensábamos. Lamentablemente, InSight ya no está operativo para seguir investigando, aunque los datos que ya ha recopilado brindarán a los científicos material para reflexionar en los años venideros, y futuras misiones e investigaciones podrían ayudar a responder algunas de las preguntas que plantea este nuevo descubrimiento. Algún día, esta información puede ayudarnos a comprender dónde sería seguro para los humanos vivir en Marte y dónde sería conveniente evitarlo.
*Benjamín Fernando, becario postdoctoral de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, y autor del documento