Con los robots Curiosity y Perserverance de la NASA rodando y perforando la superficie de Marte desde hace varios años, y con los retrasos y contrapiés que tuvieron los rusos en los últimos años, Europa busca enviar su propio robot en busca de rastros de vida subterránea.
La Agencia Espacial Europea publicó esta semana un video que recrea la misión de su rover Rosalind Franklin en la superficie de Marte -cuyo lanzamiento anuncia ahora para 2028- que será capaz de perforar hasta dos metros en el suelo marciano en busca de rastros de vida pasada o actual.
La misión se ha retrasado dos veces. Primero, por haber descartado a su principal socio, Rusia, debido a que invadió Ucrania hace casi dos años. La ESA puso fin formalmente a la cooperación de la misión con Roscosmos en julio de 2022 y debió buscar un nuevo socio en la NASA para poder afrontarla.
Y segundo, por problemas en el paracaídas que debe accionarse en la atmosfera de Marte para que el rover logre un suave aterrizaje.
Las imágenes del nuevo video muestran la ingeniería estructural de la nave espacial con una fiel apariencia robótica. “El paisaje marciano ha sido simulado con meticuloso realismo”, informa la ESA.
Potencial para la búsqueda de vida
El rover Rosalind Franklin de la ESA tendrá un potencial científico único para buscar evidencia de vida pasada en Marte gracias a su taladro y a sus instrumentos científicos.
Será el primer rover que alcance una profundidad de hasta dos metros bajo la superficie, adquiriendo muestras que han sido protegidas de la radiación superficial y de las temperaturas extremas.
La perforadora llegará hasta suelos de zonas antiguas de Marte y los analizará in situ con su laboratorio a bordo. La misión también servirá para demostrar tecnologías clave que Europa necesita dominar para futuras misiones de exploración planetaria.
Esto incluye la capacidad de aterrizar de forma segura en un planeta, moverse de forma autónoma en la superficie y realizar perforaciones y procesamiento y análisis de muestras de forma automática.
El rover utilizará técnicas de conducción novedosas, incluido caminar sobre ruedas para superar terrenos difíciles, así como software de navegación autónomo, , según adelantó la ESA.
Un nombre icónico en la ciencia
El nuevo rover europeo lleva el nombre de una de las representantes más importantes de la ciencia moderna: Rosalind Franklin.
En 1938, ingresó a la Universidad de Cambridge, donde estudió química natural y se destacó por sus habilidades analíticas; en 1941 obtuvo una beca para realizar su doctorado en la misma institución, en tiempos en que el acceso a la educación superior para las mujeres era limitado y las barreras de género eran omnipresentes. Terminó por doctorarse a los 25 años de edad.
El destino la llevó a trabajar en la estructura del ADN, el material que guarda las claves de la vida misma. La investigación de Rosalind Franklin se centró en la difracción de rayos X, una técnica que permitía estudiar la estructura de materiales cristalinos. Fue en el King’s College de Londres donde realizó su trabajo más influyente. Franklin obtuvo imágenes de alta calidad de la molécula de ADN mediante la técnica de difracción de rayos X, proporcionando valiosa información sobre su estructura.
Uno de sus logros más destacados fue la famosa “Fotografía 51″, una imagen cristalina del ADN que revelaba su estructura helicoidal en forma de doble hélice. Esta fotografía resultó crucial para la comprensión de la estructura del ADN.
Franklin no solo se dedicó apasionadamente a su trabajo en el laboratorio, sino que también contribuyó a la lucha humanitaria durante la Segunda Guerra Mundial, brindando refugio a judíos en Europa.
Rosalind Franklin falleció a una temprana edad, el 16 de abril de 1958, debido a un cáncer de ovario. Aunque su vida fue corta, su legado sigue vivo en la ciencia moderna.