El cráneo de los mamíferos (cráneo sin mandíbula inferior) es representativo de la diversidad de estas especies y, por lo tanto, es de particular interés para los biólogos de todas las disciplinas.
Un patrón ampliamente recuperado que acompaña a la diversificación craneal de los mamíferos se conoce como alometría evolutiva craneofacial (CREA, por su sigla en inglés). Esto postula que los adultos de especies más grandes, en un grupo estrechamente relacionados, tienden a tener caras relativamente más largas y cerebros más pequeños. Sin embargo, no se ha sugerido oficialmente ningún proceso para explicar este patrón.
Ahora una nueva revisión científica que acaba de ser publicada en Biological Reviews, explica que los caballos y otros grandes mamíferos tienen caras alargadas debido a ventajas evolutivas.
El equipo de investigadores de la Universidad de Flinders y la Universidad de Adelaida, ambas en Australia, exploró este fenómeno, ya que desempeña un papel importante en los estudios de evolución de los mamíferos, debido a que los rasgos faciales extendidos a menudo se correlacionan con tamaños corporales más grandes dentro de grupos de animales específicos.
El fenómeno denominado CREA observado en diversos grupos de mamíferos como gatos, roedores, ciervos, canguros y algunos monos, se manifiesta en el alargamiento relativo de las caras a medida que aumenta el tamaño del cuerpo. Los ejemplos se hacen evidentes al comparar diferentes animales, como la cara de una oveja con la de una vaca o la de un pequeño ciervo con la de un alce gigantesco.
Cómo entender la cara larga
A pesar de su prevalencia, la explicación de CREA sigue siendo difícil de alcanzar. Una idea propuesta sugiere que el patrón podría ser un aspecto inherente al desarrollo del cráneo, en el que la cara de un mamífero se alarga automáticamente a medida que crece. Sin embargo, esta explicación enfrenta desafíos, ya que existen casos de ausencia o reversión del patrón CREA.
Animales como los demonios de Tasmania, las nutrias marinas y las orcas que son más grandes que sus parientes, poseen caras más cortas, mientras que los potorous de nariz larga y tamaño pequeño (un género de marsupiales diprotodontos), las zarigüeyas y los murciélagos que se alimentan de néctar tienen caras alargadas.
Los investigadores sugieren que la biomecánica de cómo las especies usan sus caras para comer proporciona una explicación plausible para los puntos en común de CREA. Los animales estrechamente relacionados con dietas similares exhiben patrones craneofaciales similares.
Por ejemplo, tanto las ovejas como las vacas consumen pasto, pero debido a su menor tamaño, las ovejas necesitan ejercer más fuerza al morder, favoreciendo caras más cortas que mejoran la eficiencia de la mordida.
Para los especialistas la especialización ecomorfológica del cráneo probablemente sea el principal impulsor de los patrones de escala facial, con algunas limitaciones de desarrollo como posibles factores secundarios. Los mamíferos más grandes, que se benefician de músculos más sustanciales, pueden permitirse caras más largas, lo que resulta ventajoso para los herbívoros para alcanzar más hojas o tomar bocados más grandes, y para los carnívoros para acomodar colmillos más grandes o facilitar un cierre más rápido de la mandíbula.
Así, la posibilidad de que las especies más grandes tengan una gama más amplia de funciones craneales cuando están menos limitadas por las demandas de fuerza de mordida también podría explicar por qué la selección por tamaños más grandes parece prevalecer en algunos clados de mamíferos.
* Vera Weisbecker de profesora asociada de la Universidad de Flinders en Australia.