El cáncer de colon es la segunda causa de muerte por tumores en todo el mundo. Se calcula que en 2020 se produjeron más de 1,9 millón de nuevos casos de cáncer colorrectal y más de 930.000 muertes. Un estudio realizado en Países Bajos develó una asociación entre el microbioma intestinal y la aparición de lesiones pre-cancerosas y cáncer colorrectal. Los resultados fueron presentados en el congreso de la Unión Europea de Gastroenterología, conocido como UEG Week 2023.
El microbioma es el conjunto de todos los microbios, como bacterias, hongos, virus y sus genes, que viven de forma natural en el cuerpo humano. Aunque los microbios son tan pequeños que se necesita un microscopio para verlos, contribuyen en gran medida a la salud y el bienestar humanos: protegen contra los agentes patógenos, ayudan a desarrollar el sistema inmunitario y permiten digerir los alimentos para producir energía.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, el microbioma humano es diverso, y cada lugar del cuerpo -por ejemplo, el intestino, la piel y las cavidades oral y nasal- tiene una comunidad diferente de microbios.
El microbioma básico de una persona se forma en los primeros años de vida, pero puede cambiar con el tiempo en respuesta a diferentes factores, como la alimentación, los medicamentos y las exposiciones ambientales.
Las diferencias en el microbioma pueden dar lugar a diferentes efectos sobre la salud de las exposiciones ambientales y también pueden ayudar a determinar la susceptibilidad individual a ciertas enfermedades.
En una nueva investigación, que fue llevada a cabo en Países Bajos, los científicos consiguieron identificar variaciones significativas en el microbioma intestinal de individuos que desarrollaron lesiones precancerosas de colon. Ese hallazgo sugiere una posible conexión entre las bacterias intestinales y la aparición de lesiones y cánceres colorrectales. Incluso, los resultados podrían ayudar a una mejor prevención y detección de la enfermedad.
El estudio fue prospectivo a gran escala. Participaron 8208 personas: se vinculó los datos del Proyecto Holandés del Microbioma con la base de datos nacional de patología de los Países Bajos para identificar todos los casos registrados de biopsias de colon de las últimas cinco décadas.
Los investigadores analizaron la función y la composición de los microbiomas intestinales de 214 participantes que desarrollaron lesiones colorrectales precancerosas antes de la toma de muestras fecales entre 2000 y 2015. También hicieron lo mismo con los 305 participantes que generaron lesiones después de la toma de muestras fecales. Esos grupos se compararon después con individuos con resultados normales en la colonoscopia (que fueron 202 personas) y con la población general.
Para profundizar en el papel del microbioma intestinal, los investigadores también están examinando cepas bacterianas específicas y sus funciones en el intestino mediante la reconstrucción de sus genomas a partir de datos metagenómicos.
Los resultados revelaron que los individuos que desarrollaron lesiones en el colon tras la toma de muestras fecales presentaban una mayor diversidad en su microbioma intestinal en comparación con los que no desarrollaron lesiones. Además, la composición y la función del microbioma diferían entre los individuos con lesiones pre-existentes o futuras y variaban en función del tipo de lesión.
En particular, las especies bacterianas de la familia Lachnospiraceae y los géneros Roseburia y Eubacterium se relacionaron con el desarrollo futuro de lesiones.
Ranko Gacesa, del Centro Médico Universitario de Groninga y autor principal del estudio, comentó: “Aunque en este estudio no investigamos los mecanismos, se sabe por investigaciones anteriores que algunas de las especies bacterianas identificadas pueden tener propiedades que podrían contribuir al desarrollo de lesiones colorrectales”.
Por ejemplo, se sabe que una bacteria llamada Bacteroides fragilis “produce una toxina que puede provocar una inflamación crónica de bajo grado en el intestino. Se cree que la inflamación prolongada es potencialmente genotóxica y carcinogénica, lo que significa que puede causar daños genéticos y promover el cáncer”, explicó.
El cáncer se puede desarrollar a partir de lesiones precancerosas en el intestino. Por lo cual, la eliminación de esas lesiones es una estrategia eficaz para prevenir el cáncer colorrectal. Sin embargo, los métodos de detección no invasivos existentes, como la prueba inmunoquímica fecal, producen un elevado número de falsos positivos, lo que conduce a colonoscopias innecesarias, señaló el experto.
También consideró que la conexión entre el microbioma intestinal y las lesiones precancerosas no se ha explorado lo suficiente. Por eso, todavía no se sabe con certeza si las bacterias intestinales pueden predecir la aparición del cáncer colorrectal.
“Nuestros hallazgos sugieren que el microbioma podría actuar como una valiosa herramienta para mejorar las pruebas existentes, avanzando en los métodos de detección precoz de lesiones precancerosas y cáncer colorrectal”, expresó Gacesa.
En diálogo con Infobae, Lisandro Pereyra, del Servicio de Gastroenterología del Hospital Alemán de Buenos Aires y capacitador del Programa Nacional de Cáncer de Colon del Ministerio de Salud de la Nación, opinó: “Los resultados del estudio representan un inicio en el camino para encontrar biomarcadores en el futuro en los pacientes con más riesgo de desarrollar cáncer colorrectal”.
El microbioma tiene un gran rol en la salud digestiva de cada persona. “En este nuevo estudio le tomaron una muestra a los participantes, y encontraron que los que tenían más diversidad, tuvieron más lesiones pre-neoplásicas o neoplásicas. Hasta ahora se creía lo contrario. Se necesitarán más estudios para llegar a contar con marcadores”, agregó.
El cáncer colorrectal es un tipo de cáncer que afecta al colon (intestino grueso) o al recto. El riesgo de desarrollarlo aumenta con la edad. La mayoría de los casos afectan a personas mayores de 50 años.
Los síntomas más frecuentes son diarrea, estreñimiento, sangre en las heces, dolor abdominal, pérdida de peso inexplicable, fatiga y niveles bajos de hierro. Muchas personas no presentan signos en las primeras fases de la enfermedad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el riesgo de cáncer colorrectal puede reducirse siguiendo una alimentación saludable, con la práctica de la actividad física de manera continua, no se debe consumir tabaco y limitar el consumo de alcohol. Las revisiones periódicas son cruciales para la detección precoz.