Crece la preocupación entre los astrónomos tras el lanzamiento de dos prototipos de satélites de la red Project Kuiper de Amazon en los últimos días. Mientras la compañía ejecuta sus planes de tener más de 3.200 orbitadores en el espacio, los expertos alertan que estos cuerpos interfieren de manera peligrosa con las observaciones científicas.
Según astrónomos consultados por Wired, el problema principal radica en que los satélites, especialmente los más brillantes, pueden causar obstrucciones serias a las observaciones celestes, tanto visuales como radiales, dificultando la recolección de datos.
En una conferencia de astronomía celebrada esta semana por el Centro para la Protección del Cielo Oscuro y Silencioso de la Unión Astronómica Internacional, expertos discutieron posibles soluciones a este problema emergente, al considerar que estas constelaciones de satélites, también podrían aumentar los riesgos de colisiones en la órbita terrestre baja y generar más basura espacial.
En ese sentido, Aparna Venkatesan, astrofísica de la Universidad de San Francisco, quien estuvo presente en la conferencia, calificó el problema como “Una nueva era con un gran zoo de satélites” y advirtió que “Tener un montón de satélites brillantes en el cielo será muy disruptivo para la astronomía”.
Aun así, se enfatizó que, si bien la comunidad astronómica en general no se opone a las constelaciones de satélites, puesto que ofrecen servicios vitales como el acceso a internet de banda ancha y la navegación, es necesario halla una solución que permita su permanencia en el espacio sin afectaciones mayores a la ciencia.
Qué es la contaminación lumínica
También conocida como luz difusa, es el fenómeno por el cual los satélites artificiales reflejan la luz del Sol de vuelta a la Tierra. Esto ocurre principalmente durante la noche cuando los satélites, situados en órbita terrestre baja, siguen iluminados por el sol mientras que desde la superficie terrestre se ha ocultado.
Esta contaminación lumínica, puede tener consecuencias significativas para la observación astronómica puesto que los expertos dependen de la oscuridad del cielo para sus observaciones y estudios; la luz adicional emitida por estos satélites puede interferir en las imágenes y datos capturados.
A medida que la densidad de estas redes de satélites aumenta, también lo hace la preocupación por su impacto en la astronomía y en la visión del cielo nocturno.
Límites insuficientes
Bajo esta lógica, los astrónomos han propuesto un límite de brillo para los satélites, sin embargo muchos de ellos lo superan, llegando incluso a causar interferencias con las señales de radio que sufren un ruido estático, que imita los signos de los fenómenos cósmicos que los astrónomos están tratando de estudiar.
Benjamin Winkel, astrónomo del Instituto Max Planck de Astronomía de Radio en Bonn, Alemania, quien también asistió a la conferencia, comentó que “Siempre estuvo claro que los satélites tendrían este efecto, porque todos los aparatos electrónicos lo tienen. Es inevitable. Sabíamos que habría radiación filtrada, pero no supimos hasta ahora cuánto” aseguró.
Búsqueda de soluciones
El Centro para la Protección del Cielo Oscuro y Silencioso de la Unión Astronómica Internacional coordinará investigaciones y llevará a cabo tareas de promoción para reducir los efectos de la interferencia de luz y radio en la ciencia espacial, publicó Wired.
El nuevo centro, con sedes en el NOIRLab de Tucson, Arizona, y en el Observatorio Square Kilometer Array de Manchester, Inglaterra, señala que el mantenimiento de los cielos oscuros y la dirección de los efectos de estas constelaciones de satélites se han convertido en prioridades globales.
La institución, que incluye a astrónomos profesionales de más de 90 países, se ha propuesto abordar el impacto de los miles de satélites en órbita terrestre baja.
La nueva entidad, explica Wired, se divide en cuatro grupos. Uno de ellos, llamado SatHub, encargado de recolectar datos de astrónomos profesionales y aficionados, incluyendo imágenes de rastros de satélites, motivando a empresas a compartir información para minimizar los efectos en sus trabajos.
Otros focos de acción serán: la comunicación con expertos de la industria para que los nuevos satélites sean menos reflectantes y evitar las frecuencias de radio que utilizan los telescopios; la elaboración de recomendaciones de políticas nacionales e internacionales.
También, la coordinación de la participación comunitaria, colaborando con grupos indígenas, ambientalistas, grupos de astro-turismo y otros interesados en limitar la contaminación lumínica y preservar cielos oscuros y tranquilos para todos.
Con cada lanzamiento de satélites, los efectos sobre las observaciones astronómicas se vuelven más evidentes y preocupantes. Un equipo de astrónomos publicó recientemente que el 18% de las imágenes tomadas durante el crepúsculo en 2021 contenían trazas de satélites, en comparación con menos del 0,5% dos años antes.
Los expertos temen que esta creciente interferencia lumínica dificulte la detección de ciertos objetos en el cielo, incluyendo asteroides y cometas cercanos a la Tierra.