Cuando una persona es hospitalizada por una enfermedad o por un accidente enfrenta también el riesgo de adquirir infecciones asociadas al cuidado de la salud. Una manera de reducir ese riesgo consiste en que las instituciones cuenten con programas de prevención de infecciones.
Científicos de los Estados Unidos están desarrollando una vacuna o estimulador para que los pacientes puedan llegar a estar protegidos contra las superbacterias que los puedan afectar durante las internaciones.
Se trata de una vacuna experimental. Los resultados preliminares fueron publicados en un estudio publicado por los científicos en la revista Science Translational Medicine. Pertenecen a la Universidad del Sur de California y ya la patentaron.
Los investigadores diseñaron la fórmula para prevenir infecciones graves provocadas por patógenos que son resistentes a los medicamentos.
En el estudio publicado demostraron que una sola dosis, que fue administrada en modelos de ratón, puso a las células inmunitarias en modo “Increíble Hulk”, según mencionaron los investigadores. Esto significa que brinda una rápida protección contra ocho especies diferentes de bacterias y hongos.
El desarrollo funciona como un “sistema de alerta temprana. Es como si Seguridad Nacional emitiera una alerta terrorista”, comparó Brad Spellberg, autor principal y director médico del Centro Médico General de Los Ángeles, afiliado a la universidad.
Consiste en una formulación de tres compuestos que dan hasta 28 días de protección frente a la bacteria hospitalaria Pseudomonas aeruginosa, entre otras, y parece funcionar reforzando el sistema inmunitario innato, la respuesta generalizada de primera línea del organismo frente a los patógenos invasores.
Dos de los tres compuestos ya se utilizan en vacunas aprobadas por la autoridad regulatoria de medicamentos, la FDA. El tercer componente es una pequeña porción de la superficie de un hongo común en la piel humana.
La vacuna experimental estimula el suministro preexistente de células inmunitarias inhibidoras de patógenos llamadas macrófagos, que engullen y digieren bacterias, hongos y otros agentes nocivos. Estas células activadas, presentes en todos los tejidos, neutralizan rápidamente a los invasores entrantes, que de otro modo podrían multiplicarse con rapidez y desbordar las defensas del organismo.
“Esto es muy distinto de desarrollar nuevos antibióticos”, explicó Jun Yan, estudiante de doctorado de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sureste de California y primer autor del estudio. “Se trata de utilizar nuestro propio sistema inmunitario para luchar contra distintas superbacterias, lo cual es un enfoque distinto al de todos los demás”, puntualizó.
“Es un enfoque muy interesante”, comentó Jay Kolls, neumólogo e investigador de vacunas de la Universidad de Tulane, en los Estados Unidos, quien no participó en el estudio. “Es uno de los primeros trabajos que he visto en los que se intenta atacar las infecciones, utilizando múltiples componentes que activan el sistema inmunitario innato”, agregó.
Pero señaló que el nuevo producto utiliza ingredientes inespecíficos para proporcionar una protección a corto plazo contra diversas bacterias y hongos. Por eso, en lugar de llamarla “vacuna”, considera que sería mejor considerarla como “estimulante inmunitario” o “potenciador”
Cada año, las infecciones adquiridas durante la atención sanitaria matan a más de 90.000 personas en los Estados Unidos y acumulan un costo sanitario de entre 28.000 y 45.000 millones de dólares. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, uno de cada 31 pacientes hospitalizados sufre al menos una infección de este tipo.
“En América Latina, la tasa promedio de mortalidad en hospitales solo alcanza al 17% de los pacientes internados si no adquieren una infección hospitalaria”, según había contado a Infobae el médico argentino Víctor Rosenthal, fundador y presidente de la Comunidad Científica Internacional de Control de Infecciones Nosocomiales.
En cambio, cuando un paciente hospitalizado adquiere una infección, la tasa de mortalidad es del 30%. Cuando tienen dos infecciones, sube al 40%. Si el paciente adquiere tres infecciones, la mortalidad puede llegar al 63 %.
Para desarrollar la vacuna, Spellberg y colaboradores crearon la empresa ExBaq LLC, y ya han empezado a hablar con posibles socios farmacéuticos que estarían interesados en seguir desarrollando la vacuna para ensayos clínicos en humanos. El siguiente paso es obtener orientación de la FDA sobre los requisitos para completar los estudios preclínicos y presentar una solicitud del producto en fase de investigación en 2024.
El primer ensayo de este tipo se realizaría en voluntarios sanos para encontrar la dosis adecuada de vacuna que sea segura y desencadene en las personas el mismo tipo de respuesta inmunitaria que la observada en los ratones.