Daniel Glavin científico principal para la devolución de muestras en la División de Exploración del Sistema Solar del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, precisó que la presencia de carbono es muy importante, ya que constituye “los componentes básicos de la vida, y esta es la parte que encuentro realmente emocionante”.
Esto se debe a que está investigando si asteroides como Bennu sembraron la Tierra con sustancias químicas prebióticas. “Elegimos el asteroide correcto y no solo trajimos la muestra correcto. Esto es el sueño de los astrobiólogos, simplemente no puedo esperar a hacerlo. Vamos a aprender mucho sobre el origen del sistema solar, la evolución y, potencialmente, cómo comenzó la vida aquí en la Tierra”, agregó.
“Con casi un 5% de carbono en peso, siendo el carbono el elemento central de la vida, superando con creces nuestro objetivo de 60 g, esta es la muestra de asteroide rica en carbono más grande jamás devuelta a la Tierra”, afirmó sobre los 250 gramos que en total logró traer a la Tierra la cápsula espacial. Las moléculas de carbono y agua son exactamente el tipo de material que queríamos encontrar. Nos van a ayudar a determinar el origen de elementos que podrían haber dado lugar a la vida. La muestra también mejorará nuestra comprensión de cómo proteger a la Tierra de los asteroides. Nada está fuera de nuestro alcance cuando trabajamos juntos”, agregó Nelson.
“El análisis inicial de la muestra exhibe abundante agua en forma de minerales arcillosos hidratados que contienen carbono”, afirmó el administrador Bill Nelson, quien explicó que este descubrimiento no tiene precedentes.
“Esta es la era de las muestras espaciales, donde se abren muchas preguntas para respondernos y de esta manera hacer que nuestros sueños científicos comiencen a hacerse realidad. Pudimos mapear en detalle la superficie de Bennu durante mucho tiempo (2 años), pero ahora realmente tenemos una muestra en nuestras manos para analizarla y estudiarla con profundidad para que en los próximos meses y años, podamos reescribir la historia”, aseguró la doctora Makenzie B. Lystrup, directora del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, durante la conferencia de prensa.
OSIRIS-REx se lanzó el 8 de septiembre de 2016 desde la Base de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, y comenzó un viaje de dos años para encontrarse con el asteroide Bennu. La nave espacial llegó a la órbita de este cuerpo rocoso en agosto de 2018, donde pasó otros dos años escaneando y cartografiando la superficie del asteroide.
Se cree que Bennu se formó a partir de pedazos de un asteroide más grande en el cinturón de asteroides, luego de una colisión masiva, hace entre mil y dos mil millones de años. El estudio de los asteroides debería permitir a los científicos comprender mejor la formación del sistema solar y cómo la Tierra se volvió habitable.