Investigadores en biología sintética han creado un “consorcio bacteriano” capaz de descomponer plástico y transformarlo en material biodegradable útil, de acuerdo con un estudio reciente. Dos cepas modificadas genéticamente se encargan de no solo destruir plásticos tóxicos que contaminan, sino también de transformar estos residuos en plásticos reciclados que se pueden emplear para fabricar espumas, adhesivos o incluso nailon, sin impacto adicional en el medio ambiente.
Según detalló el portal académico Singularity Hub, la estrategia no se limita a los plásticos de tereftalato de polietileno (PET), uno de los más comunes, y posiblemente podría aplicarse a otros tipos de plásticos, abriendo la puerta hacia una “bioeconomía sostenible”.
El plástico tiene un rol crucial en la sociedad moderna debido a su maleabilidad, versatilidad y bajo costo de producción, pero es notoriamente difícil de degradar.
A pesar de que es tóxico para la mayoría de los organismos, algunas bacterias y hongos lo utilizan como fuente de energía, descomponiendo diferentes tipos de plásticos con enzimas especializadas. Sin embargo, estas cepas naturales son sensibles a la temperatura y la acidez y a menudo solo pueden descomponer plástico ya dañado por la luz UV o químicos.
Adicionalmente, las cepas capaces de descomponer los plásticos PET requieren semanas o incluso meses para hacerlo, y solo pueden manejar pequeños volúmenes.
Aquí es donde brilla la biología sintética, donde los científicos utilizan la ingeniería genética para dar a los organismos nuevas capacidades. En la línea de investigación reciente, detalló el medio norteamericano, se han modificado genéticamente dos cepas de Pseudomonas putida, bacterias frecuentemente encontradas en agua y suelo contaminados, para que cada una metabolice uno de los componentes principales del PET: el ácido tereftálico y el etilenglicol.
Separando esta labor entre dos cepas, los investigadores encontraron que las bacterias eran más eficientes en su trabajo, descomponiendo los componentes del PET de manera más efectiva en comparación con una única cepa que intenta procesar ambos. Una vez que lograron que sus bacterias descompongan completamente los residuos de plástico, el equipo de investigación integró varios genes para transformar estos componentes en nuevos materiales.
En una prueba que duró más de cuatro días, las dos cepas produjeron un polímero biodegradable muy prometedor a una tasa mucho más alta que una única cepa, produciendo hasta un 92% más del mismo.
Finalmente, y más significativamente, este estudio avanza en la visión del “bio-reciclaje”, haciendo el proceso más eficiente y demostrando que una división de labor es especialmente importante para refinar el proceso de reciclaje de PET.
Los investigadores creen que los ecosistemas bacterianos sintéticos podrían ser utilizados para abordar otros contaminantes plásticos y residuos en el futuro.
La idea de reciclar los residuos plásticos no es nueva. En el pasado, los científicos han utilizado el calor, la fuerza y los productos químicos para descomponer los residuos y reconstruirlos en material utilizable. Pero la bioconversión ofrece una vía nueva, más limpia y eficaz.