Las muestras del asteroide Bennu, que llegaron a la Tierra el pasado domingo en la misión OSIRIS-REx de la NASA, ya arribaron a Houston donde podrán ser analizada en un laboratorio sin contaminantes o “sala limpia” por científicos especializados.
Al día siguiente de arribado en el desierto de Utah desde el espacio, el material cósmico fue trasladado en un operativo de máxima seguridad en un avión C-17 de la Fuerza Aérea de EEUU, que aterrizó en Ellington Field. Desde allí, fueron transferidas al Centro Espacial Johnson de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
El equipo de científicos pasará las próximas semanas en la sala limpia del laboratorio construido exclusivamente para analizar las muestras de Bennu tomadas por un brazo robótico hace casi tres años, el 20 de octubre de 2020.
Tras su lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida, el 8 de septiembre de 2016 y luego de encontrarse con este asteroide para explorarlo y orbitarlo, la NASA logró traer a la Tierra unos 250 gramos del vital componente cósmico a suelo terrestre.
Sin embargo, la cantidad exacta se conocerá cuando se abra el contenedor, ya que algunos fragmentos se derramaron y flotaron cuando la nave espacial recogió demasiadas muestras y las rocas atascaron la tapa, hace unos tres años.
De todos modos, se trata del mayor botín procedente de más allá de la Luna. El regreso de la muestra del domingo marcó la primera misión de retorno de muestras de su tipo en Estados Unidos y “abrirá una cápsula del tiempo a los comienzos de nuestro sistema solar”, resaltó la NASA.
Es probable que Bennu sea un remanente bien conservado del sistema solar primitivo de 4.500 millones de años de antigüedad, por lo que la muestra debería proporcionar información sobre el papel que desempeñaron los asteroides similares en la formación de planetas y el transporte de material orgánico y agua a la Tierra que finalmente pudo haber dado lugar a la vida, agregó la NASA.
La NASA planea compartir estos hallazgos iniciales, además de las primeras imágenes de la muestra, en una transmisión en directo el próximo 11 de octubre.
Según la agencia gubernamental, los datos recopilados de la misión OSIRIS-REx también ayudarán a los científicos a comprender mejor los asteroides que podrían impactar la Tierra y proporcionar la información para futuras desviaciones de los mismos.
Después de haber practicado meses el procedimiento para extraer las muestras de la cápsula, los científicos y técnicos planean seguir los numerosos pasos para extraer la muestra del TAGSAM o caja receptora de la cápsula espacial. Primero, planean colocar el bote en la guantera y desmontarlo. Luego, planean retirar la cabeza de TAGSAM, donde los científicos esperan que esté la mayoría de las muestras, catalogando y almacenando cada pieza de hardware y polvo de asteroide que se encuentre fuera de ella.
Los investigadores planean analizar el polvo de asteroide del desmontaje inicial para tener una idea temprana de las características químicas, mineralógicas y físicas y los tipos de rocas que se pueden encontrar en la muestra masiva.
Cabe recordar que en el lugar de aterrizaje, permanecieron 3 científicos de la NASA y la Universidad de Arizona, junto con un especialista en seguridad militar y un piloto de helicóptero, para recolectar “muestras de suelo y aire del área para catalogar todo a lo que podría haber estado expuesta la cápsula”.
“Si de alguna manera el aire o el suelo llegó al recipiente de muestra dentro de la cápsula, los científicos deberán tener en cuenta esos contaminantes cuando analicen la composición química del polvo de Bennu”, explicaron los especialistas.
Al tiempo que resaltaron que “el objetivo de una misión fue buscar moléculas que puedan haber sido importantes para el origen de la vida en la Tierra (o posiblemente en otras partes del sistema solar)”.
La razón de este comportamiento es que “muchos de estos compuestos abundan en el medio ambiente de la Tierra. Por tanto, para preservar la ciencia y distinguir más fácilmente entre las moléculas de la Tierra y las del espacio, es imperativo proteger la muestra de la contaminación ambiental”.
“Tan pronto como el equipo de desmontaje abra la cápsula y retire varios componentes, dejando al descubierto el recipiente de muestra sin abrir, el plan es conectar el recipiente a un flujo continuo de nitrógeno, que será monitoreado cada hora. El cual protegerá la muestra de Bennu del oxígeno, la humedad y otros contaminantes”, relataron los expertos de la NASA.
Al tiempo que advirtieron que si se encuentran “partículas de asteroides sueltas dentro de la cápsula, se recogerán y se colocarán en vasos de aluminio para ser transferidas a Johnson”.
La importancia de las muestras
Lo cierto es que los científicos están muy entusiasmados por estudiar estas muestras, ya que creen que Bennu es un remanente del sistema solar primitivo y, por lo tanto, su materia podría arrojar luz sobre cómo se formaron los planetas de nuestro sistema solar.
Potencialmente, estas muestras pueden incluso revelar los componentes básicos que llevaron a la vida en la Tierra. Sin embargo, no hay ninguna razón para sugerir que haya algo biológico en Bennu.
“La entrega exitosa de muestras de Bennu a la Tierra es un triunfo del ingenio colaborativo y un testimonio de lo que podemos lograr cuando nos unimos con un propósito común. Hoy marca un hito extraordinario no sólo para el equipo OSIRIS-REx sino para la ciencia en su conjunto”, declaró Dante Lauretta, investigador principal de la misión espacial en la Universidad de Arizona, Tucson, minutos después del aterrizaje.
“Pero no lo olvidemos: si bien esto puede parecer el final de un capítulo increíble, en realidad es solo el comienzo de otro. Ahora tenemos la oportunidad sin precedentes de analizar estas muestras y profundizar en los secretos de nuestro sistema solar”, agregó el experto.
Gran parte de las muestras serán analizadas en Houston, pero otra parte serán remitidas a 200 laboratorios en todo el mundo. Inclusive, una parte de esas muestras volverán a contenerse bajo nitrógeno puro para que sean analizadas a futuro cuando estén disponibles otras tecnologías más avanzadas.