La sonda solar Parker de la NASA añadió un nuevo hito a su ya impresionante lista de logros: sobrevivió a una colosal explosión solar, conocida como eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés).
Este evento -que tuvo lugar en septiembre de 2022 y, según la NASA, fue “una de las explosiones solares más potentes jamás registradas”- ofreció a los científicos una visión sin precedentes de los fenómenos solares que tienen el potencial de causar estragos en la infraestructura tecnológica de la Tierra.
Según explicó un artículo de Mashable, la sonda pasó aproximadamente dos días observando la CME, convirtiéndose en la primera nave espacial en volar a través de una explosión solar de tal magnitud cerca del Sol. La sonda está equipada con un escudo térmico resistente que le permite soportar ráfagas intensas de radiación, lo que la convierte en una herramienta invaluable para el estudio del comportamiento solar.
La sonda Parker se acercó a unos 9,2 millones de kilómetros de la superficie solar, una distancia más cercana que la que alcanza Mercurio en su órbita alrededor del Sol, señaló un estudio publicado recientemente en The Astrophysical Journal. Las eyecciones del Sol pueden expulsar miles de millones de toneladas de partículas cargadas a velocidades que varían entre 100 y 3.000 km por segundo. Cuando estas partículas se dirigen hacia la Tierra, pueden alterar el campo magnético del planeta, generar auroras espectaculares y devastar la electrónica de los satélites y las redes eléctricas en tierra.
Los científicos señalan que el daño potencial de una CME de esta magnitud podría ser enorme. Un evento similar en 1989 resultó en un apagón que afectó a millones en Quebec, Canadá. La información recopilada por la sonda Parker podría ayudar a los investigadores a prever el impacto de futuras CME en la Tierra, permitiendo a los países o regiones tomar medidas preventivas, como el cierre temporal de la red eléctrica.
La misión de la sonda Parker Solar está lejos de haber terminado. En 2024, se espera que la nave espacial alcance velocidades de hasta 690.000 km/h mientras se acerca a 6,2 millones de kilómetros del Sol.
Además, los científicos están trabajando para comprender cómo se desarrolló el evento comparando las mediciones recopiladas por la sonda dentro de la CME con las recopiladas fuera de ella. “Se prueban modelos simplificados para explicar ciertos aspectos del fenómeno, pero cuando se está tan cerca del Sol, ninguno de estos modelos puede explicarlo todo”, explicó Orlando Romeo, autor principal del estudio, de la Universidad de California en Berkeley. “Aún no sabemos exactamente qué está ocurriendo allí ni cómo conectarlo”, añadió Romeo.
A medida que la sonda continúa su misión, los científicos esperan obtener más datos que puedan ayudar a mitigar los riesgos asociados con el clima espacial extremo.
Los expertos anticipan que la sonda podría registrar un aumento en el número de eyecciones de masa coronal de gran magnitud conforme el Sol se aproxime a su punto más alto de actividad, un evento que se espera ocurra en el año 2025 dentro de su ciclo regular de 11 años. La siguiente misión cercana al Sol de la sonda está programada para el 27 de septiembre.