Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la influenza aviar, también conocida como gripe aviar, es una enfermedad infecciosa que principalmente afecta a las aves y es causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae. Según su subtipo, puede clasificarse como de “baja patogenicidad o altamente patógena, presentando diferentes síntomas en las aves infectadas”.
Para la OMS, “la manera más común por la que el virus se introduce en un territorio es a través de aves silvestres migratorias”; mientras que “el principal factor de riesgo para la transmisión de aves a humanos es el contacto directo o indirecto con animales infectados o con ambientes y superficies contaminadas por heces”.
En tanto, de acuerdo al organismo, “la aparición de patologías infecciosas patógenas en los últimos 20 años y los recientes brotes de enfermedades zoonóticas han llamado cada vez más la atención del público sobre el hecho de que las enfermedades van y vienen entre especies”. En ese tono, una investigación detectó que un subtipo del virus de la gripe aviar está experimentando cambios en su composición, lo que podría elevar el riesgo de que la enfermedad llegue a los humanos.
En la actualidad, se registran brotes en distintas partes del planeta. Por caso, en Argentina, según los últimos resultados de los análisis de muestras del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) a partir de animales muertos, hay focos de gripe aviar en las costas de Puerto Madryn (provincia de Chubut) y Sierra Grande (Río Negro), entre otros puntos del país. No obstante, hasta el momento, no se han registrado casos en humanos en relación con estos focos.
En ese sentido, el reciente estudio científico realizado por investigadores de China e Inglaterra planteó el subtipo del virus de la gripe aviar que predomina en granjas avícolas de China está experimentando cambios que aumentarían el riesgo de que la enfermedad se convierta en zoonótica.
Los expertos, que publicaron sus hallazgos en la revista Cell, pertenecen a la Universidad de Nottingham, la Universidad Agrícola de China en Beijing, la Academia de Ciencias de China y el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades. En el trabajo, introdujeron cuál subtipo del virus analizaron.
“Uno de los virus de la influenza aviar (AIV) H3N8 en China causó dos infecciones humanas confirmadas en 2022, seguidas de un caso fatal reportado en 2023. Los virus H3N8 están muy extendidos en las bandadas de pollos; sin embargo, las características zoonóticas no se conocen bien. Aquí, demostramos que fueron capaces de infectar y replicarse eficientemente en células epiteliales bronquiales humanas organotípicas normales y en células epiteliales pulmonares”, plantearon.
Usando ratones y hurones de laboratorio como modelos para la infección humana, el estudio encontró que el virus ha sufrido varios cambios adaptativos. Estas modificaciones le permiten causar infecciones graves en animales y hacerlo transmisible por vía aérea entre ellos.
En ese tono, uno de los autores de la investigación, el profesor Kin-Chow Chang, de la Universidad de Nottingham, describió: “Demostramos que un virus aviar H3N8 aislado de un paciente con neumonía grave se replicaba eficientemente en células epiteliales bronquiales y pulmonares humanas, tenía efectos extremadamente dañinos en huéspedes mamíferos de laboratorio y podía transmitirse a través de gotitas respiratorias”.
En segundo término, Kin-Chow Chang postuló: “Es importante destacar que descubrimos que el virus había adquirido preferencia de unión al receptor humano y a la sustitución de aminoácidos que son necesarios para la transmisión aérea. Las poblaciones humanas, incluso cuando están vacunadas contra el virus H3N2 humano -otra de las subvariantes-, parecen inmunológicamente ingenuas a los virus H3N8 emergentes adaptados a mamíferos, y podrían ser vulnerables a infecciones en proporciones epidémicas o pandémicas”.
De acuerdo a los autores, en humanos, la infección por el virus aviar H3N8 ha demostrado causar síntomas como dificultad respiratoria aguda y puede, en ciertos casos, ser fatal.
“La resistencia a los ácidos del virus de la influenza también es una barrera importante que el virus de la influenza aviar debe superar para adquirir adaptabilidad y transmisibilidad en nuevos mamíferos o humanos, que es lo que estudiamos en este trabajo. El virus H3N8 actual aún no ha adquirido la resistencia a los ácidos. Por lo tanto, debemos prestar atención a la cambio en la resistencia a los ácidos del nuevo virus H3N8″, destacó, por su parte, otro de los autores, el profesor Jinhua Liu de la Universidad Agrícola de China en Beijing.
La situación de la gripe aviar en Argentina
En la costa atlántica de la Argentina reside una población de más 200.000 lobos marinos de un pelo o lobos sudamericanos que, generalmente, se agrupan en colonias. Desde agosto, estos animales sufren el impacto dramático de la infección por el virus de la gripe aviar altamente patógeno.
Hasta el momento se han confirmado casos de lobos con gripe aviar en la costa de 13 ciudades y localidades desde Buenos Aires a Tierra del Fuego. De todas formas, los lobos marinos de la Argentina no son los únicos que han sufrido la epidemia. Pertenecen a la especie Otaria flavescens, que también habita las costas de Perú y Chile; y en esos países el patógeno también provocó la muerte de más de 3.500 ejemplares durante el verano pasado.
Cabe recordar, en tanto, que entre 2022 y principalmente durante 2023, la región de las Américas sufre una epidemia de influenza aviar asociada al subtipo A(H5N1). Evolutivamente, la cepa circulante pertenece a un grupo llamado clado 2.3.4.4b con cambios genéticos similares al grupo que se diseminó desde finales de 2020 y a lo largo del 2021 por Asia, África, Europa y Oriente Medio. A finales de ese año también fue detectado en Norteamérica. Se ha propagado a “tasas alarmantes” y tiene alta mortalidad, según advirtió la Organización Panamericana de la Salud.
Los brotes en la Argentina empezaron a detectarse en febrero pasado en aves silvestres y luego siguieron en aves de corral. Por esto, el país perdió la categoría libre de gripe aviar y luego la recuperó en agosto cuando se controlaron los brotes en aves de corral.