Las primeras investigaciones de la misión espacial india Chandrayaan-3 en la cara más meridional de la Luna han detectado la presencia de azufre en la superficie del satélite, según ha informado este martes la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO).
El instrumento de medición LIBS, que analiza la composición de materiales exponiéndolos a intensos pulsos de láser, confirma “sin ambigüedades la presencia de azufre (S) en la región, algo que no era factible con los instrumentos a bordo de los orbitadores”, señala ISRO en un comunicado.
Los análisis preliminares recogidos por este instrumento de medición, a bordo del rover Chandrayaan-3, también revelan presencia de aluminio (Al), calcio (Ca), hierro (Fe), cromo (Cr) y titanio (Ti) en la cara sur de la Luna, precisa la agencia espacial india. También se han encontrado restos de manganeso (Mn), silicio (Si) y oxígeno (O) en otras mediciones, agrega el escrito.
La organización espacial india señala además que se está llevando a cabo “una investigación exhaustiva sobre la presencia de hidrógeno” en la Luna.
El Chandrayaan-3 hizo historia el pasado 23 de agosto al convertir a la India en el primer país en alcanzar la zona más meridional del satélite, de donde se recogerá importante información para la Tierra sobre la presencia de agua y minerales en los 14 días terrestres que prevé durar la misión.
Menos de una semana después de este histórico alunizaje, ISRO anunció que prepara su primera misión espacial para estudiar el Sol, una misión que saldrá el próximo sábado desde el centro de la agencia espacial india en Sriharikota, en el sur del país asiático.
La misión espacial Chandrayaan-3 de la India llegó a la Luna este miércoles y el país asiático se convirtió así en el cuarto en posarse sobre el satélite natural planetario y el primero en hacerlo sobre su parte más meridional, donde los expertos sospechan que puedan encontrar hielo.
Esa es una de las metas principales de la misión, que también prevé realizar varios experimentos científicos sobre el terreno y analizar la superficie lunar durante los 14 días terrestres, equivalentes a medio día en el satélite, que permanezca en funcionamiento.
Esta sonda, compuesta por un módulo de aterrizaje y un explorador, tiene prácticamente los mismos objetivos que la misión previa, aunque su estructura se ha visto ampliamente reforzada para corregir los errores que propiciaron que Chandrayaan-2 acabase estrellada contra la superficie lunar en 2019 mientras intentaba alunizar.
Cuarenta han sido los días que su sucesora ha pasado en el espacio desde que despegara de la India el 14 de julio, impulsada por el cohete más potente y pesado del que dispone la India, pero no lo suficiente como para evitar que la sonda tuviese que completar varias órbitas a la Tierra para ganar la velocidad suficiente con la que alcanzar la órbita lunar, a la que ingresó la primera semana de agosto.
(Con información de EFE)
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