En un mundo que lucha contra el cambio climático y la necesidad urgente de soluciones energéticas sostenibles, la energía de fusión se ha convertido en un faro de esperanza. Los últimos avances en este campo han acercado a la realidad este sueño antaño inalcanzable.
En esencia, la energía de fusión consiste en una reacción en la que dos núcleos atómicos ligeros se combinan para formar un núcleo más pesado, liberando grandes cantidades de energía en el proceso. Es la misma reacción que alimenta el sol y las estrellas. A diferencia de su homóloga, la fisión nuclear, que se utiliza en todo el mundo para generar electricidad, la fusión no produce residuos nucleares de larga duración.
Científicos estadounidenses del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (California) han logrado un importante hito en la investigación de la fusión. Por segunda vez, han registrado una ganancia neta de energía en una reacción de fusión, produciendo más energía de la que se consume en el proceso. Este logro, denominado “ignición”, se produjo por primera vez en diciembre de 2022 y se repitió el 30 de julio de 2023 con una producción de energía aún mayor.
De la misma manera, científicos del mismo laboratorio, en un experimento separado, consiguieron producir más energía de la que se utilizó en la reacción de fusión. Esta ganancia neta de energía, la diferencia entre la energía gastada y la obtenida, es un paso fundamental para hacer de la fusión una fuente de energía viable.
Lograr un aumento neto de energía se ha considerado durante décadas un paso crucial para demostrar que las centrales de fusión comerciales son posibles.
El potencial de la energía de fusión
Es difícil ignorar el atractivo de la energía de fusión. Las reacciones de fusión no emiten carbono, no producen residuos radiactivos de larga duración y, en teoría, una pequeña taza de hidrógeno podría alimentar una casa durante cientos de años.
Además, la energía de fusión utiliza elementos que son abundantes, como el deuterio que se encuentra en los océanos y el litio. Esto significa que la energía de fusión podría proporcionar un suministro ilimitado de energía libre de gases de efecto invernadero para el futuro, haciendo frente a la crisis climática.
Desafíos futuros
Aunque estos avances son prometedores, se cree que las centrales comerciales de fusión aún están a décadas de distancia. El método más estudiado, el confinamiento magnético, utiliza grandes imanes para mantener el combustible en su sitio mientras se calienta a temperaturas superiores a las del sol.
El Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, por su parte, utiliza un método diferente llamado confinamiento inercial, en el que el láser más grande del mundo se dispara a una diminuta cápsula de combustible, desencadenando una implosión.
Lograr una ganancia neta de energía es sólo un paso. La energía producida también debe superar la energía total tomada de la red para alimentar el sistema, que actualmente es mucho mayor. Además, la fusión comercial requeriría reacciones que generen entre 30 y 100 veces la energía de los láseres.
Los recientes avances en la energía de fusión son innegablemente impresionantes. Como describió acertadamente la Secretaria de Energía estadounidense, Jennifer Granholm, el logro de la ignición es “una de las hazañas científicas más impresionantes del siglo XXI”.
Aunque sigue habiendo retos, el ritmo de los avances se acelera, acercándonos a un futuro propulsado por una energía de fusión limpia e ilimitada.
La mejora de los resultados sólo ocho meses después del avance inicial, es una señal más de que el ritmo de avance es cada vez mayor.
Seguir leyendo: