Después de cinco años de servicio exitoso, el satélite meteorológico Aeolus de la Agencia Espacial Europea (ESA), dejará de prestar servicios y se estrellará contra la atmósfera terrestre. Así lo informó oficialmente la entidad espacial que ha comenzado las maniobras de reingreso atmosférico esta semana para poner fin a la misión del aparato que buscó, en el último lustro, mejorar los pronósticos meteorológicos y los modelos climáticos.
La maniobra que realizan desde el Centro de Operaciones Espaciales de la ESA en Alemania, consiste en utilizar el combustible que le resta para dirigirlo hacia la reentrada a la Tierra en forma segura, más precisamente al océano Atlántico. Cuando se encuentre a alrededor de los 80 kilómetros de la superficie terrestre, la mayor parte del satélite se quemará, aunque algunos fragmentos pueden llegar a nuestro planeta.
“Al apuntar al océano Atlántico, que ofrece la mejor visibilidad satelital durante las fases críticas finales de reingreso, el intento reducirá aún más el riesgo de reingreso de Aeolus en 42 veces, en comparación con un reingreso natural”, destacó la ESA.
Basura espacial
La maniobra que hará la ESA para destruir el satélite forma parte de los esfuerzos de esa agencia espacial para disminuir la gran cantidad de basura que hay en el espacio. Un ejemplo de ello es que de los 10 mil satélites que se encuentran en órbita, 2 mil ya no están en uso.
Según Holger Krag, jefe de la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA, hay al menos 11 mil toneladas de basura generada por los humanos que flota fuera de la atmósfera de la Tierra. Esta es una de las razones por las que decidieron traer al satélite Aeolus de vuelta a nuestro planeta.
“Esto que estamos haciendo es bastante único, ya que no se encuentran muchos ejemplos en la historia de la exploración espacial”, afirmó Krag a periodistas.
Mañana, el plan es derribar a Aeolus desde una altitud de 250 a 150 km: la caída más grande en el período más corto desde que se lanzó la misión. Para ello, en los días previos se ha bajado la altura inicial del satélite, que era de 350 kilómetros de altitud. Orbitar a 150 km es realmente muy bajo. Aeolus no fue hecho para esto.
Los principales objetivos eran bajar el satélite en órbita, y comprobar cómo se comportaría al realizar una gran maniobra, ya a muy bajas altitudes. Las operaciones a baja altitud son complejas, con la atmósfera de la Tierra y una mayor atracción gravitatoria arrastrando al satélite. Si bien el objetivo final es que la nave espacial se queme en la atmósfera del planeta durante el reingreso, los equipos deben mantenerla funcionando el tiempo suficiente para que puedan continuar enviando comandos y controlándola en su camino.
Con esta campaña, los ingenieros y operadores de la ESA están llevando al satélite al límite de lo que puede hacer. El éxito de esta primera maniobra es un buen augurio para el resto de la “misión”.
Un final anunciado y una nueva misión
Habiendo excedido su vida planificada en órbita, el satélite Aeolus de 1360 kg se está quedando sin combustible y, después de asegurarse de que queda suficiente para algunas maniobras finales, los operadores de la ESA lo llevarán de regreso a la atmósfera de nuestro planeta para su inevitable desaparición.
Aeolus es un satélite encargado de la observación terrestre. Gracias a él, pudimos enterarnos de distintos fenómenos meteorológicos que ocurren en el planeta. Fue puesto en órbita el 22 de agosto de 2018 desde Kourou (Guayana Francesa) a bordo de un cohete Vega y fue el primer satélite capaz de recopilar información de manera global sobre los vientos del mundo, lo cual hacía posible una descripción más detallada del tiempo.
Aeolus llevó a bordo el Instrumento Doppler Láser Atmosférico (ALADIN) desarrollado por Airbus Defence and Space (Airbus DS). ALADIN proporciona observaciones globales de perfiles de viento con una resolución vertical que satisface los requisitos de precisión de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). La provisión de perfiles de viento precisos en la troposfera y la estratosfera inferior elimina una deficiencia importante en el Sistema de Observación Global y contribuye directamente al estudio del balance energético global de la Tierra.
Los objetivos secundarios de su misión estaban relacionados con el suministro de conjuntos de datos para la variación del modelo y climatologías del viento a corto plazo. Esto permitió comprender la dinámica atmosférica, incluido el transporte mundial de energía, agua, aerosoles, productos químicos y otros materiales transportados por el aire, que se utilizará para tratar muchos aspectos de la investigación climática, el clima y la predicción del tiempo.
Las mediciones de ADM-Aeolus también se integraron en los modelos de pronóstico numérico existentes, con el fin de mejorar la calidad de las predicciones operativas a corto y mediano plazo.
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