Varios estudios pequeños han asociado la exposición a una temperatura promedio elevada con problemas de visión específicos. Sin embargo, ningún trabajo a gran escala había examinado, hasta el momento, la relación entre la discapacidad visual y la temperatura promedio del área con la población general.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Ophthalmic Epidemiology reveló que los adultos estadounidenses de 65 años o más, que viven en regiones más cálidas, tienen más probabilidades de tener una discapacidad visual grave que sus pares que residen en zonas más frías.
En comparación con quienes vivían en sitios con una temperatura promedio de menos de 10 °C, las probabilidades de discapacidad visual grave eran un 14% más altas para quienes habitaban en sitios con una temperatura promedio de entre 10° a 12° C. Mientras que eran un 24% más elevado para aquellos que se localizaban en regiones de entre 12,5° y 15°, y un 44% más para entornos de 15.5 °C o más.
“Este vínculo entre la discapacidad visual y la temperatura promedio es muy preocupante si la investigación futura determina que la asociación es causal”, señaló la primera autora, Esme Fuller-Thomson de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Toronto en Canadá.
En ese sentido, la además directora del Instituto de Curso de Vida y Envejecimiento y es profesora en el Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria de la misma Universidad, resaltó que “con el cambio climático esperamos un aumento en las temperaturas globales”, por lo advirtió que “será importante monitorear si la prevalencia de la discapacidad visual entre los adultos mayores se incrementa en el futuro”.
”Sabemos que los problemas de visión son una causa importante de discapacidades y limitaciones funcionales. La discapacidad visual grave, por ejemplo, puede aumentar el riesgo de caídas, fracturas e impacta negativamente en la calidad de vida de los adultos mayores. Cuidar los problemas de visión y sus consecuencias también cuesta decenas de miles de millones cada año. Entonces, este vínculo entre la temperatura y la discapacidad visual era bastante preocupante”, completó el coautor ZhiDi Deng, graduado de farmacia de la Universidad de Toronto.
Calor y vista
La relación entre la temperatura promedio y la discapacidad visual severa fue fuerte, independientemente de la edad, el sexo, los ingresos y la educación de los participantes, según registraron los especialistas en su documento.
“Fue poderoso ver que el vínculo entre ambas condiciones era constante en tantos factores demográficos, incluidos los ingresos”, siguió la coautora Elysia Fuller-Thomson. Aún así, la asociación fue más fuerte para las personas de 65 a 79 años, en comparación con las de 80 años o más, para los hombres en comparación con las mujeres y para los blancos frente a los negros.
El vínculo observado entre la temperatura promedio y la discapacidad visual severa puede ser fuerte, pero el mecanismo detrás de esta relación sigue siendo un misterio. Es por este motivo que los autores del estudio plantearon la hipótesis de varias causas potenciales para la relación observada, incluido el aumento de la exposición a la luz ultravioleta, la contaminación del aire, las infecciones y la degradación del ácido fólico con el aumento de la temperatura.
Sin embargo, el diseño de esta investigación no proporciona una visión definitiva de cómo la temperatura afecta la visión. El estudio se basó en seis oleadas consecutivas de la Encuesta de la Comunidad Estadounidense (2012-2017), que releva anualmente a una muestra representativa a nivel nacional de estadounidenses de 65 años o más.
La muestra incluyó 1,7 millones de adultos mayores institucionalizados y que vivían en el mismo estado en el que nacieron. La pregunta sobre la discapacidad visual fue “¿esta persona es ciega o tiene serias dificultades para ver incluso cuando usa anteojos?”. Mientras que los datos de temperatura promedio se obtuvieron de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, los cuales se combinaron con datos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense.
”Nos sorprendió mucho descubrir esta fuerte asociación. Pero este hallazgo novedoso introduce más preguntas de las que responde. En el futuro, planeamos investigar si la temperatura también está asociada con otras discapacidades entre los adultos mayores, como problemas de audición y limitaciones en las actividades diarias”, concluyó la especialista.
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