Y un día la puerta de la casa se cerró para que nadie de los cuatro habitantes pueda salir de allí durante más de un año.
El lugar tiene una particularidad única. Se trata de un hábitat impreso en 3D de 158 metros cuadrados que construyó la NASA dentro del Centro Espacial Johnson de Houston, EEUU, para simular la estadía de cuatro astronautas en Marte en la próxima década.
Los cuatro participantes, un equipo integrado por dos científicas, un ingeniero y un médico, fueron encerrados hace una semana y pasarán un total de 378 días dentro del Mars Dune Alpha como parte de la primera de las tres simulaciones planificadas de la superficie de Marte, en una misión llamada CHAPEA (Crew Health and Performance Exploration Analog, en inglés).
Con cámaras por todos lados, con comunicaciones permanentes con el centro de control de la NASA, con monitoreo permanente de los signos vitales, con pruebas de ejercicio físico y trabajo científico a desarrollar, esta suerte de Gran Hermano marciano tiene como principal objetivo simular lo que será la estadía de astronautas en una futura colonia construida en el planeta rojo.
Es que el factor más importante a la hora de pensar en una próxima misión tripulada a Marte es el recurso humano. Y esa será la gran diferencia que se vendrá en los próximos años, cuando lleguen a Marte personas, en lugar de robots, rovers y hasta helicópteros que se han enviado en los últimos años.
Poner un pie en la superficie roja será el viaje más aventurado de un humano en su historia. Llegar a otro planeta supondrá un desafío enorme que dejará minúsculo la llegada a la Luna hace más de 50 años. Pero ese “paso” supondrá no un corto viaje de ida y vuelta como sucedió con la tripulación del Apolo 11 y las sucesivas que tuve el programa espacial estadounidense hasta el Apolo 17 (salvo el Apolo 13 que nunca llegó a nuestro satélite natural por un accidente que tuvo en su camino).
El viaje tripulado a Marte supondrá una aventura de alrededor de un año y medio, sumando los 14 meses de viaje ida y vuelta y una estadía de por lo menos tres meses. Para que esto sea posible, además de desarrollar la tecnología que lo permita, es necesario estudiar el comportamiento humano en una misión que implica este tiempo.
Así, los factores humanos involucrados en las misiones a Marte son realmente muy importantes a la hora de planificar una misión espacial de esa envergadura, razón por la cual la NASA encaró esta serie de programas de simulación de vida en Marte aquí en la Tierra.
Al frente de la misión está la comandante Kelly Haston, una científica investigadora que estudia enfermedades humanas. Junto a ella estará el ingeniero de vuelo Ross Brockwell y el oficial médico Nathan Jones. Finalmente, la oficial científica Alyssa Shannon, enfermera de práctica avanzada, completará la tripulación que busca marcar los pasos de los próximos astronautas que vivirán en Marte. Como tripulantes de respaldo se encuentran el ingeniero aeroespacial y de defensa Trevor Clark y la microbióloga de la Marina de los EEUU, Anca Selariu.
Aunque sin la falta de gravedad que tiene el planeta rojo, los investigadores simularán los desafíos de una misión humana a Marte, incluidas las limitaciones de recursos, las fallas de los equipos, los retrasos en las comunicaciones y otros factores ambientales que pueden llegar a ser muy estresantes. Respecto al hábitat, el mismo cuenta con una zona para vivir con cuatro pequeños dormitorios, una sala de estar, una zona para cultivar alimentos y una enfermería. Además, hay una zona exterior que simula la superficie de Marte con tierra roja todo alrededor.
“La simulación nos permitirá recopilar datos de rendimiento físico y cognitivo para darnos más información sobre los impactos potenciales de las misiones de larga duración a Marte en la salud y el rendimiento de la tripulación”, apuntó en un comunicado Grace Douglas, investigadora principal de CHAPEA.
“Realmente podemos comenzar a entender cómo los estamos apoyando con lo que les estamos brindando, y esa será información realmente importante para tomar esas decisiones críticas sobre los recursos”, dijo a los periodistas en un recorrido previo por el hábitat.
Se trata de una casa creada con una impresora 3D y diseñada para que las cuatro personas puedan vivir y trabajar como si lo hicieran en el planeta rojo. Así se estará probando una de las tecnologías que la NASA estudia para construir potencialmente hábitats en la superficie de otros planetas y también en la Luna.
Jason Ballard, cofundador y CEO de ICON el constructor del hábitat, dijo en un comunicado: “Este es el hábitat simulado de mayor fidelidad jamás construido por humanos. ‘Mars Dune Alpha tiene un propósito muy específico: preparar a los humanos para vivir en otro planeta”.
“Queríamos desarrollar el análogo más fiel posible para ayudar en el sueño de la humanidad de expandirse hacia las estrellas. La impresión 3D del hábitat nos ha ilustrado aún más que la impresión 3D a escala de construcción es una parte esencial del conjunto de herramientas de la humanidad en la Tierra y para ir a la Luna y Marte para quedarse”, concluyó.
El hábitat, llamado Mars Dune Alpha, incluye una granja vertical para el cultivo de vegetales, una sala dedicada a procedimientos médicos, dos baños, una zona de relajación con sillones y una TV, y distintas estaciones de trabajo. También hay una puerta que conduce a un área de simulación del entorno marciano.
La estación cuenta con una enfermería con vegetales acuapónicos, un gimnasio o una sala de tratamientos. La iluminación, temperatura y niveles de ruido pueden ser programados para ajustarse a los ritmos circadianos de los “inquilinos” de este singular chalet, y la altura de los techos varía para “evitar la monotonía espacial y la fatiga”.
En el suelo de arena roja hay una estación meteorológica, un pequeño invernadero y una cinta para correr, donde los voluntarios caminarán suspendidos por correas. Allí, la tripulación realizará caminatas espaciales simuladas acompañadas de realidad virtual.
“No podemos hacerlos caminar en círculos durante seis horas”, bromea Suzanne Bell, a cargo del programa Laboratorio de Salud Conductual y Rendimiento de la NASA. Y explica que esta área replicará el esfuerzo y tiempo requeridos para la actividad física en Marte. La NASA planea monitorear su salud física y mental para comprender mejor la fortaleza de los humanos para un aislamiento tan prolongado.
La experiencia y la información recopilada durante este tiempo dentro de la simulación ayudará a la NASA a tomar decisiones para diseñar y planificar una futura misión humana a Marte. Pero para planificar un viaje de ida y vuelta a Marte aún faltan varios detalles. Este viaje, que duraría varios años, podría darse “a finales de la década de 2030″, según el administrador de la NASA, Bill Nelson.
A medida que la NASA se adentre más en el cosmos, la experiencia de los astronautas cambiará. En preparación para los desafíos de la vida real de futuras misiones a Marte, la NASA estudiará cómo responden las personas altamente motivadas bajo el rigor de una simulación terrestre de larga duración.
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