La ciencia avanza, año a año, en hallazgos que permiten conocer en profundidad los rincones más lejanos de la galaxia. Recientemente, expertos de la Universidad del Noroeste, en Estados Unidos, descubrieron un grupo de misteriosos hilos cósmicos que apuntan hacia un agujero negro que se encuentra en el centro de la Vía Láctea.
Estos filamentos se extienden de manera horizontal a una distancia de 25.000 años luz de la Tierra. Según revelaron los investigadores, estas figuras se parecen a los puntos y rayas del código Morse y fueron observadas por medio del radiotelescopio MeerKAT, que se encuentra en el Cabo Norte de Sudáfrica.
En ese sentido, Farhad Yusef-Zadeh, experto en radioastronomía y uno de los autores del trabajo, apuntó: “Fue una sorpresa encontrar de repente una nueva población de estructuras que parecen apuntar en la dirección del agujero negro. De hecho, me quedé atónito cuando los vi. Tuvimos que trabajar mucho para establecer que no nos estábamos engañando a nosotros mismos”.
“Descubrimos que estos filamentos no son aleatorios, sino que parecen estar vinculados a la salida de nuestro agujero negro. Al estudiarlos, podríamos aprender más sobre el giro del agujero negro. Es satisfactorio cuando uno encuentra orden en medio de un campo caótico del núcleo de nuestra galaxia”, siguió Yusef-Zadeh.
Para llegar a estas conclusiones, Yusef-Zadeh y sus colegas capturaron imágenes del radiotelescopio MeerKAT durante un lapso de 200 horas. Posteriormente, utilizaron una técnica para eliminar el fondo y suavizar el ruido de las imágenes, algo que les permitió aislar los filamentos de las estructuras cósmicas circundantes.
“Las nuevas observaciones de MeerKAT han cambiado las reglas del juego. El avance de la tecnología y el tiempo de observación dedicado nos han brindado nueva información. Es realmente un logro técnico de los radioastrónomos”, destacó el experto.
Estos filamentos horizontales miden, de acuerdo al hallazgo, entre 5 y 10 años luz de longitud, y contrastan con otro de los descubrimientos realizados por Yusef-Zadeh anteriormente. Es que el investigador, en la década de 1980, encontró hilos cósmicos similares -de 150 años luz de altura- que se ubicaban de forma vertical en dirección al agujero negro del centro galáctico de la Vía Láctea, también conocido como “Sagitario A*.
Sobre este punto, el autor afirmó: “Siempre hemos estado pensando en los filamentos verticales y su origen. Estoy acostumbrado a que sean verticales. Nunca pensé que podría haber otros horizontales”.
De acuerdo a lo detallado en el estudio, que fue publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters, los filamentos verticales encontrados el siglo pasado son perpendiculares a la galaxia, mientras que los horizontales observados recientemente son paralelos al plano pero apuntan radialmente hacia el centro galáctico, donde se encuentra el agujero negro. “Los filamentos verticales son magnéticos y relativistas; los filamentos horizontales parecen emitir radiación térmica”, ampliaron.
En palabras de Yusef-Zadeh, los filamentos horizontales hallados recientemente “deben haberse originado con algún tipo de salida de una actividad que ocurrió hace unos millones de años. Parece ser el resultado de una interacción de ese material saliente con objetos cercanos. De todos modos, el trabajo nunca está completo: siempre hay que hacer nuevas observaciones y desafiar continuamente las ideas y reforzar el análisis”.
La galaxia a los ojos de la NASA
Este descubrimiento se suma a un creciente material de imágenes sobre la galaxia. Es que días atrás, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) mostró impactantes fotos del espacio, que fueron tomadas por el telescopio James Webb y el Observatorio de rayos X Chandra, que se encuentra en un satélite lanzado en 1999.
En estos registros se puede ver a una nube de polvo, a dos galaxias y a un cúmulo de estrellas. “Cada imagen combina los rayos X de Chandra, una forma de luz de alta energía, con datos infrarrojos de imágenes Webb publicadas anteriormente, ambas invisibles a simple vista. Estas maravillas y detalles cósmicos están disponibles al asignar los datos a los colores que los humanos pueden percibir”, explicaron desde la NASA en un comunicado.
Y sumaron: “También se utilizaron datos del Telescopio Espacial Hubble de la NASA (luz óptica) y el Telescopio Espacial Spitzer retirado (infrarrojo), además del XMM-Newton (rayos X) de la Agencia Espacial Europea y el Telescopio de Nueva Tecnología del Observatorio Europeo Austral (óptico)”.
Desde el ente espacial estadounidense describieron cada una de las cuatro imágenes, que fueron adaptadas a los colores que los humanos perciben. En primer lugar, el cúmulo estelar, denominado NGC 346, está ubicado “en una galaxia cercana, la Pequeña Nube de Magallanes, a unos 200. 000 años luz de la Tierra”, explicaron desde la NASA.
“Esta figura muestra penachos y arcos de gas y polvo que las estrellas y los planetas utilizan como fuente de material durante su formación. La nube púrpura de la izquierda, que se ve con Chandra, son los restos de una explosión de supernova de una estrella masiva. Los datos de Chandra también revelan estrellas jóvenes, calientes y masivas que envían poderosos vientos desde sus superficies”, detallaron.
En segundo término, los expertos describieron a la galaxia espiral denominada NGC 1672: “Los astrónomos la clasifican como una espiral ‘barrada’. En las regiones cercanas a sus centros, los brazos de las galaxias espirales barradas se encuentran principalmente en una banda recta de estrellas a lo largo del centro que encierra el núcleo, a diferencia de otras espirales que tienen brazos que giran hasta su núcleo”.
Otra de las figuras que mostró la NASA fue la de la nebulosa “Messier 16, también conocida como la Nebulosa del Águila. Se trata de una famosa región del cielo a la que a menudo se hace referencia como los Pilares de la Creación. La imagen de Webb muestra las columnas oscuras de gas y polvo que envuelven a las pocas estrellas incipientes que quedan y que se acaban de formar”
En tanto, otra de las galaxias espirales observadas fue la llamada Messier 74. “Como nuestra Vía Láctea, la vemos de frente desde nuestro punto de vista en la Tierra. Está a unos 32 millones de años luz de distancia y recibe el sobrenombre de Galaxia Fantasma porque es relativamente tenue, lo que la hace más difícil de detectar con telescopios pequeños que otras galaxias”, cerraron.
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