Hace un mes, el 25 de abril, la compañía japonesa ispace se preparaba para hacer historia al enviar una sonda al espacio que la podría haber convertido en la primera empresa privada en lograr un alunizaje. Es más, hasta el momento, ésto sólo ha sido logrado por los gobiernos de Rusia, Estados Unidos y China.
Sin embargo, las cosas no fueron tan sencillas para la firma nipona, que vio su sonrisa desdibujarse al perder el contacto con la misión horas después de su lanzamiento y tan sólo momentos antes de que estuviera prevista su llegada a la Luna.
Si bien en un primer momento, los expertos de la compañía supusieron que la sonda se había estrellado, aún era muy pronto para determinar qué había ocurrido. Pero, este viernes, ya están en condiciones de anunciar dónde estuvo la falla.
Tras investigar y recomponer la secuencia de los hechos, los directivos de la compañía aeroespacial informaron que el módulo Hakuto-R Mission 1 completó su secuencia de aterrizaje planificada, con la correcta disminución de la velocidad -de aproximadamente 3.2 km/h-, pero aún estaba muy por encima de la superficie -a unos 4.8 kilómetros-.
Es por ello que, tras agotar su combustible y en un intento apresurado de aterrizar en la superficie de la Luna, entró en caída libre y chocó contra el cráter Atlas. Según los expertos, se debió a una falla del software y un cambio de ubicación de último minuto.
Originalmente, la nave debía aterrizar en la llanura plana Lacus Somniorum pero, en diciembre, se definió cambiar este sitio por el cráter Atlas.
A raíz de ello, el acantilado abrupto del cráter aparentemente habría confundido al software del módulo y la altitud a la que viajaba, por lo que la nave entró en caída libre desde menos de 5 kilómetros de altura. Momentos más tarde, se estrelló contra la superficie lunar.
De todas formas, el motor, el altímetro y otro hardware integrado en la máquina funcionaron correctamente, agregaron los expertos, por lo que el diseño general de la nave es sólido y resta apenas ajustar algunos detalles del sistema desarrollado por el Draper Laboratory de Cambridge, en Massachusetts.
“Esta no es una falla de hardware. No necesitamos modificar ese aspecto”, comentó el director de tecnología de ispace, Ryo Ujie.
A pesar de esta prueba frustrada, el CEO y fundador de la empresa, Takeshi Hakamada, aseguró que no se darán por vencidos e intentarán realizar otro alunizaje casi idéntico el año entrante, incorporando los aprendizajes y las lecciones de esta prueba. Inclusive, ya prevén un tercer lanzamiento con una nave más grande para 2025.
“Tenemos una imagen muy clara de cómo mejorar nuestras futuras misiones”, dijo con seguridad y agregó que gracias al seguro con el que contaba la nave, los impactos financieros de las fallas sobre la compañía resultan menores.
(Con información de AP)
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