Por año, se diagnostican en el mundo más de 300.000 casos de personas con tumores en el cerebro. En 2020 murieron 251.329 pacientes por esos trastornos, según el registro de la Agencia Internacional del Cáncer, que depende de la Organización Mundial de la Salud.
Las causas directas aún no están claras. Pero se sabe que hay más de 120 tipos diferentes de tumores cerebrales. Pueden afectar a cualquier persona y a cualquier edad. En niños y adultos menores de 40 años, los tumores cerebrales producen más muertes que cualquier otro cáncer, según advirtió la organización sin fines de lucro Brain Tumour Research del Reino Unido, que está dedicada a aumentar la investigación en esas enfermedades.
Los síntomas de un tumor cerebral pueden variar en función del tipo, el tamaño y la localización del tumor. Pero hay 7 señales de advertencia frecuentes de un tumor cerebral, según la organización británica.
Una de ellas son los dolores de cabeza frecuentes o intensos (especialmente si empeoran por la mañana o despiertan del sueño).
Las náuseas y los vómitos persistentes pueden ser un signo de aumento de la presión dentro del cráneo. También pueden ser síntomas: la visión borrosa o doble, pérdida de la visión periférica o visión de luces o colores intermitentes, las convulsiones de nueva aparición en un adulto, especialmente si se producen sin una causa conocida o con dolor de cabeza, la debilidad o entumecimiento en un brazo o una pierna o en un lado de la cara o el cuerpo.
La dificultad para hablar, arrastrar las palabras o dificultad para encontrar las palabras adecuadas y los cambios cognitivos, como la confusión, pérdida de memoria y dificultad para concentrarse, son algunas de las 7 señales.
Celebridades como el actor estadounidense Mark Ruffalo fue diagnosticado con un tumor cerebral a los 37 años y se recuperó tras una cirugía. La cantante cubana Celia Cruz también desarrolló un tumor a los 78 años. En marzo del año pasado, falleció en la Argentina el reconocido periodista Gerardo Rozín, por un tumor cerebral.
“La velocidad con que las personas van a la consulta médica tras percibir los síntomas, la atención con un equipo de profesionales de la salud que pueda realizar las prácticas que cada paciente necesita, y el acceso al tratamiento en tiempo y forma son claves en el abordaje de los casos de personas con tumores cerebrales”, dijo a Infobae el doctor Pedro Zubizarreta, jefe del Servicio de Hematología y Oncología del Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan, en ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Para que hagan diagnósticos más precisos y tratamientos más seguros y efectivos, hay más investigación en curso en el mundo. “Hay muchos estudios en curso y resultados preliminares que aún merecen más evaluación para demostrar eficacia y seguridad en el tratamiento de los diferentes tumores cerebrales”, consideró Roberto Zaninovich, jefe de la Sección Neurocirugía Oncológica de la División Neurocirugía del Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Los tratamientos convencionales pueden incluir cirugías, quimioterapia y radioterapia. Varían según el tipo de tumor cerebral. “Durante los últimos años, se progresó con la cirugía con el paciente despierto”, resaltó Zaninovich.
Ese tipo de intervención consiste en un mapeo cerebral intraoperatorio. Es una “craneotomía despierto”. Se hace para disminuir cualquier daño a partes importantes del cerebro, que controlan el habla, la visión y el movimiento.
Si bien en la actualidad no existe curas, se están llevando a cabo numerosas investigaciones en torno a los tumores cerebrales que podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos. Hay 6 avances que ayudarán a una mejor comprensión, diagnóstico y terapias de los tumores cerebrales.
“Los 6 avances recientes podrían ayudar a pacientes de diferentes tumores del cerebro. Cada vez se estudia más el genoma del tumor, y luego se pueden decidir tratamientos más personalizados, que incluyen tanto a los convencionales y a los más nuevos, como la inmunoterapia, y con menos efectos adversos”, opinó el doctor Fidel Sosa, quien es jefe de Neurocirugía pediátrica en Fleni y del Hospital Alemán, al ser consultado por Infobae.
Aquí van los seis avances que prometen:
1 - Mapeo 3D del genoma de los tumores
El ependimoma es un tipo de tumor que se puede formar en el cerebro o en la médula espinal. Hay investigadores que están utilizando una tecnología más avanzada para estudiar a ese tipo de tumor que es uno de los más mortales y difíciles de curar con los tratamientos actuales en la infancia.
Se llama mapeo del genoma en 3D y permite visualizar cómo se organizan y disponen los genes dentro de las células tumorales, según el estudio que publicaron en la revista Nature Communications. Según Lukas Chavez, profesor adjunto de Sanford Burnham Prebys que dirigió la investigación, la tecnología ayuda a visualizar la estructura tridimensional del genoma en lugar de limitarse a analizar la secuencia lineal del ADN, como ha sido hasta ahora el enfoque estándar de la genómica.
Los resultados del estudio aportaron una amplia gama de nuevos blancos terapéuticos que no se habían asociado previamente al tumor ependimoma. “Nuestros resultados alientan futuros estudios que evalúen más a fondo esos blancos, lo que nos ayudará a descubrir y probar nuevos fármacos que puedan tratar el ependimoma de forma más eficaz y sin los efectos no deseados de los tratamientos actuales”, afirmó Chávez.
2- Se encontraron subtipos de tumores cerebrales
Otro tipo de tumor es el glioblastoma, que se trata con cirugía, radioterapia y quimioterapia. Una investigación de expertos de la Universidad de Medicina y Ciencias de la Salud RCSI en Irlanda ha descubierto tres nuevos subtipos de tumor cerebral que podrían ayudar a identificar terapias nuevas y eficaces.
Consideran que un estudio más a fondo de esos subtipos podría dar lugar a que distintos pacientes recibieran un tratamiento de medicina de precisión específico para las células de su propio tumor individual.
La investigación fue publicada en la revista Annals of Oncology. Identificaron que los tumores de glioblastoma pueden clasificarse en tres categorías distintas en función de los diferentes tipos de células no cancerosas, como células inmunitarias y células de los vasos sanguíneos, que pueden encontrarse dentro del tumor.
La autora principal e investigadora principal, Annette Byrne, jefa del Grupo de Medicina de Precisión del Cáncer del RCSI, declaró: “Los pacientes con glioblastoma tienen actualmente un mal pronóstico debido a las limitadas opciones de tratamiento, por lo que es vital que se desarrollen nuevos tratamientos. El tratamiento dirigido o “medicina de precisión” puede mejorar los resultados de estos pacientes”.
Hay una nueva iniciativa en marcha, que Byrne coordina, llamado GLIORESOLVE. Consiste en articular diez proyectos de investigación individuales se centrarán en identificar nuevos fármacos que puedan funcionar en los distintos subtipos de glioblastoma, identificar nuevos blancos farmacológicos centrados en el microentorno tumoral y hacer que los tumores sean más sensibles a las terapias inmunológicas.
3- Buscan frenar la metástasis del cáncer cerebral pediátrico
Médicos del Departamento de Cirugía Neurológica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh y del Hospital Infantil UPMC de Pittsburgh en Estados Unidos hicieron un hallazgo sobre el meduloblastoma, que es un tumor que comienza en la parte posterior e inferior del cerebro, es decir, en el cerebelo.
Descubrieron que los meduloblastomas secuestran una habilidad que las células cerebrales normales utilizan durante su desarrollo temprano y la manipulan para ayudar a los tumores a diseminarse.
Esos tumores suelen tratarse con cirugía seguida de radioterapia y quimioterapia. Sin embargo, algunos tipos de meduloblastomas suelen hacer metástasis, o extenderse, a tejidos y órganos más allá de donde se originó el tumor, lo que significa que estos tratamientos ya no funcionan.
Los investigadores utilizaron datos de pacientes con meduloblastoma y de ratones de experimentación para identificar un gen, SMARCD3, cuyos niveles eran significativamente superiores en los tumores metastásicos en comparación con los tumores que no se habían diseminado. Publicaron en Nature Cell Biology.
También demostraron que SMARCD3 secuestra la señalización del neurodesarrollo -utilizada por las células cerebrales sanas durante el desarrollo cerebeloso temprano antes de apagarse una vez que el cerebelo madura- para promover la diseminación de las células tumorales.
Baoli Hu, profesor asistente de cirugía neurológica en la Universidad de Pittsburgh, contó que basándose en esos nuevos hallazgos, probaron un fármaco llamado dasatinib. Es un medicamento que ya está aprobado para tratar la leucemia en la clínica.
En un modelo de ratón de meduloblastoma, se observó que el dasatinib eliminaba los tumores metastásicos pero no dañaba en gran medida las células cerebrales normales, lo que significa que podría ser seguro para tratar a pacientes con metástasis de meduloblastoma. Deberán hacer ensayos clínicos para corroborar eficacia y seguridad.
4- Usan nanopartículas con fármacos
Científicos de la Universidad de Nottingham, Reino Unido, y la Universidad de Duke, Estados Unidos, han descubierto que muchos de los vasos sanguíneos que alimentan los tumores cerebrales de glioma de alto grado contienen altos niveles de receptores de lipoproteínas de baja densidad (LDLR).
Esos resultados podrían permitir el uso de un nuevo tipo de nanopartículas con fármacos en el tratamiento de los gliomas para privar a los tumores de la energía que utilizan para crecer y extenderse, así como para causar otras alteraciones en su existencia adaptada. De esa manera, se podría controlar el crecimiento de los tumores.
En el estudio, los investigadores examinaron micromatrices tisulares de regiones intratumorales e intertumorales de 36 pacientes adultos y 133 pediátricos para confirmar el LDLR como blanco terapéutico.
También se analizaron los niveles de expresión en tres modelos representativos de líneas celulares para confirmar su futura utilidad para probar la captación, retención y citotoxicidad de nanopartículas dirigidas al LDLR.
5- Un nuevo gel que detiene tumores (al menos en ratones)
En la Universidad de Johns Hopkins, se desarrolla un gel elaborado mediante la combinación de moléculas empleadas habitualmente en quimioterapia e inmunoterapia. Podría ayudar a tratar los tumores cerebrales agresivos como los glioblastomas.
El gel puede llegar a zonas que la cirugía podría pasar por alto y también parece desencadenar una respuesta inmunitaria que podría ayudar a suprimir la formación de un futuro tumor.
Los investigadores, dirigidos por el bioingeniero Honggang Cui, fabricaron el gel convirtiendo la pequeña molécula insoluble en agua paclitaxel en un hidrogel molecular. Luego, añadieron aCD47, un anticuerpo macromolecular hidrófilo, en solución a este hidrogelador. Para ello, los investigadores utilizaron primero un diseño químico especial para ensamblar el paclitaxel en nanoestructuras filamentosas.
Según los investigadores, el resultado es la eliminación de las células cancerosas persistentes y la supresión del crecimiento tumoral. Los investigadores describen su técnica, probada en ratones, en la revista PNAS de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos.
6- El desarrollo de la protonterapia y la captura neutrónica en boro
“En el mundo, se le ha dado poca atención a la prevalencia de tumores en el cerebro en la infancia. Sin embargo, empieza a conocer más resultados de diferentes investigaciones científicas y para las organizaciones de pacientes y familiares es una gran esperanza”, dijo a Infobae Alexis Descourvieres, integrante de la organización Mamás y papás contra Gliomas y de la Alianza Argentina de Pacientes.
Se está terminando el Centro Argentino de Protonterapia (CeArP), que será el primero al sur de los Estados Unidos. Lo están construyendo en avenida Nazca y San Martín, frente al Instituto de Oncología Ángel H. Roffo y junto a la Fundación Centro de Diagnóstico Nuclear. Se trata de un proyecto conjunto entre la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Universidad de Buenos Aires y la empresa estatal INVAP, con la colaboración del Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan
También está en investigación la terapia por captura neutrónica en boro (BNCT por sus siglas en inglés). Se evalúa en ensayos clínico sen distintas partes del mundo, incluido nuestro país.
En Argentina, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) desarrolla la tecnología, las instalaciones y los estudios científicos y médicos para la investigación clínica de BNCT en pacientes oncológicos en colaboración con el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCYT).
En enero, se firmó contrato de innovación tecnológica entre la CNEA y el KIRAMS de Corea del Sur. Se instaló en ese país un acelerador de protones de alta corriente para tratamiento del cáncer por Captura Neutrónica en boro. “Aún faltan ensayos clínicos con terapias por captura neutrónica en boro y con protonterapia, pero es posible que puedan ser beneficiosas para pacientes con tumores cerebrales”, comentó Descourvieres.
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