Durante muchos años, la comunidad astronómica debatía una rara observación que hizo un telescopio de la NASA.
Ahora, un estudio realizado por un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha demostrado que una estructura de estrellas inusualmente delgada, descubierta recientemente por el Telescopio Espacial Hubble, podría ser una galaxia vista de canto y no un agujero negro fuera de control.
Es que un misterioso rastro de estrellas formado hace 8.000 millones de años y recientemente descubierto por el noble telescopio que lleva más de 30 años en el espacio, ha sido un desafío para varios grupos de investigación. Su tamaño es similar al de la Vía Láctea, y esta estructura alargada y estrecha ha dado lugar a varias explicaciones sobre su origen.
Según una controvertida hipótesis inicial, esta estela de estrellas podía ser el resultado del paso de un agujero negro supermasivo a través de una enorme nube de gas. Esta idea disparó rápidamente la imaginación de la comunidad astronómica, porque necesita un gran conjunto de circunstancias excepcionales complejas.
Por ello, varios equipos científicos han continuado explorando escenarios diferentes y menos exóticos que pudieran explicar estas observaciones efectuadas por el legendario telescopio espacial de la NASA.
Pero un estudio reciente publicado en la revista especializada Astronomy & Astrophysics, investigadores del IAC han llegado a la conclusión de que esta inusual estructura de estrellas podría interpretarse como una galaxia sin un abultamiento visto de canto. Las galaxias de este tipo, también llamadas galaxias delgadas o planas, son relativamente comunes.
Este hallazgo va en contra de la interpretación original que afirmaba que era un agujero negro supermasivo que huía y dejaba un rastro de estrellas a su paso.
“Los movimientos, el tamaño y la cantidad de estrellas se ajusta a lo que se ha visto en galaxias dentro del universo local”, explicó el astrónomo Jorge Sánchez Almeida, investigador del IAC y primer autor del artículo. “Es un alivio haber encontrado la solución a este misterio, el nuevo escenario propuesto es mucho más sencillo. En cierto sentido también es una lástima, porque se espera la existencia de agujeros negros fugitivos, y este podría haber sido el primero en observarse”, agregó.
Para respaldar la hipótesis de la interpretación en términos de una galaxia, el equipo comparó la estructura misteriosa con una galaxia local muy conocida sin protuberancia, IC5249, que tiene una masa similar de estrellas, y encontró un acuerdo sorprendente.
En palabras de Mireia Montes, investigadora del IAC y coautora del artículo, “cuando analizamos las velocidades de esta lejana estructura de estrellas nos dimos cuenta de que eran muy similares a las que se obtienen a partir de la rotación de las galaxias, por lo que decidió comparar una galaxia mucho más cercana y descubrió que son extraordinariamente similares”.
“También miramos la relación entre la masa de la supuesta galaxia y su velocidad máxima de rotación, y descubrimos que efectivamente es una galaxia que se comporta como una galaxia”, afirmó Ignacio Trujillo, investigador del IAC que ha participado en el estudio. “Es un objeto interesante, porque es una galaxia bastante grande a una distancia muy grande de la Tierra, donde la mayoría de las galaxias son más pequeñas”, concluyó.
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