El factor más importante a la hora de pensar en una próxima misión tripulada a Marte es el recurso humano. Pero nuestra mirada y curiosidad suelen derivarse en primer lugar en cohetes, robots y hábitats a la hora de querer saber sobre una futura misión habitable al planeta rojo.
Solo la diferencia tecnológica es lo que separa a las misiones a Marte desde la década del 70 hasta ahora. Pero sin dudas el gran diferencial y paso eterno para el ser humano será cuando se ponga un pie en nuestro vecino planetario. Para que esto sea posible, además de desarrollar la tecnología que lo permita, es necesario estudiar el comportamiento humano en una misión que implica casi dos años en lo que se tarda en ir, estar y volver de Marte.
Así, los factores humanos involucrados en las misiones a Marte son realmente muy importantes a la hora de planificar una misión espacial de esa envergadura, razón por la cual la agencia espacial de los Estados Unidos (NASA) está ejecutando una serie de programas de simulación de vida en Marte aquí en la Tierra, llamados Crew Health and Performance Exploration Analog (CHAPEA).
La primera misión está programada para comenzar en junio, cuando cuatro miembros de la tripulación ingresarán a un hábitat de 158 metros cuadrados y vivirán allí durante un año entero para simular una misión en la superficie de Marte. Y esta semana la NASA acaba de anunciar quiénes serán esos miembros de la tripulación.
Al frente de la misión está la comandante Kelly Haston, una científica investigadora que estudia enfermedades humanas. Junto a ella estará el ingeniero de vuelo Ross Brockwell y el oficial médico Nathan Jones. Finalmente, la oficial científica Alyssa Shannon, enfermera de práctica avanzada, completará la tripulación que busca marcar los pasos de los próximos astronautas que vivirán en Marte. Como tripulantes de respaldo se encuentran el ingeniero aeroespacial y de defensa Trevor Clark y la microbióloga de la Marina de los EEUU, Anca Selariu.
Días atrás, la NASA mostró el hábitat donde vivirán 365 días. A simple vista es una vivienda común, con cuatro dormitorios, living y gimnasio. Pero al observar la tierra roja del piso del patio trasero, uno intuye que esa casa podría no estar en el planeta Tierra.
Se trata de una casa creada con una impresora 3D y diseñada para que las cuatro personas puedan vivir y trabajar como si lo hicieran en el planeta rojo. Se trata de una de las tecnologías que la NASA está estudiando para construir potencialmente hábitats en la superficie de otros planetas o en la Luna.
El hábitat, llamado Mars Dune Alpha, está ubicado en las instalaciones de investigación del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, Texas. La casa incluye una granja vertical para el cultivo de vegetales, una sala dedicada a procedimientos médicos, dos baños, una zona de relajación con sillones y una TV, y distintas estaciones de trabajo. También hay una puerta que conduce a un área de simulación del entorno marciano. En el suelo de arena roja hay una estación meteorológica, un pequeño invernadero y una cinta para correr, donde los voluntarios caminarán suspendidos por correas. Allí, la tripulación realizará caminatas espaciales simuladas acompañadas de realidad virtual.
“No podemos hacerlos caminar en círculos durante seis horas”, bromea Suzanne Bell, a cargo del programa Laboratorio de Salud Conductual y Rendimiento de la NASA. Y explica que esta área replicará el esfuerzo y tiempo requeridos para la actividad física en Marte. La NASA planea monitorear su salud física y mental para comprender mejor la fortaleza de los humanos para un aislamiento tan prolongado.
“Al medir su desempeño y habilidades cognitivas, la NASA comprenderá mejor los recursos que se deben proporcionar durante este ambicioso viaje. Es un punto crucial, dado los límites de peso muy restrictivos que se pueden enviar en estas misiones”, explica Grace Douglas, investigadora principal del programa denominado CHAPEA, que supervisa este experimento.
“Realmente podemos comenzar a comprender cómo los estamos apoyando con lo que les estamos brindando, y esa será información realmente importante para tomar esas decisiones críticas sobre los recursos”, dijo en una gira de prensa por el hábitat.
Los encargados de llevar adelante el monitoreo de sus actividades, también tienen pensado algunas sorpresas para estos tripulantes. Dichas sorpresas serán desperfectos que puedan sufrir, eventualidades climáticas, cortes de energía, falta de recursos y solución a problemas cotidianos o domésticos que cuatro personas en una sola casa pueden tener a lo largo de un año.
Requisitos de los candidatos
Cuando la NASA lanzó por primera vez la convocatoria para los participantes de CHAPEA en 2021, incluyó requisitos vitales para el trabajo como un título en un campo STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), así como experiencia profesional en ese campo y experiencia de pilotaje o entrenamiento militar. Así, los candidatos de CHAPEA tuvieron que pasar las mismas pruebas físicas y psicológicas que los candidatos a astronautas para asegurarse de que eran aptos para el programa.
Mientras viva en Mars Dune Alpha, la tripulación de CHAPEA participará en el mismo tipo de actividades que harían los astronautas en Marte, desde cocinar hasta hacer ejercicio y limpiar, así como trabajos de mantenimiento en el hábitat, crecimiento de cultivos e investigación científica. “La simulación nos permitirá recopilar datos de rendimiento físico y cognitivo para darnos más información sobre los impactos potenciales de las misiones de larga duración a Marte en la salud y el rendimiento de la tripulación. Esta información ayudará a la NASA a tomar decisiones informadas para diseñar y planificar una misión humana exitosa a Marte “, dijo Douglas, investigadora principal de CHAPEA, en un comunicado de la NASA.
Si bien 12 meses pueden parecer mucho tiempo para pasar en Mars Dune Alpha, los astronautas que viajan a Marte probablemente tendrán que soportar estar lejos de casa por mucho más tiempo. Un viaje de ida y vuelta de la Tierra a Marte tomará un estimado de 21 meses, dado el tiempo que toma viajar entre los dos planetas, más esperar que su alineación sea la correcta para el regreso.
Y, por supuesto, la parte de la misión en la superficie de Marte podría durar semanas o incluso meses. Siendo realistas, todavía estamos a una o dos décadas de una misión humana a Marte, pero los preparativos están en marcha. Y dos misiones más de CHAPEA están programadas para 2025 y 2026, respectivamente.
Si bien la NASA se encuentra en las primeras etapas de preparación para una misión a Marte, la mayor parte del enfoque de la agencia está en las próximas misiones Artemis, cuyo objetivo es llevar humanos a la Luna por primera vez en medio siglo.
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