Mientras distintos gobiernos ya planifican la vuelta del ser humano a la Luna, una empresa privada japonesa buscó hacer historia y convertirse en la primera misión comercial en arribar a nuestro satélite natural. Pero algo no salió bien y al momento de tocar la superficie selenita, la sonda perdió comunicación con la Tierra.
Se trata del módulo de aterrizaje lunar Hakuto-R Mission 1 construido por la empresa ispace que fue lanzado con éxito por un cohete SpaceX Falcon 9 el pasado 11 de diciembre de 2022 y hoy intentó arribar a la Luna alrededor de la 1:40 a.m. hora de Japón (16:40 GMT).
La nave espacial realizó un largo viaje de cinco meses a la luna para ahorrar costos de combustible. Completó con éxito una maniobra de inyección orbital, que impulsó a HAKUTO-R a la órbita lunar, el 21 de marzo y a su maniobra final de hoy.
El intento de ispace de aterrizar en la luna fue transmitido en vivo en Youtube. Durante la secuencia de aterrizaje, la nave espacial realizó una quema de motor de frenado para reducir la velocidad desde la órbita. Con una serie de comandos preestablecidos, el módulo de aterrizaje ajustó su orientación y velocidad para aterrizar suavemente en la superficie lunar.
Las personas de todo el mundo que sintonizaron la transmisión en vivo tuvieron una vista dentro del centro de control de la misión de la compañía en Tokio. La misión es una de varias misiones lunares comerciales que se llevarán a cabo próximamente. Otros en preparación son una consecuencia del Programa de Servicios de Carga Útil Lunar Comercial de la NASA, establecido en 2018 para reclutar al sector privado. La compañía ispace, una startup especializada en vehículos de aterrizaje, no pudo participar directamente en el programa de la NASA porque no es una empresa estadounidense, pero está colaborando en un contrato liderado por Draper Technologies con sede en Massachusetts para aterrizar en la Luna en 2025.
“Veo esto como el comienzo de una nueva fase de misiones comerciales a la (luna) con 3 lanzamientos esperados desde Estados Unidos en 2023″, dijo Thomas Zurbuchen, exjefe de ciencia de la NASA, en un tuit.
Aunque es dudoso hasta ahora, el posible éxito marcaría una buena noticia respecto a los recientes reveses que ha enfrentado Japón en la tecnología espacial, donde tiene grandes ambiciones de construir una industria nacional, incluido el objetivo de enviar astronautas japoneses a la luna a fines de la década de 2020. En uno de los mayores golpes, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) perdió el mes pasado su nuevo cohete H3 de elevación media debido a la destrucción manual forzada después de llegar al espacio. Eso fue menos de cinco meses desde que el cohete Epsilon de combustible sólido de JAXA falló después del lanzamiento en octubre.
Dos rovers en las entrañas
La nave espacial japonesa no ha viajado sola. Hakuto-R cuenta en su interior con el rover lunar Rashid y el robot transformable SORA-Q, que serán los que finalmente validen la misión El rover está diseñado y desarrollado por la Mohammed Bin Rashid Space Center (MBRSC) con sede en Dubái y ha tenido participación de la Agencia Espacial Europea a través de un departamento centrado en la exploración planetaria. Se trata de un vehículo de cuatro ruedas de aproximadamente 10 kilogramos y el tamaño de una silla.
Está equipado con una cámara de alta resolución en su mástil delantero y otra montada en la parte trasera. También dispone de una cámara microscópica y una cámara termográfica. Una vez haya salido del módulo lunar Hakuto-R, el Rashid realizará una exploración de 14 días lunares en el cráter Atlas —noreste de la Luna— gracias a sus paneles solares.
El otro vehículo a bordo, llamado SORA-Q, emplea un esquema de funcionamiento mucho menos tradicional. Tiene forma de pelota y las dos semiesferas desempeñan el papel de ruedas para desplazarse por la superficie lunar. Tiene 8 centímetros de diámetro, pesa 250 gramos y está diseñado por la compañía de juguetes Takara Tomy, los mismos que están detrás de los Transformers.
“Estamos explorando sistemas descentralizados para el futuro, en el que múltiples robots de varios tamaños puedan realizar varias tareas en grupo. El SORA-Q podría ser uno de ellos”, declaró Daichi Hirano, investigador de la Agencia Espacial Japonesa (JAXA), que ha ayudado al desarrollo. Tiene una batería no recargable de 2 horas, por lo que su papel extraterrestre será más bien efímero.
Un tercer elemento, sin relevancia científica o tecnológica, también viaja en el lander. Se trata de un disco musical con la canción Sorato interpretada por la banda japonesa de rock Sakanaction. La pista se escribió en 2018 para dar apoyo al equipo Hakuto que por entonces estaba participando en un concurso de Google para obtener financiación.
Esta primera misión se considera como una demostración con el único objetivo de validar el diseño y la tecnología del módulo de aterrizaje lunar; así como el modelo comercial de ispace para proporcionar servicios fiables de transporte. Todo lo aprendido esta vez se aplicará a las sucesivas misiones que la compañía tiene preparadas para 2024 y 2025, esta última ya dentro de la NASA.
Más a largo plazo, ispace quiere convertirse en un proveedor privado de carga a la Luna. “Esperamos contribuir al programa Artemis de la NASA como un servicio comercial de transporte lunar”, tal y como explicó Takeshi Kahamada, fundador y CEO de la compañía.
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