Desde que apareció en noviembre de 2021, la variante Ómicron del coronavirus se ha establecido en el mundo como dominante. No solamente por su alta capacidad de contagio, sino también por el predominio y la habilidad que tuvo para generar varias subvariantes, incluso más contagiosas. Aunque las variantes del COVID-19 Alfa, Gama y Delta ya no circulan entre los humanos, continúan propagándose en el reino animal.
Hasta el 31 de diciembre de 2022, se habían registrado un total de 699 brotes de SARS-CoV-2 en 26 especies de animales de 36 países de América, África, Asia y Europa, entre las que destacan gatos, perros, leones y visones, según un informe de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) que recoge todos los datos registrados a nivel mundial de especies animales afectadas por el SARS-CoV-2 durante 2022.
“Aunque el principal motor de la propagación comunitaria e internacional de la pandemia actual es la transmisión de persona a persona, los casos de infección por el virus del SARS-CoV-2 en animales, aunque siguen siendo ocasionales, siguen aumentando”, relató la OMSA.
Vacunar a animales de compañía y de granja
En diciembre del pasado año se registraron 7 focos en 5 países (Canadá, Estonia, Italia, México y Suiza) en 4 especies animales (gatos, perros, leones y visones americanos).
La OMSA incluyó en su informe unas conclusiones sobre los pros y contras de vacunar a los animales de compañía y de granja que se llevaron a cabo entre un grupo de trabajo de esta organización y de la FAO.
Estos expusieron que los animales de granja se encuentran en una situación más compleja que los de compañía. Poniendo como ejemplo el caso del visón (que suele contagiarse por el contacto con humanos), los investigadores animan a que el personal que trabaja en granjas se vacune como método de prevención antes de vacunar a las poblaciones de visones, especie que ha registrado contagios en el último mes de 2022.
“Aunque las vacunas humanas no inducen inmunidad estéril, reducen la duración de la excreción viral y la carga viral. Por lo tanto, la vacunación de los trabajadores puede reducir el riesgo de introducción a los animales de granja, pero no eliminaría el riesgo”, indicó la OMSA.
Covid en venados
En un nuevo estudio publicado este mes, investigadores de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, recolectaron 5.700 muestras de nódulos linfáticos de venados de cola blanca en el período de 2020 a 2022 en ese estado, y compararon las secuencias genómicas de las variantes encontradas en los venados con las secuencias de las mismas variantes tomadas de humanos de todo Nueva York. Encontraron que los virus habían mutado en los venados, lo que sugirió que era probable que las variantes hubieran estado circulando durante varios meses entre los animales.
“Uno de los hallazgos más llamativos del estudio fue la detección de circulación conjunta de las tres variantes preocupantes [Alfa, Gama y Delta] en esta población de animales salvajes”, comentó en un comunicado de prensa de la Cornell Diego Diel, profesor asociado de medicina de la población y ciencias diagnósticas de la universidad.
Cuando los investigadores detectaron las variantes Alfa y Gama en los venados, no había evidencias de que estas cepas virales siguieran en circulación entre los humanos y no lo habían estado durante cuatro a seis meses. “Cuando realizamos las comparaciones de las secuencias entre estos virus recuperados de los venados de cola blanca con las secuencias humanas, observamos un número significativo de mutaciones en el genoma del virus”, apuntó Diel.
Algunos de los virus tenían hasta 80 mutaciones, en comparación con las secuencias humanas. Esto proveyó más evidencias de que era probable que los virus habían estado en circulación entre los venados durante cierto tiempo. El virus podría haberse adaptado a los venados, quizá haciéndose más transmisible entre los animales.
Los venados se han infectado con COVID-19 a través del contacto continuo con los humanos, quizá por la caza, la rehabilitación de la vida silvestre, la alimentación de animales salvajes, o a través de las aguas residuales o las fuentes de agua, según el estudio. “Un virus que surgió en los humanos en Asia, lo más probable que tras un evento de transmisión de un reservorio animal a los humanos, aparente o potencialmente ha encontrado ahora un nuevo reservorio en la fauna salvaje en América del Norte”, comentó Diel.
Un estudio de 2022 dirigido por este experto y otros reveló que, en cinco estados encuestados en 2021, el virus del COVID-19 se encontró en hasta un 40% de los venados de cola blanca. Hay 30 millones de estos animales en Estados Unidos. Los investigadores comentaron que se necesitan más estudios para confirmar si estas variantes desaparecerán de los venados con el tiempo, o se propagarán a otros animales salvajes, por ejemplo los depredadores.
“Dadas las evidencias obtenidas en nuestro estudio, es muy importante continuar monitorizando el virus en estas poblaciones de animales para de verdad comprender y rastrear los cambios que pudieran conducir o favorecer que se vuelvan a transmitir a los humanos y otros animales salvajes”, añadió Diel. Los hallazgos del estudio se publicaron en la edición del 31 de enero de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Bryan Richards, biólogo de vida silvestre y coordinador de enfermedades emergentes en el Centro Nacional de Salud de Vida Silvestre del Servicio Geológico de EEUU en Madison, Wisconsin, está de acuerdo en que los ciervos aún no parecen representar un riesgo. “De los millones de humanos que interactuaron con ciervos, cazando el año pasado, ahora sabemos de un gran total de uno que puede haber sido infectado”, destacó el experto.
Entender verdaderamente la situación requerirá más muestras de animales. Algunos investigadores se han embarcado en estudios longitudinales en los que vuelven a visitar los sitios de muestreo durante varias temporadas de caza.
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