En el mundo ya se han realizado trasplantes de corazón, hígado, pulmones y riñones a partir de donantes que habían tenido muerte por “parada cardíaca” o “muerte cardiorrespiratoria”. Aunque lo habitual es que el donante sea por muerte cerebral.
Emma, una beba de Segovia, España, se convirtió en la primera paciente en el mundo en recibir un trasplante de intestino proveniente de una persona con muerte cardiocirculatoria. La niña nació con un intestino demasiado corto, y su salud se deterioró rápidamente. El trasplante le salvó la vida.
Los estudios previos en modelos de animales para llegar a ese avance médico se hicieron en Argentina y España.
El trasplante para Emma se realizó con éxito en España en junio del año pasado. Ahora se conocieron los detalles del procedimiento a través de un reporte que fue publicado en la revista especializada American Journal of Transplantation. Después del caso de Emma, se hicieron otros 2 trasplantes en niños y también se obtuvieron buenos resultados.
Para autorizar el trasplante de la beba, la autoridad regulatoria tuvo en cuenta los buenos resultados de investigaciones pre-clínicas que habían sido realizadas con modelos de experimentación con cerdos y ratas en la Argentina por investigadores del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata.
Muchos de los trasplantes de órganos y tejidos se hacen a partir de un donante que sufrió la muerte encefálica. Sin embargo, existe otro tipo de donación que está creciendo en varios países: es la persona que tiene una parada cardíaca, que es un fallo de la capacidad del corazón para bombear sangre al resto del organismo.
Aunque es difícil evaluar el impacto real del uso sistemático de la muerte por parada cardíaca, se calcula que la donación de órganos ha aumentado en un 42% a nivel mundial.
En España, el número de donantes en parada cardíaca o “asistolia” pasó de 8.166 en el año 2020 a 8.503 en 2021. “Se confirma como una importante vía de expansión de la donación”, informó el Ministerio de Sanidad en septiembre pasado.
“Se habían logrado trasplantes de diferentes órganos a partir de donantes con parada cardíaca. Pero se creía que no era viable la donación de intestino a partir de ese tipo de donantes”, contó a Infobae el doctor Pablo Stringa, médico veterinario e investigador del Conicet en el Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos y en el Laboratorio de Trasplante de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata.
En 2017, Stringa junto con Francisco Hernández Oliveros, del servicio de cirugía pediátrica del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, España, y colaboradores empezaron a desarrollar un proyecto para evaluar si era efectivo y seguro hacer el trasplante a partir de un donante en asistolia.
Lo probaron en cerdos y en ratas y el método funcionó. Los resultados a partir de esos ensayos pre-clínicos fueron publicados en la revista Transplant International. En ese trabajo, además del doctor Stringa, participaron los argentinos Leandro Emmanuel Vecchio Dezillio, Agustina Errea, Martín Rumbo, Rodrigo Papa-Gobbi, entre otros.
Esos resultados sirvieron como evidencia preliminar para que la Organización Nacional de Trasplantes de España autorizara el trasplante para Ema.
La beba había sido diagnosticada con insuficiencia intestinal cuando sólo tenía un mes. Porque su intestino era demasiado corto, y su salud se deterioró rápidamente. El singular trasplante fue el último recurso para salvarle la vida. Además del intestino, Emma recibió un nuevo hígado, estómago, bazo y páncreas. Stringa confirmó que ya se hicieron en total tres trasplantes intestinales en niños, incluyendo el caso de Emma.
Se usó una bomba de perfusión normotérmica, que mantiene a los órganos a una temperatura normal a pesar de que se encuentran fuera del organismo humano.
“La escasez universal de órganos ha impulsado el uso creciente de las donaciones tras muerte cardiocirculatoria, que se espera que siga aumentando. En el caso del trasplante de intestino los 3 casos de pacientes pediátricos que los han recibido ya han sido dados de alta y permanecen estables hasta el momento. Igualmente se necesita más evidencia para que este tipo de intervención pueda ser indicada masivamente”, aclaró Stringa.
El proyecto de la investigación con animales fue financiado por la Fundación Mutua Madrileña y apoyado por la Asociación española de ayuda a niños, adultos y familias afectadas de fallo intestinal, trasplante multivisceral y nutrición parenteral (NUPA).
Consultado por Infobae, Gabriel Gondolesi, investigador en salud del Conicet y jefe de Cirugía General Trasplante Hepático, Pancreático e Intestinal del Hospital Universitario Fundación Favaloro, comentó que considera promisorio al trasplante intestinal a partir del donante por parada cardíaca.
“Su principal uso es y será en adultos”, dijo Gondolesi, quien es también presidente de la sociedad internacionad de rehabilitación y trasplante intestinal. “El hospital La Paz de Madrid lleva años trabajando en ese modelo en forma experimental. Como es un hospital pediátrico, los primeros pacientes han sido niños”, acotó.
Si bien consideró que todavía falta más investigación, de acuerdo con el experto, se podría ampliar las opciones para pacientes con falla intestinal, que esperan un donante y que tienen mayor riesgo de morir en lista de espera.
Ante la pregunta sobre la indicación del trasplante intestinal en paciente con tumores, explicó que hay algunos tipos específicos, como el tumor desmoide, para los cuales se puede indicar. Señaló que no se debe confundirse con el cáncer de colon.
También el intestino se podría trasplantar junto a un riñón cuando los pacientes se encuentran con falla renal crónica asociada. O se puede trasplantar con el hígado cuando el paciente tenga falla hepática e intestinal, como ocurrió en el caso de Emma.
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