Gliptodontes en Argentina: los animales prehistóricos que fascinaron a Darwin

Nuestro país es una cantera vasta de restos de esta especie que vivió hace 3 millones de años y se extendió hasta los 10.000 años atrás. La fascinación del escritor del Origen de las Especies con este animal

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Los géneros de gliptodonte encontrados serían Eosclerocalyptus y Eleutherocercus animales que vivieron desde el Plioceno al Holoceno
Los géneros de gliptodonte encontrados serían Eosclerocalyptus y Eleutherocercus animales que vivieron desde el Plioceno al Holoceno

Un ejemplo más de la vasta cantidad de gliptodontes que habitaron la Argentina desde hace unos 3 millones de años es el descubrimiento que hizo ayer una niña de 9 años llamada Emilia en las costas del balneario de Chapadmalal, cuando halló dos especies del período Cenozoico.

Ayer, Emilia iba caminando por una playa de Chapadmalal y notó unos puntitos blancos sobre un gran lomo de arena. Curiosa, inmediatamente llamó a sus padres para que observen su hallazgo, que no era otra cosa que un tesoro paleontológico único.

Emilia había encontrado dos gliptodontes de entre 3 y 2,5 millones de años del Plioceno, más específicamente del período geológico Cenozoico superior. Inmediatamente, los padres de la niña llamaron al Museo Municipal de Ciencias Naturales “Lorenzo Scaglia”, que con rapidez se acercaron al lugar para confirmar el hallazgo y desenterrar con cuidado los restos de las dos criaturas gigantes.

Emilia posa junto a los restos de un gliptodonte en Chapadmalal
Emilia posa junto a los restos de un gliptodonte en Chapadmalal

¿Pero qué encontró Emilia?

Los géneros de gliptodonte encontrados serían Eosclerocalyptus y Eleutherocercus animales que vivieron desde el Plioceno al Holoceno, dentro del período Cenozoico superior, en Sudamérica. Uno es un gliptodonte de escala pequeña (masa corporal de 450 kilogramos) y otro de tamaño gigantesco (de 1.500 kilogramos). Además, encontraron una gran cantidad de restos de roedores dispersos en el lugar, que son muy buenos indicadores de la edad de los depósitos y los ambientes que había en el pasado.

Durante el Cenozoico, la era que empezó tras la extinción del Cretácico, América del Sur estaba aislada, como un gigantesco continente-isla. Debido a esto, en sus faunas evolucionaron formas autóctonas, muy características. Y así permaneció y fue evolucionando durante millones de años. Y entre la fauna más característica está la que vivió durante el Pleistoceno, hasta hace alrededor de 10.000 años.

Entre los representantes de la Megafauna Sudamericana podemos encontrar al megaterio, un gigantesco animal emparentado con los perezosos actuales, el toxodon, un robusto mamífero perteneciente al grupo extinto de los notoungulados, y de porte comparable al de los rinocerontes o las macrauquenias, mamíferos pertenecientes al orden extinto de los liptoternos, con un aspecto semejante al de los camélidos. Pero los gliptodontes tienen un espacio preferencial, ya que además de su vasta abundancia, fue una de las especies más estudiadas por el investigador y científico Charles Darwin durante los 18 meses, entre 1832 y 1833, que pasó en Argentina estudiando diferentes especies extintas para luego volver a Inglaterra y escribir su célebre libro El Origen de las Especies.

Los gliptodontes eran mamíferos que tenían una armadura muy dura y una cola acorazada que le servía de defensa
Los gliptodontes eran mamíferos que tenían una armadura muy dura y una cola acorazada que le servía de defensa

El padre de la teoría de la Evolución por Selección Natural fue el primero en dar a conocer esta especie al mundo, aunque otros naturalista como George Cuvier y Richard Owen también los habían estudiado en esa década. Los gliptodontes fueron gigantescos armadillos muy acorazados. Poseían un enorme caparazón, una bóveda formada por placas de hueso que cubría incluso sus patas. Tenían acorazadas también la cabeza y la cola, que podía llegar a presentar grandes tubérculos o púas, verdaderas armas como no se habían visto en los vertebrados terrestres desde la extinción de los dinosaurios acorazados como los stegosaurios o anquilosaurios. Los gliptodontes podían llegar a superar los 3 metros de longitud y el metro y medio de altura, y se calcula que podían llegar a pesar más de dos toneladas.

Durante su viaje por estas tierras a bordo del Beagle, Darwin y la tripulación frecuentemente se alimentaron de armadillos. De manera que para alguien con ojos tan hechos a la anatomía como era el científico, la conexión entre ambos animales se dio inmediatamente. Darwin comparó los huesos de los gliptodontes con los armadillos, tanto los recopilados como especímenes como los de su menú, y propuso que estuvieran relacionados, siendo los gigantescos gliptodontes posibles ancestros de los actuales y pequeños armadillos.

Hoy en día, los estudios de las relaciones de parentesco de los mamíferos, actuales y fósiles, nos han revelado que, aunque sí que armadillos y gliptodontes están emparentados, este parentesco no es tan fuerte como para proponer una línea de descendencia directa. Ambos grupos forman parte del superorden de los Xenartros, que incluye también a los osos hormigueros o los perezosos, y ambos estarían dentro del orden de los Cingulados, siendo los armadillos actuales de la familia Dasypodidae, y los gliptodontes de la familia Glyptodontidae. Los restos de estos animales fueron hallados en Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia Perú y Paraguay.

Un resto de gliptodonte descubierto en Rosario en 2020
Un resto de gliptodonte descubierto en Rosario en 2020

Hallazgos recientes

En septiembre del año pasado se dio a conocer la noticia de restos fósiles de un gliptodonte encontrados en una barranca del río Paraná, en la costa de la ciudad de San Lorenzo, en el sur de Santa Fe.

Según informaron las autoridades locales, los restos fueron hallados por personal municipal. “Podrían tratarse de una de las extremidades de un gliptodonte, megafauna que habitó esta zona hace unos 10 mil años. Sería una pata o brazo del glipodonte. Por ahora solo pudimos sacarle fotos y entre mañana y el viernes llegarán paleontólogos del Museo Provincial de Ciencias Naturales Ángel Gallardo, de Rosario, para realizar la extracción de los restos”, explicó el paleontólogo Juan Nóbile.

Tras señalar que ya se dio aviso, además, a Patrimonio Arqueológico y Paleontológico del Ministerio de Cultura de Santa Fe, Nóbile explicó que los gliptodontes son animales del período pleistoceno y los comparó con “los actuales tatú carreta o mulitas”.

Un gliptodonte hallado en Bolívar, provincia de Buenos Aires en 2020.
Un gliptodonte hallado en Bolívar, provincia de Buenos Aires en 2020.

Consultado sobre el hallazgo de restos fósiles de animales prehistóricos en la costa del río Paraná, el especialista explicó que “esto ocurre por la bajante que registra el río”. “Está muy bajo y aparecen restos de animales, y la gente que viene a pescar, los descubre y nos llama”, añadió Nóbile. Por último, recordó que hace cuatro años, “un hombre que estaba haciendo un pozo ciego en San Lorenzo encontró un colmillo de mastodonte que habitó esta zona hace más de 10 mil años”.

Meses antes, en diciembre de 202, dos caparazones de gliptodontes fueron hallados en inmediaciones de Nueva Esperanza, departamento Pellegrini, Santiago del Estero. El director de Patrimonio Cultural santiagueño, Alejandro Yocca, dijo que “este hallazgo múltiple infiere que hace 10.000 años o más, toda esa zona fue un paraíso donde estas especies se alimentaban y reproducían en gran número”.

El biólogo Pablo Gaudioso, especialista en mamíferos extintos, especificó que los restos encontrados “pertenecen al género Neosclerotalyptus” que son “los más pequeños del grupo, de unos dos metros de largo y pesan aproximadamente 300 kilos cada uno”. El especialista sostuvo que “estos son los primeros registros de fósiles que se encuentran de este tipo en Santiago del Estero.

En Santiago del Estero se hallaron restos de un gliptodonte, pertenecientes al género Panochthus sp. y que por su "morfología da cuenta de un ejemplar no registrado para la región Chaco austral y se trataría de uno de los de mayor tamaño encontrados en nuestra provincia", indicaron los investigadores de la Dirección General de Patrimonio Cultural (Télam)
En Santiago del Estero se hallaron restos de un gliptodonte, pertenecientes al género Panochthus sp. y que por su "morfología da cuenta de un ejemplar no registrado para la región Chaco austral y se trataría de uno de los de mayor tamaño encontrados en nuestra provincia", indicaron los investigadores de la Dirección General de Patrimonio Cultural (Télam)

Nueva especie de gliptodonte

Investigadores del CONICET identificaron una nueva especie de gliptodonte que habitó Argentina durante el Mioceno tardío, hace más de 9 millones de años. El estudio, dado a conocer hace un año, fue realizado en conjunto con equipos de otros centros de Argentina y Estados Unidos, y aporta una novedosa e innovadora mirada a la historia evolutiva de la radiación austral de estos grandes mamíferos en el sur de Sudamérica y a la evolución de una de sus estructuras más características, el tubo caudal o cola acorazada.

En el trabajo se estudiaron restos fósiles de diversos ejemplares procedentes de sitios fosilíferos, entre los que se destacan los de Arroyo Chasicó, en Buenos Aires y Loma de Las Tapias, en San Juan. Los resultados de la investigación fueron publicados en el Journal of Mammalian Evolution, una revista que se especializa en artículos sobre la historia evolutiva de mamíferos, tanto extintos como actuales.

La nueva especie fue denominada como Kelenkura castroi, en homenaje al colector aficionado Domingo Castro, quien halló algunos de los materiales mejor preservados empleados en el estudio. “Se trata de uno de los primeros eslabones en la radiación extra-patagónica de este grupo de gliptodontes, datado en más de 9 millones de años. Además, esta especie posee el primer tubo caudal del registro fósil completamente desarrollado, permitiéndonos conocer la evolución de esta curiosa estructura a través del tiempo”, señala Daniel Barasoain, paleontólogo del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE) y primer autor del artículo.

El material estudiado incluye dos de los especímenes más completos conocidos para el lapso Chasiquense —división establecida para definir una escala geológica de tiempo para la fauna de mamíferos sudamericanos que se sitúa entre los 9 y los 10 millones de años—, representados por dos cráneos, tubos caudales, huesos del esqueleto axial y una coraza parcialmente completa. La procedencia de estos especímenes, uno de Buenos Aires y otro de San Juan, permitió a los investigadores confirmar la presencia de la especie en ambos sitios.

Los gliptodontes abundaban en Sudamérica durante el Cenozoico
Los gliptodontes abundaban en Sudamérica durante el Cenozoico

Un lugar único

Mar del Plata y la zonas adyacentes poseen los yacimientos paleontológicos más representativos del Cenozoico superior de toda Suramérica. Para este segmento de tiempo en particular, entre 3 y 2,5 millones de años, los investigadores no tenían muchos registros fósiles, así que estos nuevos materiales vienen a llenar un “pequeño vacío” en el conocimiento de estas formidables bestias prehistóricas, según replicaron los portavoces.

Si bien los restos de gliptodontes son muy frecuentes para momentos del tiempo más modernos, los que se recuperaron en los acantilados de Mar del Plata son “únicos” porque muestran los gliptodontes del Plioceno (5,33 a 2,58 millones de años atrás) que son muy raros en otros yacimientos, afirmaron las fuentes.

“En primer lugar, solo teníamos en agenda 1 hallazgo de unos restos de gliptodonte (armadillo terrestre gigante), que son animales emparentados con las mulitas, peludos y tatús actuales”, señaló al respecto Matías Taglioretti, paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia. “Pero existen diferencias entre los gliptodontes y los armadillos actuales, entre ellas el tamaño y la arquitectura de su caparazón. Las placas que forman parte del caparazón de los gliptodontes se encuentran en mayor medida muy fusionadas, conformando una verdadera coraza rígida, convirtiéndolos en verdaderos tanques de guerra prehistóricos”, agregó.

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