Los llamados cigarrillos electrónicos pueden o no contener nicotina. Lo que con seguridad no contienen es tabaco, de allí que se los presente como una opción menos nociva y hasta como una alternativa en personas que buscan dejar de fumar.
Sin embargo, suelen contener aditivos, sabores y productos químicos que pueden ser tóxicos para la salud de las personas, según alertan desde la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En ese sentido, una nueva investigación vino a sumar evidencia acerca del riesgo que estos dispositivos presentan para la salud.
El trabajo de investigadores de la Universidad McGill, en Montreal, indica que “los cigarrillos electrónicos pueden causar cambios celulares y moleculares en los pulmones”. “Específicamente, la inhalación prolongada de aerosoles de cigarrillos electrónicos por parte de ratones provocó cambios en la composición de las células inmunitarias pulmonares de los animales y alteró los niveles de genes y proteínas en los pulmones”, aseguran en el trabajo publicado en The FASEB Journal.
Los investigadores encontraron que incluso una baja exposición a los aerosoles de una marca de cigarrillos electrónicos popular entre jóvenes y adultos jóvenes, tuvo impactos significativos.
“Los cigarrillos electrónicos actualmente dividen a la opinión pública, algunos los consideran una herramienta útil para dejar de fumar y otros están preocupados por las posibles consecuencias adversas para la salud -plantearon los investigadores en la publicación-. Sin embargo, puede tomar décadas comprender completamente los efectos del uso de cigarrillos electrónicos en humanos dada su relativa novedad en el mercado”.
Y tras destacar “la necesidad de estudios preclínicos integrales que investiguen los efectos de la exposición a los cigarrillos electrónicos en los resultados de salud”, señalaron que en el presente trabajo investigaron “el impacto de la exposición crónica a aerosoles JUUL de bajo nivel en múltiples resultados pulmonares”.
Para el trabajo, los investigadores buscaron replicar lo que sucede en las exposiciones humanas a este tipo de dispositivos. Para eso, expusieron a ratones C57BL/6J machos y hembras de ocho a 12 semanas de edad a productos JUUL disponibles en el mercado (que contenían 59 mg/ml de nicotina). Y luego de exponerlos diariamente al aire de la habitación durante cuatro semanas, evaluaron los marcadores inflamatorios.
“Los ratones expuestos a aerosoles JUUL durante cuatro semanas aumentaron significativamente las poblaciones de neutrófilos y linfocitos en el LBA y algunos cambios en la expresión del ARNm de citoquinas. Sin embargo, las citocinas del BAL no cambiaron -concluyeron los autores del estudio-. El análisis proteómico y transcriptómico reveló cambios significativos en numerosas vías biológicas, incluida la desgranulación de neutrófilos, la señalización de PPAR y el metabolismo de xenobióticos. Por lo tanto, los cigarrillos electrónicos no son inertes y pueden causar cambios celulares y moleculares significativos en los pulmones”.
Carolyn J. Baglole, PhD, de la Universidad McGill y una de las autoras del trabajo destacó que “se desconocen las consecuencias para la salud del vapeo”. “Nuestros resultados muestran que la inhalación del vapor generado por una marca popular de cigarrillos electrónicos causa cambios generalizados dentro de los pulmones, datos que resaltan aún más que estos productos no son inertes y pueden provocar daño pulmonar si se usan a largo plazo”.
Otra reciente investigación realizada por científicos de la Universidad de Harvard, halló que estos dispositivos “pueden provocar una obstrucción de las vías respiratorias pequeñas y síntomas similares al asma”.
El trabajo, que fue desarrollado por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH), afiliado a Harvard, fue publicado en New England Journal of Medicine Evidence y financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés). Según resaltaron en un comunicado, se trató del “primer estudio para evaluar microscópicamente el tejido pulmonar de los usuarios de cigarrillos electrónicos en busca de enfermedades crónicas”.
Tras el analizar a usuarios que son consumidores crónicos de estos cigarrillos electrónicos, los científicos detectaron que “puede provocar una obstrucción de las vías respiratorias pequeñas y síntomas similares al asma”, además identificaron “fibrosis y daño en las vías respiratorias pequeñas, similar al daño por inhalación química en los pulmones que se observa típicamente en los soldados que regresan de conflictos en el extranjero que habían inhalado mostaza o tipos similares de gases nocivos”.
Alertan sobre la creciente adicción entre los adolescentes
Una investigación a cargo de científicos del Hospital General para Niños de Massachusetts informó que estos dispositivos son más adictivos que los cigarrillos reales, con algunos usuarios en edad escolar vapeando a los cinco minutos de levantarse por la mañana, según dijeron.
Los cigarrillos electrónicos están enganchando a los niños pequeños a la nicotina, según remarcó este documento, “algunos adolescentes que vapean tienen tan solo 11 años”, informaron los especialistas.
Los científicos han atribuido el fenómeno a una forma más suave y agradable al paladar de la sustancia adictiva, conocida como “sales de nicotina” o “nicotina protonada”, una versión en base líquida. “Los cambios detectados en este estudio de encuesta pueden reflejar los niveles más altos de entrega de nicotina y la responsabilidad de la adicción”, indicó el autor, profesor Jonathan Winickoff.
Un informe reciente del gobierno de Estados Unidos, uno de los países que está a la vanguardia en el análisis de este fenómeno, reveló que al menos 2,6 millones de niños en ese país están consumiendo los cigarrillos electrónicos. Los especialistas publicaron sus hallazgos en la revista JAMA Network Open.
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