Sin dudas estamos viendo una nueva era espacial, con un 2022 lleno de misiones espaciales, nuevos robots, naves espaciales, cohetes y satélites que buscan continuar el espíritu exploratorio humano.
Y en ese sentido hoy la Luna se sitúa como el principal objetivo para el retorno del hombre y el primer viaje de una mujer a nuestro satélite natural. Así, la NASA realizó el año pasado su histórico despegue no tripulado de la misión Artemis I que logró probar un nuevo cohete y cápsula espacial para llegar a la Luna, orbitarla y volver a la Tierra en forma segura.
Mientras los científicos y técnicos manejan las expectativas y nervios, recaban datos de dicha misión realizada a fin del año pasado y se preparan para la primera misión tripulada orbital a la Luna en más de 50 años con Artemis II volando en 2024, hay otros asuntos importantes para “preparar el terreno lunar” y proyectar la estadía humana allí.
Es que la intención de la NASA es no volver a la Luna solo para estar unas pocas horas, como sucedió con las 6 misiones Apolo que lograron aterrizar en ella. La intención es quedarse días y también comenzar a establecer una colonia lunar con fines científicos.
Para ello, en tierra, está estudiando la creación de un incipiente sistema de construcción espacial en el que logró inyectar una importante cantidad de dinero para dar comienzo al mismo y que sea una realidad en los próximos años. Por ello, la NASA otorgó a fin de noviembre pasado a la empresa ICON con sede en Texas, la cantidad de $ 57,2 millones por su Proyecto Olympus (Olimpo), que está trabajando para desarrollar tecnología que permitirá a la humanidad construir puestos de avanzada en la Luna y Marte utilizando tierra y rocas disponibles localmente.
“Para cambiar el paradigma de exploración espacial de ‘allí y de regreso’ a ‘allí para quedarse’, vamos a necesitar sistemas robustos, resistentes y de amplia capacidad que puedan usar los recursos locales de la luna y otros cuerpos planetarios”, precisó el cofundador y CEO de ICON, Jason Ballard. “Nos complace que nuestra investigación e ingeniería hasta la fecha hayan demostrado que tales sistemas son realmente posibles, y esperamos ahora hacer realidad esa posibilidad”, agregó. ICON es pionera en el uso de tecnologías de construcción avanzadas aquí en la Tierra. Por ejemplo, la compañía construyó la primera casa impresa en 3D con todos los permisos en los Estados Unidos en 2018 y desde entonces ha entregado casas de este tipo a comunidades enteras en los Estados Unidos y México.
La empresa, también había trabajado en proyectos basados en cuerpos extraterrestres. Uno de ellos fue la construcción de un “hábitat” de 158 metros cuadrados basado en Marte. Se llamó Mars Dune Alpha, y la NASA lo usará en la misión Project Crew Health and Performance Analog (CHAPEA) a partir de 2023. El contrato entre la NASA e ICON durará hasta 2028. Project Olympus fue lanzado en 2020, con el razonamiento de que su tecnología podría ayudar a construir infraestructura crítica necesaria para la habitabilidad en la Luna y Marte, como plataformas de aterrizaje, rutas y hábitats.
El contrato de la NASA recientemente anunciado, otorgado a través del programa de Investigación de Innovación para Pequeñas Empresas de la agencia, ayudará a la compañía a madurar su tecnología y procedimientos. “ICON planea usar el dinero para aprender cómo se comporta el suelo lunar, o regolito, en la gravedad lunar usando muestras simuladas y reales traídas por las misiones Apolo”, dijeron representantes de la compañía.
La empresa también probará su hardware y software en una misión espacial que simula la gravedad lunar. Y habrá un juicio aún más ambicioso, si todo sale según lo planeado. “El resultado final de este contrato será la primera construcción de la humanidad en otro mundo, y ese será un logro bastante especial”, expresó Ballard en el comunicado.
La NASA viene siguiendo con mucho interés los desarrollos privados que buscan generar sistemas de construcción autónomos en la Luna. A través de su programa Artemis, la agencia espacial está trabajando para establecer una presencia humana sostenible a largo plazo en la Luna y sus alrededores para fines de la década de 2020.
La primera misión Artemis, Artemis 1, se lanzó el 16 de noviembre y envió una cápsula Orion sin tripulación a la órbita lunar. Artemis II hará en 2024 una misión tripulada con cuatro astronautas que orbitará la Luna y regresará a salvo a la Tierra. Y 2025 será el gran año de retorno finalmente a la Luna, cuando Artemis III descienda en la superficie selenita con nuevos astronautas de ambos sexos.
“Para explorar otros mundos, necesitamos nuevas tecnologías innovadoras adaptadas a esos entornos y nuestras necesidades de exploración. Impulsar este desarrollo con nuestros socios comerciales creará las capacidades que necesitamos para futuras misiones “, dijo Niki Werkheiser, director de maduración tecnológica en la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial de la NASA.
Construcción con material lunar
En octubre de 2021, la NASA dio un paso más hacia la construcción de futuras colonias humanas en la Luna y Marte con la llegada de un dispositivo clave a la Estación Espacial Internacional (EEI). Durante una misión de reabastecimiento la Agencia Espacial de Estados Unidos incluyó una impresora 3D que usa polvo lunar para fabricar materiales sólidos. Se trató de una máquina destinada a demostrar que el regolito lunar (es decir, tierra suelta o roca) y de superficies extraterrestres similares, podría servir para construir complejos de habitabilidad en otros mundos, sin necesidad de llevar los materiales o construcciones prefabricadas.
La nave espacial Cygnus, desarrollada por la compañía aeroespacial estadounidense Northrop Grumman, entregó el sistema de impresión que está diseñado para revolucionar las futuras misiones a la Luna al permitir la creación de equipos en el propio cuerpo celeste, en lugar de tener que hacer volar continuamente cagas pesadas y costosas.
Hasta ahora el polvo lunar, que técnicamente se conoce como regolito, ha sido siempre un incordio. Tal vez perjudicial para la salud de los astronautas y sin duda fatal para los dispositivos que son obstruidos por este “polvo de estrellas”. Pero desde hace un tiempo las agencias espaciales trabajan en darle alguna utilidad. Para ello han probado un sistema llamado Moonrise que, sin pesar más de tres kilos, puede derretir materiales lunares con un láser para utilizarlo de materia prima.
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