Los arrecifes de coral se encuentran entre los ecosistemas más diversos del planeta. Estos rincones de los océanos albergan a decenas de especies acuáticas, que se alimentan y proliferan allí. No obstante, esta dinámica parece estar en riesgo. De acuerdo a un estudio científico a cargo de expertos de la Universidad Simon Fraser, en Canadá, dos tercios de los tiburones y las rayas de corales están en peligro de extinción. Los principales motivos son, de acuerdo a los investigadores, la sobrepesca, la contaminación del mar y el cambio climático.
En el trabajo, que fue publicado en la revista Nature Communications, se evaluaron 134 especies de tiburones y rayas que habitan en los arrecifes. Posteriormente, se cotejaron los resultados con los parámetros de vulnerabilidad de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Samantha Sherman, una de las autoras, detalló: “Estas especies, desde los depredadores del ápice hasta los filtradores, juegan un papel importante en estos delicados ecosistemas, que no pueden ser llenados por otros ejemplares”.
En segundo término, Sherman postuló: “Fue un poco sorprendente lo alto que es el nivel de amenaza para estos animales. Muchas especies que pensábamos que eran comunes están disminuyendo a un ritmo alarmante y se están volviendo más difíciles de encontrar en algunos lugares. La mayor amenaza, sin dudas, es la sobrepesca”.
Según Sherman y su equipo, los tiburones están más amenazados en la región del océano Atlántico occidental y en partes del Océano Índico, mientras que las rayas están en riesgo en el Índico y en el sudeste de Asia. “Estas regiones están muy explotadas y actualmente no cuentan con una gestión para reducir el impacto en estas especies”, consideró la investigadora.
En ese tono, Sherman señaló que las soluciones para esta problemática “son similares tanto en los tiburones como en las rayas: límites a la pesca, áreas marinas protegidas, bien ubicadas y debidamente implementadas, y alternativas de medios de vida para reducir la cantidad de pescadores en los arrecifes de coral”. A su vez, la experta precisó que se necesita “un esfuerzo global para mejorar la implementación de estas soluciones, ya que las regulaciones en sí mismas no impiden que estas especies mueran”.
En el estudio, los investigadores plantearon que los tiburones y las rayas “son el segundo grupo más amenazado de las 4.918 especies que se encuentran en los arrecifes de coral. Además, corren más riesgo que todos los tiburones y rayas que se ubican más cerca de la costa”. Y añadieron: “La sobrepesca es la principal amenaza reportada y la principal causa de la disminución de la población de estos animales, lo que provoca disminuciones dramáticas en un período de tiempo muy corto (los últimos 50 años)”.
Crisis climática y biodiversidad
Los datos que presentaron los expertos de Canadá se suman a otros pronósticos poco alentadores en lo que concierne a animales y conservación. Recientemente, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) presentó los últimos informes de especies amenazadas, en el marco de la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad (COP15) que se llevó a cabo en la localidad de Montreal con la participación de 196 países.
Según explicaron desde la UICN, la actividad humana está devastando a la fauna marina. En ese contexto, un 28% de las 150.388 especies incluidas en la Lista Roja están en peligro de extinción. Este porcentaje equivale a 42.108 especies en todo el planeta. De las 17.903 especies marinas identificadas como en peligro, tanto animales como vegetales, 1.550 -un 8,6%-, podrían desaparecer. Además, informaron que la crisis climática afecta negativamente a cerca del 41% de los animales marinos que están en peligro.
El doctor Bruno Oberle, director general de UICN, declaró en un comunicado que los nuevos datos de la Lista Roja de UICN “revelan una tormenta perfecta de actividad humana insostenible que está diezmando la vida marina en todo el mundo”. En ese tono, Oberle vinculó la lucha contra la pérdida de la biodiversidad y la crisis climática, y advirtió el costo de ignorar las dos crisis.
“Necesitamos responder con urgencia las crisis climática y de biodiversidad, que están conectadas y que suponen cambios profundos a nuestros sistemas económicos, o nos arriesgamos a perder los beneficios vitales que nos proporcionan los océanos”, advirtió el especialista.
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