Una versión clásica de la historia de la naturaleza indica que el animal más grande puede atacar al más pequeño por características lógicas. No obstante, esta dinámica parece no ser tan taxativa. Así lo planteó un grupo de científicos del Instituto Avaye Dornaye Khastekari, en Irán, y de la Universidad de Nottinhgam, en el Reino Unido. ¿Qué hallaron? Que en cuestión de 30 días, una mantis religiosa mató a dos pájaros que eran superiores en tamaño y en fuerza.
Para lograr estas imágenes, los especialistas a cargo del trabajo, Mahmood Kolnegari y Connor Panter, ubicaron una cámara especial en un nido que se encontraba en el condado de Manujan, provincia de Kerman, al sudeste de Irán. Si bien las mantis religiosas se caracterizan por su fuerza y su agresividad, los dos ataques registrados fueron una sorpresa para los investigadores. Por lo tanto, buscaron datos anteriores sobre esta clase de situaciones, y encontraron un informe científico de 100 años atrás y hallazgos puntuales que no fueron avalados por ninguna institución oficial.
“Las mantis se alimentan predominantemente de otros invertebrados, pero se sabe que se alimentan de pequeños vertebrados. Durante abril y mayo de 2021, observamos dos eventos de alimentación distintos donde las mantis europeas hembras (Mantis religiosa) depredaron a un Sunbird púrpura (Cinnyris asiaticus) y a una alondra crestada (Galerida cristata)”, detallaron en el estudio, que fue publicado en la revista científica Ecology and Evolution.
De acuerdo a la descripción de los científicos, “en ambas ocasiones, las mantis parecían aprovecharse de los polluelos de manera oportunista. Se posaron cerca de la ubicación de los nidos y la caza se inició por los movimientos de los polluelos”. Bajo estos preceptos, sugirieron que “las mantis se estaban comportando de manera oportunista ya que antes de esto, parecían no darse cuenta de la presencia de los polluelos. Una vez que se apoderaron de ellos, comenzaron a alimentarse y los sacaron de los nidos”.
En ese tono, los expertos propusieron “dos posibles explicaciones para las interacciones observadas entre mantis y polluelos”. La primera postuló que durante la producción de huevos, “las mantis hembras, especialmente aquellas en malas condiciones físicas, pueden alimentarse de manera oportunista de los polluelos para aumentar la fecundidad a través de la ganancia de nutrientes”. La segunda hipótesis sugirió que las mantis “pueden ser inicialmente atraídas hacia el nido por insectos parásitos o coprófagos, como resultado de un saneamiento deficiente del nido y, posteriormente, depredar a los polluelos después de detectar movimientos”.
De todos modos, los autores aclararon que las explicaciones ecológicas “de estos eventos siguen siendo especulativas y se requieren más estudios de campo e investigación para aumentar aún más el conocimiento y la comprensión sobre las relaciones depredador-presa entre los grupos tróficos”. Y añadieron: “La depredación de aves por parte de las mantis religiosas puede estar restringida a los polluelos y solo a los adultos de especies que son excepcionalmente livianas, como los colibríes”.
Por otro lado, los científicos detallaron: “Recopilamos información de búsquedas en Internet de mantis que se alimentan de polluelos en otras partes del mundo, revelando dos observaciones más. En Taiwán, se registró una mantis gigante asiática (Hierodula patellifera) depredando un polluelo de ojo blanco gorjeador (Zosterops japonicus) y en Brasil, se registró una mantis (Stagmatoptera sp.) alimentándose de un polluelo de semillero de garganta blanca (Sporophila albogularis). Además, la única evidencia científica existente de mantis religiosas alimentándose de polluelos de paseriformes se registró en 1922″.
Las características de la mantis religiosas
“La mantis europea se considera una especie invasora en partes de su distribución actual y continúa expandiéndose por Europa, Asia, África y América del Norte. Se ha demostrado que la especie es particularmente buena para ocupar nuevos hábitats y la depredación de las aves que anidan puede convertirse en un problema de conservación futuro si los polluelos de especies que se encuentran en tamaños de población extremadamente bajos son depredados”, describieron los autores del estudio.
Evidentemente, para estos expertos, las mantis religiosas pueden llegar a ser depredadoras en algunos casos. ¿De qué manera? “Atrapan a sus presas usando un par de patas delanteras modificadas en miembros rapaces equipados con espinas. Varias especies de mantis han desarrollado estrategias únicas que les han permitido adaptarse a un nicho ecológico específico, por ejemplo, presas empaladoras. Otras son depredadores generalistas altamente adaptables. En comparación con la mayoría de los otros artrópodos, las mantis son de gran tamaño, lo que permite la captura de pequeños vertebrados, incluidos anfibios, roedores, reptiles, peces y aves”, precisaron.
Finalmente, los investigadores concluyeron: “Se sabe que las mantis seleccionan sitios de caza óptimos, como por ejemplo ‘sentarse y esperar’ en puntos estratégicos como áreas con gran abundancia de presas, observado en mantis chinas, bordeadas y europeas cazando en comederos para colibríes. Además, otros olores o señuelos naturales pueden atraer indirectamente a las mantis hacia posibles fuentes de presa: se observó una ninfa de mantis europea cazando insectos sarcófagos atraídos por el olor de las heces de perro en Birkirkara, Malta, o en este caso a nidos con saneamiento deficiente y mayor abundancia de insectos parásitos o coprófagos”.
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