Ómicron bajo la lupa: radiografía de la variante que domina el mundo hace un año y evadió la inmunidad

Detectada por primera vez en noviembre de 2021 en Sudáfrica, ya dio lugar al menos a 30 sublinajes y obligó a las farmacéuticas a desarrollar vacunas bivalentes destinadas a frenar su contagiosidad. Qué se sabe de las nuevas subvariantes BQ.1, BQ.1.1, BA.2.75.2 y XBB

Guardar
Las variantes BQ.1, BQ.1.1 y BA.2.75.2 son resistentes a la inmunidad generada por las vacunas y por la infección (Getty)
Las variantes BQ.1, BQ.1.1 y BA.2.75.2 son resistentes a la inmunidad generada por las vacunas y por la infección (Getty)

Había una vez, una nueva variante del SARS-CoV-2 detectada en Sudáfrica en noviembre de 2021. Así podría comenzar la historia, que tiene a Ómicron como protagonista. Pero, a diferencia de sus hermanitas mayores, que en más o menos tiempo habían sido reemplazadas por otra mutación, esta variante del coronavirus llegaría para dominar el mundo por mucho tiempo. Podría seguir el relato.

Y hay más: con una alta contagiosidad y un poder nunca antes visto para evadir la respuesta inmune, a Ómicron no le tembló el pulso para desafiar a las farmacéuticas a desarrollar nuevas vacunas de segunda generación para intentar contener su avance.

Por el momento, no hay un “y vivieron felices por siempre” para esta historia. Es que, a poco más de un año de su surgimiento, Ómicron sigue dando lugar a nuevos sublinajes que tienen en vilo a la comunidad científica internacional.

El SARS-CoV-2 evolucionó para suprimir la inmunidad innata de sus huéspedes (Getty)
El SARS-CoV-2 evolucionó para suprimir la inmunidad innata de sus huéspedes (Getty)

Es que pese al elevado porcentaje de población vacunada en todo el mundo, los especialistas comenzaron a ver a partir de Ómicron que el virus lograba evadir los anticuerpos contra el COVID-19, tanto los generados por las formulaciones desarrolladas en tiempo récord como la inmunidad natural de quienes habían contraído la enfermedad.

Así es que en el orden del alfabeto griego que la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó a asignar a las variantes de preocupación del coronavirus que iban surgiendo, Ómicron fue la decimotercera variante nombrada en menos de un año. Y ahora lleva un año y casi un mes de reinado.

Las primeras subvariantes de la ¿última? variante

El 9 de noviembre del 2021 se detectó el primer caso de esta mutación y en pocos meses dominó el planeta con una versión más contagiosa del virus (Reuters)
El 9 de noviembre del 2021 se detectó el primer caso de esta mutación y en pocos meses dominó el planeta con una versión más contagiosa del virus (Reuters)

Desde la OMS sostienen que “Ómicron probablemente no será la última variante del SARS-CoV-2″. “No lo sabemos aún, pero cuanto más circule el virus, más posibilidades hay de que surja una nueva variante más mortal que Ómicron”, aseguran.

Los expertos coinciden en que la posibilidad de que, por recombinación de variantes anteriores, aparezcan nuevas mutaciones, siempre existe.

En opinión del médico infectólogo Pablo Bonvehí, “la variante Ómicron no fue reemplazada porque, al haber una gran parte de la población ya vacunada, eso hace que sea más difícil que el virus progrese y pueda generar cambios tan grandes como para generar otra variante distinta”. “Esos cambios son menores producto de la inmunidad de la población, seguramente, por las vacunas y los que se han infectado anteriormente”, observó ante la consulta de Infobae.

A lo que el inmunólogo e investigador del Conicet Jorge Geffner sumó: “La verdad, el combo de mutaciones que tiene Ómicron en sus distintos linajes (BA.1, BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5) y en los nuevos sublinajes que tienen nombres raros y que han sido recientemente caracterizados, le otorgan esa enorme transmisibilidad y evidentemente no debe ser fácil para el SARS-CoV-2 cotejar un conjunto de mutaciones que le otorgue aún mayor transmisibilidad. Creo que es por eso, básicamente, que hasta el momento Ómicron no fue reemplazada por otra, como sí ocurrió con las anteriores. Ómicron es enormemente transmisible y tiene ese costado adicional que le da la capacidad de evadir la respuesta inmune”.

Después de que la variante original evolucionara, sus descendientes se dividieron en al menos cinco ramas, conocidas como BA.1 a BA.5, las que se fueron reemplazando unas a otras en el dominio de los nuevos contagios. En este punto, BA.2.75.2 fue uno de los “nietos” de Ómicron más evasivos de la inmunidad.

La selección natural, el secreto de su mayor transmisibilidad

Está en la naturaleza del virus mutar para evadir los anticuerpos y reproducirse (Getty)
Está en la naturaleza del virus mutar para evadir los anticuerpos y reproducirse (Getty)

La pregunta que se siguen haciendo los investigadores a esta altura es ¿qué impulsa la evolución de los sublinajes Ómicron? La respuesta a eso, según el virólogo y profesor de la cátedra de Enfermedades Infecciosas Emergentes en Penn State, Suresh V. Kuchipudi, “es un proceso bien conocido llamado selección natural”.

“La selección natural es un proceso evolutivo en el que los rasgos que le dan a una especie una ventaja reproductiva continúan transmitiéndose a la siguiente generación, mientras que los rasgos que no la dan se eliminan a través de la competencia -explicó-. A medida que el SARS-CoV-2 continúe circulando, la selección natural favorecerá las mutaciones que le dan al virus la mayor ventaja de supervivencia”.

Varios mecanismos contribuyen al aumento de la transmisibilidad de las variantes del SARS-CoV-2. Una es la capacidad de unirse más fuertemente al receptor ACE2, una proteína en el cuerpo que principalmente ayuda a regular la presión arterial, pero que según se vio también puede ayudar al SARS-CoV-2 a ingresar a las células del cuerpo. Los sublinajes Ómicron tienen mutaciones que los hacen mejores para escapar de la protección de los anticuerpos mientras conservan su capacidad para unirse de manera efectiva a los receptores ACE2. El sublinaje BA.5, por ejemplo, demostró que podía evadir los anticuerpos tanto de la vacunación como de la infección previa.

Además de estas mutaciones que evaden el sistema inmunológico, el SARS-CoV-2 evolucionó para suprimir la inmunidad innata de sus huéspedes, en este caso, los humanos. La inmunidad innata es la primera línea de defensa del cuerpo contra los patógenos invasores, compuesta por proteínas antivirales que ayudan a combatir los virus. El SARS-CoV-2 tiene la capacidad de suprimir la activación de algunas de estas proteínas antivirales clave, lo que significa que puede superar de manera efectiva muchas de las defensas del cuerpo. Esto explica la propagación de infecciones entre personas vacunadas o previamente infectadas.

Qué se sabe de las nuevas BQ.1, BQ.1.1, BA.2.75.2 y XBB

Los contagios con estos sublinajes ya representan casi la mitad de los registrados por COVID-19 en todo EEUU (Getty)
Los contagios con estos sublinajes ya representan casi la mitad de los registrados por COVID-19 en todo EEUU (Getty)

En su último informe de vigilancia genómica sobre las variantes circulantes del COVID-19, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos indicaron que las subvariantes BQ.1 y BQ.1.1 de Ómicron representaron casi la mitad de los casos de coronavirus en el país durante la semana que terminó el 19 de noviembre, en comparación con 39,5% en la semana anterior.

Las nuevas subvariantes BQ.1 y BQ.1.1 de Ómicron ya fueron detectadas, además, en cinco países de la Unión Europea. Y según reportó la propia OMS, la subvariante BQ.1 también está aumentando a nivel mundial, con un crecimiento del 13% de los casos al 16% la semana pasada.

BA.5, en tanto, pasó de ser dominante a representar sólo una mínima parte de los nuevos contagios.

Según los Institutos Nacionales de Salud de los EEUU, las subvariantes BQ son más inmunes a la evasión y probablemente resistentes a medicamentos de anticuerpos clave, como, utilizados por personas con sistemas inmunológicos comprometidos.

Los nuevos sublinajes de Ómicron, BQ.1 y BQ.1.1, son las cepas que los científicos vigilan más de cerca desde fines de septiembre (Getty)
Los nuevos sublinajes de Ómicron, BQ.1 y BQ.1.1, son las cepas que los científicos vigilan más de cerca desde fines de septiembre (Getty)

BQ.1 es un sublinaje de BA.5, que porta mutaciones en pico en algunos sitios antigénicos clave, incluidos K444T y N460K. Además de estas mutaciones, el sublinaje BQ.1.1 -llamado coloquialmente Perro del infierno- porta una mutación de pico adicional en un sitio antigénico clave (es decir, R346T).

Si bien no hay datos sobre la gravedad o el escape inmunitario de los estudios en humanos, BQ.1 muestra una ventaja de crecimiento significativa sobre otros sublinajes de Ómicron circulantes.

En tanto XBB es una recombinante de los sublinajes BA.2.10.1 y BA.2.75. Empezó a circular a principios de octubre en Singapur e India y rápidamente se propagó por 35 países.

Si bien se necesitan más estudios, según la OMS, los datos actuales no sugieren que existan diferencias sustanciales en la gravedad de la enfermedad para las infecciones por XBB. Sin embargo, hay evidencia preliminar que apunta a un mayor riesgo de reinfección, en comparación con otros sublinajes Ómicron circulantes.

El nombre “Perro del infierno” o “Sabueso del infierno” (Hellhound en inglés) se popularizó entre los usuarios de redes sociales (Getty)
El nombre “Perro del infierno” o “Sabueso del infierno” (Hellhound en inglés) se popularizó entre los usuarios de redes sociales (Getty)

Los nuevos sublinajes de Ómicron están presentes en la Argentina desde octubre, pero la información se conoció recién esta semana cuando fueron divulgados los datos del último Boletín Epidemiológico Nacional, correspondiente a la semana epidemiológica número 46 o SE46 (del 13 al 19 de noviembre).

El texto oficial detalla: “En SE41 se registra 1 caso de Ómicron BQ.1.1 y 1 caso de Ómicron XBB.116″. Es decir que estas dos subvariantes de preocupación ya circulaban en Argentina desde hace 5 semanas atrás, pero no habían aparecido en los Boletines Epidemiológicos anteriores de octubre y noviembre o, más precisamente, del 9 al 15 de octubre que es la semana 41.

En este contexto, el pasado miércoles el Ministerio de Salud de la Nación aclaró que eran falsos los mensajes que se habían viralizado por Whatsapp que alertaban sobre la peligrosidad y su supuesta mayor letalidad de la nueva variante de Ómicron XBB.

Consultado al respecto por Infobae, el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253) sostuvo: “Hemos estado observando el aumento de la variante BQ.1.1 durante las últimas semanas, como uno de los SARS-CoV-2 más inmunes y evasivos vistos hasta ahora”. “A diferencia de los otros sublinajes analizados, BQ.1.1 muestra resistencia a todos los anticuerpos monoclonales disponibles, y eso ciertamente refuerza las propiedades de escape inmunológico de esta variante -analizó el especialista-. Claramente, en ese sentido, BQ.1.1 es una variante más preocupante que BQ.1, por lo que es clave observar su evolución en las próximas semanas”.

Geffner: "Es muy importante darse la tercera dosis a partir de los cuatro meses de haberse dado la segunda, y la cuarta a cuatro meses de la tercera" (Getty)
Geffner: "Es muy importante darse la tercera dosis a partir de los cuatro meses de haberse dado la segunda, y la cuarta a cuatro meses de la tercera" (Getty)

La buena noticia, para él, es que “esta es la primera vez en la pandemia que una variante con una evasión inmune tan marcada y clara no produjo una nueva oleada pandémica importante”. Como ejemplos de variantes anteriores que desataron picos de contagios se encuentran Beta, Gamma, Ómicron BA.1, BA.2 y BA.5. “Cada una de estas variantes condujo a grandes olas a nivel mundial o en continentes específicos, tal como lo hizo Beta en Sudáfrica o Gamma en América del Sur”, señaló Debbag, para quien “es esperable que a fuerza de infecciones anteriores, vacunas, refuerzos y combinaciones de estos factores, el virus tenga cada vez más dificultades para encontrar nuevos huéspedes”.

Para eso, consideró, “es clave incrementar la aplicación de terceras y cuartas dosis de refuerzo en el país, ya que, como se vio, son las vacunas las que darán la mejor protección frente estas nuevas y todas las subvariantes que puedan surgir”.

¿Está cerca el final de la pandemia?

Para Topol, será clave que se desarrollen las vacunas nasales como refuerzo para el futuro (Getty)
Para Topol, será clave que se desarrollen las vacunas nasales como refuerzo para el futuro (Getty)

En una reciente publicación, el reconocido científico Eric Topol, director del Instituto de Investigación Traslacional, en California, Estados Unidos, sostuvo que “sería tentador interpretar la falta de impacto de BQ.1.1, en relación con sus propiedades de evasión inmune, como señal de que el mundo ya está fuera de peligro del COVID-19″.

“Se ha construido un muro de inmunidad a nivel de población durante tres años, con todas las infecciones y vacunas”, reconoció el experto, quien sin embargo destacó que “la tasa de mutación del SARS-CoV-2 ha aumentado un 30% en el último año”. “Todavía podría haber espacio dentro de Ómicron, y especialmente los recombinantes XBB, para representar una amenaza significativa -opinó-. Además, existe la sombría perspectiva de que surja una familia completamente nueva de variantes distintas de la cascada de mutaciones que hemos visto de Ómicron durante más de un año”.

Según su perspectiva, “existe la posibilidad de nuevos tiempos difíciles”. “Es por eso que aún es esencial desarrollar formas de lograr la inmunidad de la mucosa a través de las vacunas nasales para bloquear infecciones y aprovechar todo el trabajo que condujo a numerosos pan-sarbecovirus y pan-beta-coronavirus, anticuerpos neutralizantes que son plantillas para vacunas a prueba de vacunas”, concluyó.

Seguir leyendo

Guardar