La obesidad es una epidemia mundial. Y pese a todo lo que los especialistas se esfuerzan en remarcar que su solución nunca llegará de la mano de “alternativas milagrosas”, lo cierto es que cada vez que alguna personalidad destacada hace pública la manera en que cuida su silueta, estallan las redes sociales y se disparan las búsquedas en internet por parte de personas ávidas por conocer la nueva salvación de moda.
En este caso fue el empresario Elon Musk, que con sólo un tweet de tres palabras incrementó las ventas de un fármaco aprobado en los EEUU para tratar la diabetes y la obesidad. Tal fue el revuelo que la recomendación del magnate e influencers en TikTok provocó, que provocó la escasez del medicamento, poniendo en riesgo la continuidad del tratamiento de quienes lo usan para controlar su nivel de azúcar en sangre.
“Ayuno y Wegovy”, respondió Musk a un seguidor de Twitter que le preguntó qué hacía para estar en forma y tener un cuerpo “sorprendente”. Y la polémica no tardó en desatarse.
El ayuno intermitente y sus beneficios para la salud y el descenso de peso se conocen desde hace un tiempo, cuando varias celebrities hicieron público que lo utilizan como método para mantenerse en forma.
Pero, ¿qué es Wegovy? ¿Y por qué el magnate lo recomienda para bajar de peso?
Para empezar, conviene aclarar que Wegovy es el nombre comercial del fármaco semaglutida, que es un análogo de GLP1, una hormona que se produce en el intestino post ingesta de alimentos y actúa a nivel central promoviendo la saciedad. La droga es utilizada para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y contra el sobrepeso y la obesidad, según el caso y la indicación médica.
El medicamento viene en dos presentaciones: en dosis de 0,25, 0,5 y 1 miligramo para el tratamiento de la diabetes (en cuyo caso el nombre comercial es Ozempic) y semaglutida 2,4 miligramos es Wegovy, indicado para el sobrepeso y la obesidad en mayores a 18 años. Ambas presentaciones fueron aprobadas en 2021 por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés).
En la Argentina, en tanto, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) autorizó ese mismo año Ozempic para su uso en diabetes tipo 2.
Los medicamentos deben ser indicados por un médico
Parece obvio, pero las modas en redes sociales y la influencia de celebrities o influencers al recomendar un producto provocan, muchas veces, una demanda desmedida de lo que sea que “invitan” a adquirir. Y cuando se trata, como en este caso, de un fármaco, su búsqueda por parte de los consumidores por fuera del sistema de salud puede poner en peligro a quienes se automedican.
En el caso de este medicamento, Marianela Aguirre Ackermann, médica especialista en Nutrición y Diabetes (MN 151.867) y coordinadora del Grupo de Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), explicó a Infobae que las opciones terapéuticas se suman a otras disponibles con anterioridad, con similares características.
“Liraglutida 1,8 miligramos, cuyo marca comercial es Victoza está indicado para el tratamiento de la diabetes tipo 2 -detalló la experta-. En tanto, liraglutida 3,0 miligramos es Saxenda y está indicado para tratar sobrepeso y obesidad en mayores de 18 años y obesidad en mayores de 12 años”.
El medicamento está autorizado en el país desde 2018. “Se trata de la misma droga, con diferentes dosis y diferentes nombres comerciales según su uso”, detalló Aguirre Ackermann, quien enfatizó que “los resultados de su utilización se observan en conjunto con cambios del estilo de vida”.
A grandes rasgos, la diferencia entre liraglutida y semaglutida es su “vida útil”, lo que permite que el segundo sea utilizado una vez por semana. Además, “estudios comparativos demostraron que es superior respecto a la pérdida de peso”, señaló la nutricionista, y amplió: “Los ensayos de liraglutida demostraron que promueve un descenso del 8% en 56 semanas mientras que los voluntarios que usaron semaglutida perdieron 14,9% de peso en el mismo tiempo”.
“Son drogas seguras y efectivas”, enfatizó la especialista acerca de las polémicas que generó el hecho de que personalidades públicas recomendaran su uso. “Además, son de venta exclusiva bajo receta y según las indicaciones médicas”, sumó.
A su turno, el médico nutricionista Alberto Cormillot (MN 24.518) sostuvo que “se trata de una droga muy buena porque tiene dos efectos, regula el apetito y regula la cantidad de azúcar que hay en la sangre. Tiene la propiedad de estimular al páncreas para que produzca más insulina. Además, las células del páncreas, que son las que fabrican insulina, que se han muerto o adormecido empiezan a revivir y hay más células del páncreas resolviendo el tema del aumento del azúcar, la hipoglucemia.
Respecto de la extensión del tratamiento con semaglutida para bajar de peso, Cormillot recordó que “la obesidad es una enfermedad crónica y las enfermedades crónicas requieren tratamiento crónico, el tratamiento viene para quedarse. Es igual que una persona hipertensa que se tiene que tratar durante el resto de su vida”.
Otra de las ventajas que el especialista encontró en este fármaco es que son “muy pocos” los efectos secundarios. Eventualmente puede producir “náuseas o algún problema digestivo”.
Sobre cuál es su accionar en el organismo, Aguirre Ackermann destacó que “promueve saciedad a nivel del sistema nervioso y al mismo tiempo estimula la secreción pancreática de insulina”. “GLP1 es una hormona que se produce en el intestino y se libera post ingesta de alimentos, actuando a nivel central para frenar la ingesta -detalló la especialista de la SAN-. Lo que ocurre es que GLP1 tiene vida media de dos minutos y es clivada (degradada) por la enzima DPP4, por lo que lo novedoso de este análogo es que tiene una modificación que hace que su vida media prolongue su acción”.
“Lo bueno de este medicamento es que hay receptores de GLP1 en varios órganos, con lo cual hay mecanismos que mejoran otros aspectos”, enfatizó la nutricionista en relación a que el medicamento disminuye la grasa hepática, mejora la resistencia a la insulina, entre otros efectos más allá de la pérdida de peso.
Finalmente, Cormillot aclaró que “el fármaco se aplica una vez por semana a través de una inyección subcutánea y no necesita ser administrado por personal de la salud, sino que lo hace el propio paciente”. “Es como la insulina, viene en una jeringa que es autoadministrable”, concluyó.
La obesidad es una enfermedad crónica que se considera la epidemia del siglo XXI y la urgencia por combatirla toma día a día un lugar primordial en la salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 167 millones de personas se volverán menos saludables debido a sobrepeso y obesidad.
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