Cada año entre noviembre y diciembre, hay más reuniones por celebraciones como el Día de Acción de Gracias o los festejos de Navidad y Fin de año En los últimos dos años después de esas celebraciones -que se hacen generalmente en espacios cerrados con inadecuada ventilación- aumentaron los casos de COVID-19.
Pero este año 2022 se da una situación diferente: hay una “tripledemia” con la circulación simultánea del coronavirus junto con los virus que causan la gripe y la bronquiolitis. Además, están avanzando nuevos sublinajes de la variante Ómicron del coronavirus -incluyendo el llamado popularmente “Perro del infierno”, que aumentó su frecuencia en América del Norte. Además, en Sudamérica, se vigila también la aparición del sublinaje Ómicron BE.9, que fue detectada en el Estado del Amazonas en Brasil.
En países como los Estados Unidos, aún unas 300 personas por día se mueren por el COVID-19, a pesar de que hay vacunas y tratamientos disponibles. Sólo el 68% de la población aceptó aplicarse el esquema primario de vacunas y el 34% recibió refuerzos.
Además la gripe y el virus sincicial respiratorio que causa la bronquiolitis impactaron más este año. Guardias y salas de internación en pediatría de hospitales de los Estados Unidos están desbordadas y hay familias que tienen que esperar hasta ocho horas para que atiendan a los chicos enfermos. En Canadá, México y Brasil también crecieron los casos de bronquiolitis.
En la Argentina, los casos de personas diagnosticadas por testeos con el COVID-19 aumentaron un 57% durante las últimas dos semanas. Se reportaron 150 casos de bronquiolitis en la primera semana de noviembre (aunque esa incidencia es mucho menor a la que se registró en otoño e invierno). Mientras tanto, en plena primavera, se produjo un brote inusual de gripe, con un pico de afectados -con mucha fiebre y dolor de cabeza- en la semana del 23 de octubre. Se dio una situación similar en Uruguay.
En Perú, el Ministerio de Salud también alertó un incremento del COVID en las regiones Arequipa, Loreto, Cusco y Lima Metropolitana. En tanto, en Brasil, en los primeros veinte días de noviembre el número de casos superó los 95.000, con un aumento del 292 % en relación al mes anterior. Un incremento que llevó a que la autoridad sanitaria volviera a exigir el uso obligatorio de las mascarillas o barbijos en los aeropuertos y vuelos de Brasil.
“Está circulando un popurrí de virus respiratorios en un momento raro este año. En 2020 la circulación del coronavirus junto con las medidas de prevención hicieron que se aplastara la transmisión de otros virus respiratorios. En 2022 fue diferente. El coronavirus aún no es estacional”, dijo a Infobae la Directora Nacional de Epidemiologia e Información Estratégica del Ministerio de Salud de la Nación, Analía Rearte.
Para las próximas semanas y durante el verano, la funcionaria argentina alertó que los casos de COVID-19 podrían aumentar. “Los nuevos sublinajes de la variante Ómicron son más transmisibles. Se necesita que las personas se apliquen las dosis de refuerzo contra el COVID-19 para reducir el riesgo de tener complicaciones”, recomendó Rearte.
Uno de los factores que podrían jugar en contra es que la población adhirió menos a la aplicación de las dosis de refuerzo o “booster” contra el COVID-19 y ahora está menos protegida. Esas dosis son necesarias porque la protección de las dosis del esquema primario va decayendo con el paso del tiempo. La mayoría se aplicó el esquema primario el año pasado.
En la Argentina, solo el 49% de la población se aplicó el primer refuerzo. El 14% aceptó la aplicación del segundo refuerzo. Ya está habilitado el tercer refuerzo para mayores de 50 años, personal de salud, personas con condiciones de riesgo y que hayan recibido su segundo refuerzo hace más de 4 meses.
La pandemia sigue con la propagación de los sublinajes de la variante Ómicron, que fue detectada en noviembre del año pasado y logró expandirse y convertirse en la predominante en todo el mundo. Ahora están creciendo Ómicron BQ.1 y su sublinaje, Q.1.1 (conocido como “perro del infierno”).
“BQ.1 y Q.1.1 ya fueron detectados en la Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Brasil. En este último país hay algunos indicios de que está aumentando su frecuencia. Esto no es una sorpresa y es probable que se expanda en la región de Sudamérica en el corto plazo, ya que eso se ha observado en los Estados Unidos donde ya representa el 50% de las detecciones”, afirmó en diálogo con Infobae el doctor Humberto Debat, investigador en virología del INTA e integrante del Consorcio Argentino de Genómica del SARS-CoV-2 (Proyecto PAIS) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
“La combinación de sus ventajas de crecimiento con respecto a otros sublinajes de Ómicron y la gran capacidad de escape inmune explicarían este comportamiento de los nuevos sublinajes”, señaló el doctor Debat.
“En un contexto regional de baja de pre-inmunidad de la población por los meses que han pasado desde las últimas olas de infecciones sumado a una disminución radical en la tasa de aplicación de las dosis de refuerzos se favorece la circulación del coronavirus y potencialmente nuevas olas de infecciones, algo que parecería estar sucediendo al menos en Brasil”, advirtió.
Aunque el experto aclaró: “Debemos recordar que estas nuevas versiones del virus siguen siendo Ómicron. Por lo que se espera que el impacto sanitario de nuevas olas sea bajo”.
El 12 de noviembre pasado, la Red Genómica FioCruz de Brasil anunció la detección de BE.9, otro sublinaje de Ómicron. “Es derivado de Ómicron BA.5 y fue recientemente detectado en el Amazonas, un territorio de gran relevancia a nivel regional ya que fue el lugar de emergencia de la variante Gamma, en 2021″, recordó Debat.
“El Estado de Amazonas -subrayó- está reflejando un aumento de casos significativo en las últimas semanas. Aún no hay reportes de su detección en otras regiones del mundo. Estamos atentos a su potencial expansión dentro de Brasil y en la región”.
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