La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo, es decir, al 1% de la población.
Cerca de 500.000 personas en Argentina tienen diagnóstico de esquizofrenia. En palabras del médico psiquiatra e investigador médico de Argentina Mariano Álvarez Caches, “es una de las enfermedades que más comprometen lo que una persona es como ser humano. Las afecta en su forma de sentir y de expresar sentimientos, la manera en que comprendemos y expresamos nuestros pensamientos y también en cómo podemos pedir o intercambiar con los demás”.
De allí la importancia de un ensayo en Fase III que por primera vez estudia un medicamento para tratar los síntomas cognitivos de la esquizofrenia. El mismo se desarrolla en 251 centros de investigación en todo el mundo y más de 1.500 voluntarios son parte del trabajo, llamado CONNEX.
“Las personas con esquizofrenia pueden manifestar síntomas cognitivos de la enfermedad como pérdida de memoria o dificultad para seguir la trama de una película o de un libro, entablar una conversación y planificar o modificar sus planes”, explican en la web Un ensayo para mí, el primer buscador de ensayos clínicos en español para toda Latinoamérica.
“Tratar los síntomas cognitivos de la esquizofrenia permitiría a los pacientes mejorar su calidad de vida. Por eso, se estudia si el medicamento llamado BI 425809 influye en el aprendizaje y la memoria en personas con esquizofrenia”, señalan en Un ensayo para mí.
Por qué tratar el deterioro cognitivo
De acuerdo con la creencia social, las personas con esquizofrenia viven constantemente escuchando voces, teniendo alucinaciones o pensamientos delirantes. Sin embargo, esto no sucede en todos los casos, ya que existen tratamientos antipsicóticos que permiten controlar esos síntomas.
Por otro lado, un mito muy arraigado en la sociedad es que las personas con esquizofrenia dependen cien por ciento de un cuidador. Sin embargo, datos que se desprenden de un ensayo clínico que se encuentra activo en la Argentina, indican que el 63,5% de quienes se postularon para participar de esta investigación médica, gestionaron la inscripción por sí mismos.
Estos resultados demuestran que hay personas que, con un tratamiento adecuado, pueden mantenerse estables y gestionar su salud con autonomía.
¿Cuáles son los tratamientos actuales contra la esquizofrenia?
En la actualidad, los pacientes con esquizofrenia pueden acceder a diferentes opciones de tratamiento para abordar los síntomas psicóticos y negativos de la enfermedad. Sin embargo, no existe una alternativa para tratar los síntomas cognitivos de la esquizofrenia: problemas de atención, concentración y memoria que pueden dificultar el seguimiento de una conversación, aprender conceptos nuevos o recordar citas.
Estos síntomas no tienen tratamiento y son sumamente importantes para que las personas con este diagnóstico puedan desarrollarse en la vida diaria.
Álvarez Caches es el director del centro de neurociencia cognitiva aplicada Seres -ubicado en la Capital Federal-, uno de los 251 en todo el mundo donde se desarrolla el estudio. Para él, “si bien la esquizofrenia es una enfermedad biológica, tiene un componente y un alto impacto social y económico a nivel mundial. Se ha mantenido a lo largo de los años en el 1% de la población, sin cambios, y esto habla del profundo componente biológico. Es una enfermedad que afecta el desarrollo de la vida y, sobre todo, volviendo a tomar lo primero es una enfermedad que afecta la independencia y la capacidad de ser libres de quien la padece”.
Consultado sobre cuáles son los principales síntomas de la esquizofrenia, el experto explicó que “los síntomas de la esquizofrenia tienen tres grandes universos”. “El primer gran universo es el de los síntomas positivos, que por ser los más llamativos, son los primeros que aparecen y están vinculados con lo que se conoce como brote, son los que primero se trataron: las alucinaciones auditivas (es decir, la persona oye voces que los demás no pueden escuchar), las ideas delirantes y los comportamientos de excitación psicomotriz”, describió.
“Los síntomas negativos son los síntomas relacionados a la pérdida de la voluntad, la pérdida de propósito de vida -continuó-. Hacen que las personas que ya salieron de su cuadro agudo permanezcan tiradas en la cama, no puedan hacer nada por sí mismas, que haya que estimularlas todo el tiempo para que, incluso, colaboren en circunstancias de la casa. Estos síntomas tuvieron un gran avance en el tratamiento a partir de los finales del siglo XX con la aparición de los antipsicóticos atípicos que modificaron un poco esta cuestión de la voluntad”.
En ese sentido, Álvarez Caches sostuvo que “lo que quedó pendiente de tratamiento fue el tercer gran universo de la enfermedad de las esquizofrenias, que es todo lo que tiene que ver con la afección de cómo piensan y cómo sienten las personas, entendiendo los sentimientos como pensamientos complejos”.
“Ese deterioro cognitivo es el que finalmente hace que el paciente esquizofrénico siga necesitando de los otros, no pueda desarrollar una vida independiente y ese era el punto más importante de la investigación en esta patología para poder darle a la persona, acercarla lo más posible a una vida autónoma e independiente”, enfatizó.
“La deuda sobre los tratamientos y rehabilitación neurocognitiva en los pacientes esquizofrénicos fue y es motivo de líneas muy actuales de investigación clínica”, señaló el investigador, para quien “particularmente CONNEX es un programa que aborda biológicamente una de las sustancias naturales que hacen al desarrollo cognitivo que es el glutamato, que favorece el desarrollo cognitivo y hace que este tercer universo de síntomas que no estaba abordado, permita a las personas con esquizofrenia retomar una vida autónoma e independiente, volviendo a ser personas que pueden sostener un trabajo, sostener una relación personal o sostener una actividad aunque sea lúdica”.
Cómo es vivir con esquizofrenia
Algunos postulantes al ensayo clínico en la Argentina, cuya identidad es mantenida bajo reserva en el marco del estudio, contaron cómo es convivir con la enfermedad y buscan erradicar los prejuicios alrededor de este trastorno mental.
“Estoy medicada y estable. Olvido palabras y no puedo mantener conversaciones coherentes. Si salgo sola, me suelo perder. Por suerte mi marido me ayuda, es un gran sostén para mí. Tengo estudios terciarios y no dejé nunca de trabajar, es algo muy importante”, relató una mujer de 36 años con esquizofrenia.
Una joven de 22 años también contó cómo la esquizofrenia afecta a su vida diaria: “Sufro de ansiedad, cambios de ánimo. Me cuesta un montón mantener la concentración, he tenido muchas dificultades en la universidad. Me cuesta planificar cosas un montón. En cuanto a recordar fechas igual tengo dificultades pero no tan serias”.
El 32,7% de quienes completaron el formulario de preinscripción al estudio son familiares de personas con esquizofrenia. “Mi hijo fue diagnosticado hace 10 años. Estaba cursando ingeniería en la universidad. Tuvo que dejar la carrera, pero no pierde las esperanzas de que pueda retomar. Él es muy inteligente, tenía todo por delante. Hoy por hoy tiene dificultades para memorizar, para planificar y sostener actividades”, sostuvo el padre de un joven con esquizofrenia.
“Mi hija es muy inteligente pero le cuesta mucho trabajo estudiar en las clases presenciales, mientras tuvo sus clases en línea por la pandemia tenía muy buenas calificaciones, pero le cuesta mucho relacionarse, tiene un gran trastorno cognitivo”, relató la mamá de una joven de 23 años.
“Soy un joven que tiene alucinaciones, y en el último año experimento una pérdida de memoria importante. Ha sido terrible ya que antes que me ocurriera esto estudiaba derecho, egresé de una carrera universitaria, pero de repente empecé a experimentar alucinaciones y una pérdida de memoria considerable. Sólo tengo 30 años”, compartió un joven participante del estudio.
Un dato importante para comprender la importancia de tratar los síntomas cognitivos de la esquizofrenia es que el 82,9% de las personas que se postularon al ensayo clínico no pueden completar actividades de la vida cotidiana, como seguir el hilo de una conversación.
La franja etaria más interesada en participar de la investigación médica fueron personas entre 25 y 34 años, que vieron interrumpida su vida social y autónoma a causa del diagnóstico de esquizofrenia.
Para finalizar, cabe aclarar que aquellas personas de 18 a 50 años que tengan diagnóstico de esquizofrenia aún pueden postularse para participar de este ensayo clínico. Para más información pueden ingresar al link o escribir a info@unensayoparami.org
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