A nivel mundial, el número de casos de personas con COVID-19 disminuyó un 15% durante la semana del 31 de octubre al 6 de noviembre, en comparación con la semana anterior, con más de 2,1 millones de nuevos casos notificados. El número de muertes disminuyó en un 10%, en comparación con la semana anterior, con alrededor de 9.400 víctimas mortales notificadas.
En ese contexto, se están difundiendo los resultados de estudios con las dosis de vacunas de refuerzos actualizadas -que incluyen componentes de la cepa original del virus y de la variante Ómicron- y se monitorea de cerca a los nuevos sublinajes que se identifican en los afectados este mes.
Para el reconocido científico Eric Topol, director del Instituto de Investigación Traslacional, en California, Estados Unidos, también será clave que se desarrollen las vacunas nasales como refuerzo para el futuro. “No he perdido la esperanza de que impulsen las vacunas nasales de refuerzo como un camino para restablecer un nivel de protección alta contra las infecciones, y vacunas mejores, más duraderas y a prueba de variantes”, escribió en su newsletter semanal.
Por eso, Topol consideró que le había alegrado ver la solicitud de financiación del Gobierno de los Estados Unidos de 8.250 millones de dólares para los esfuerzos de respuesta al Covid, incluyendo un sucesor de la Operación Warp Speed que algunos llaman “Proyecto Covid Shield”. Esos fondos serán destinados a “impulsar el desarrollo de vacunas y tratamientos contra el coronavirus que sean eficaces contra un virus en evolución”, explicó.
Para el científico, esa asignación de fondo para vacunas nasales y tratamientos que consideren la evolución constante del coronavirus, “hace tiempo que debería haberse hecho”. Además, Topol señaló que los Estados Unidos deben dedicar recursos y prioridad al tema, “previendo la posibilidad de que el coronavirus SARS-CoV-2 evolucione mucho más allá de una multitud de sublinajes Ómicron a una nueva familia antigénicamente distinta”.
Desde noviembre del año pasado, la variante de preocupación Ómicron del coronavirus empezó a propagarse por el mundo, y desplazó a otras que estaban afectando a la población, principalmente a la variante Delta que era la predominante. En 2022, han aparecido diferentes sublinajes de Ómicron que van predominante y causando diversas olas de casos de COVID-19.
Desde el mes pasado, se vigila al sublinaje de Ómicron BQ.1.1 que ya representa el 24% de los nuevos casos en los Estados Unidos. Ha estado aumentando constantemente su frecuencia en las últimas semanas, al menos por ahora en un cuarto hacia el dominio como se vio en Francia.
Otras variantes de interés en todo el mundo son la BR.2.1, que está mostrando una ventaja de crecimiento frente a la BQ.1.1 en partes de Australia, la BE.9 en la región amazónica de Sudamérica, y otras tantas en la mezcla de la sopa. Hasta ahora, ninguna (aparte de BQ.1.1 y XBB) ha alcanzado un nivel alto en ningún país.
Hasta que se demuestre lo contrario, según el doctor Topol, el sublinaje BQ.1.1, “con su documentada y marcada evasión inmunológica, es una aproximación a las propiedades de laboratorio de la mayoría de las otras variantes que aparecen a continuación”.
El experto advirtió que la baja tasa de cobertura de refuerzo podría hacer que la población de los Estados Unidos fuera más vulnerable que la de los países de Europa, Asia, Australia y Nueva Zelanda. Más del 70% de los estadounidenses de la tercera edad (mayores de 65 años) aún no han recibido el refuerzo, y mucho menos los grupos de edad más jóvenes, en los que la tasa de aceptación es considerablemente menor.
Topol afirmó: “Por el momento, las nuevas variantes no son el problema y es posible que no se desarrollen como las impulsoras de las oleas anteriores”. Pero alertó que el impacto de los nuevos sublinajes dependerá del comportamiento humano. El incipiente invierno, el cambio de pasar a estar más tiempo en espacios cerrados, la ventilación inadecuada y de las próximas reuniones navideñas pueden ser factores que contribuyen a más contagios, señaló.
“Nuestra responsabilidad es atribuible a la falta de mantenimiento de la vigilancia, al uso de mascarillas de alta calidad en los momentos y entornos adecuados, y a permitir la disminución de la inmunidad humoral. Yo recomendaría encarecidamente el refuerzo bivalente, especialmente relevante para todos los mayores de 50 años, con respecto a la reducción de la Covid grave. Es probable que también ayude a reducir el potencial de Covid largo en todos los grupos de edad”.
Con respecto a las dosis de refuerzo, la empresa Moderna presentó los datos para su dosis bivalente BA.5. Esa vacuna bivalente un aumento de 5 a 6 veces de los anticuerpos neutralizantes en comparación con el refuerzo de la cepa original.
El estudio sobre la bivalente de Moderna consistió en un evaluación realizada en más de 500 adultos, con un rango de edad más amplio, de 19 a 89 años. También incluyó un pequeño estudio de 40 participantes que demostró una respuesta “robusta” de anticuerpos neutralizantes contra el BQ.1.1.
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