A nivel mundial las mujeres representan el 33% de los investigadores en las ciencias, a pesar de que representan el 45% y el 55% de los estudiantes de grado y de maestrías y el 44% de los matriculados en programas de doctorado. Es decir que, si bien la participación femenina creció en los últimos años, aún esta evolución es muy lenta. Y esta realidad se refleja de manera contundente en las mujeres distinguidas con el Premio Nobel en áreas científicas: representan sólo el 6%.
Con este marco y mientras los vientos de cambio están en marcha, se celebró esta tarde la 16va. edición del L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, en colaboración con CONICET, cuyo objetivo principal es reconocer y visibilizar la labor de las mujeres en el ámbito científico.
La ceremonia, que tuvo lugar en el Centro Cultural de la Ciencia y comenzó a las 16 hs, contó con la presencia del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, presidente y director general de L’Oréal Argentina, Jean-Noël Divet; Ernesto Fernández Polcuch, director de la Oficina para América Latina y el Caribe de Unesco, y la presidenta del CONICET, Ana Franchi.
En Argentina, estos premios se llevan a cabo desde hace 16 años. “A través de este programa, año a año, conectamos el ADN innovador de L’́Oréal con el empoderamiento femenino y, a la vez, buscamos promover y estimular la participación de las mujeres en la ciencia”, aseguraron desde la compañía.
La ceremonia de premiación comenzó a las 16 de este lunes, en el Centro Cultural de la Ciencia. Con modalidad presencial y virtual, se transmitió a través de la home de Infobae. La conducción del evento estuvo a cargo de la periodista Daniela Ballester, mientras que Daniela Blanco, periodista y directora del área Tendencias en de este medio, dio un breve contexto a nivel nacional y mundial del ámbito científico. Para finalizar, Nora Bär, periodista científica, entrevistó a las ganadoras por primera vez.
Los proyectos que participaron estuvieron enmarcados en las Ciencias de la Materia, específicamente en una o varias esferas de alguna de las siguientes áreas/disciplinas: Ciencias Exactas y Naturales: Ciencias Químicas; Física; Astronomía; Matemática y Computación; Ciencias de la Tierra, del Agua y de la Atmósfera. Y Ciencias Agrarias, de la Ingeniería y de Materiales: Ciencias Agrarias; Ciencias Ambientales; Hábitat y Diseño; Informática; Ingeniería Civil, Eléctrica, Mecánica e Ingeniería Relacionadas; Ingeniería de Alimentos y Biotecnología; Ingeniería de Procesos; Ingeniería y Tecnología de Materiales y Desarrollo Tecnológico y Social.
“Desde el comienzo de los tiempos, las mujeres en el ámbito de la ciencia han sufrido una profunda invisibilización. Han sido poco reconocidas por sus trabajos y, muy frecuentemente sus trabajos fueron firmados por sus colegas masculinos para ganar credibilidad. Esto es lo que se conoce como el ‘efecto Matilda’, un fenómeno que suprime la contribución de las mujeres en el desarrollo de inventos o en la investigación”, añadieron.
Y agregaron: “A través del Premio, recuperamos los nombres de ellas y queremos que sean reconocidas por su trabajo. No solo porque cambiaron el mundo por sus hallazgos, sino porque al hacerlo, cambiaron las reglas. De este modo, durante esta decimosexta edición del Premio, presentamos la nueva campaña: ‘La ciencia cambia el mundo, ellas las reglas’”.
Quiénes fueron las ganadoras de la 16va. edición
En la categoría Premio, la ganadora fue la doctora Carla Eugenia Giacomelli, Investigadora Principal en Córdoba del Instituto de Investigaciones en fisicoquímica de Córdoba (INFIQC, CONICET-UNC). Su proyecto “Materiales biorresponsivos: cómo reparar tejidos con genes”, tiene por objetivo diseñar biomateriales híbridos mediante la integración de distintos componentes que permitan estimular la regeneración ósea a partir de la modulación de la expresión génica.
“Es una gratificación y un reconocimiento tanto personal como para el equipo de investigación que lleva adelante el proyecto. Sin dudas, representa una excelente oportunidad para visibilizar el trabajo de investigación que llevamos a cabo en nuestro laboratorio, en el cual no sólo realizamos investigación básica sino también actividades de vinculación con el sector socio-productivo. Esto nos permite dar cuenta a la sociedad de las contribuciones científicas que se pueden realizar desde la universidad pública y desde los institutos del CONICET en el interior del país”, manifestó Giacomelli en una entrevista con Infobae.
Para la investigadora, “visibilizar el trabajo en ciencia de una mujer en el interior del país creo que ayudará a niñas, adolescentes y jóvenes a embarcarse en esta fascinante aventura que es la labor científica, habitualmente vinculada con una actividad masculina, solitaria y rutinaria. Si bien es cierto que la brecha de género en las STEM es importante, de ninguna manera las actividades científicas son sólo para hombres, sino que se trata de un trabajo colectivo y creativo que debe nutrirse de tantas diversidades como sea factible”.
La ganadora de la categoría Beca fue la doctora Guillermina Amica, Investigadora Asistente en el Centro Atómico Bariloche (CAB), Comisión Nacional de Energía Atómica CONICET, por su trabajo “Conversión de CO2 para la generación de gas natural sintético empleando materiales formadores de hidruros“. A través de su proyecto, busca desarrollar materiales con propiedades duales y evaluar su factibilidad de aplicación para la conversión selectiva de CO2 a combustibles sintéticos de interés industrial.
“Recibir este premio me llena de alegría y orgullo porque significa un reconocimiento no solo a mi trabajo, sino también al de todo un equipo multidisciplinario que se desempeña en esta línea de investigación. Siendo una joven investigadora, considero al premio como un punto de partida, un impulso de energía que hace que el compromiso sea aún mayor”, aseguró emocionada.
Y concluyó: “Esta distinción da mucha visibilidad incluso por fuera del ámbito científico. Nos permite llegar a un público mucho más amplio y contar, en un lenguaje simple, en qué estamos trabajando algunas mujeres que nos dedicamos a la ciencia en el país. Es un premio que pone a la mujer en el centro de la escena y considero que las actividades de divulgación científica que vienen asociadas a él ayudan a romper ciertos estereotipos que confinan esta labor al ámbito masculino, de cierta edad, alejado de la sociedad”.
Menciones especiales en la categoría Premio:
Recibió una mención especial en esta categoría la doctora Lucía Mercedes Fama, investigadora del CONICET en el Instituto de Física de Buenos Aires (IFBA, UBA-CONICET) por su proyecto “Materiales multifuncionales BioBasados desarrollados a partir de recursos naturales, desechos industriales y procesos verdes, para mejorar el rendimiento y la sostenibilidad de los envases de alimentos”.
También, la doctora Liliana Verónica Mogni, investigadora del CONICET en la Unidad Ejecutora Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (INN, CONICET-CNEA), por su trabajo “Materiales nanoestructurados para conversión electroquímica de energía con pilas de combustible y electrolizadores de alta temperatura”.
Menciones especiales en la categoría Beca:
Por su parte, recibió una mención especial en esta categoría la doctora Lucía Asaro, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA, CONICET-UNMDP) por su proyecto “Desarrollo de un proceso eco-innovador para el reciclaje y revalorización de residuos de caucho mediante el uso de microondas”.
En la misma línea fue reconocida la doctora Noelia D ́Elía, investigadora del CONICET en el Instituto de Química del Sur (INQUISUR, CONICET-UNS) por su trabajo “Biofábrica de Implantes Óseos: Utilización de un hongo terapéutico para la obtención de rellenos óseos con propiedades superiores”.
Infobae y un mano a mano con las dos galardonadas
— ¿Cuál es el rol de las mujeres en la ciencia?
— Giacomelli: Al menos en lo que respecta a las Ciencias Exactas y Naturales, depende fuertemente del estadio en la trayectoria que se mire. Es así que no aparecen brechas de género en el grado o posgrado universitario, aunque las diferencias se hacen evidentes en la medida que se pretenda avanzar para alcanzar posiciones jerárquicas dentro de las Universidades o del CONICET, y/o se aspire a acceder a puestos clave para la toma de decisiones y la definición de políticas.
Esta situación es clara, cuando se compara, por ejemplo, el número de mujeres en las categorías más bajas respecto del número de mujeres en las categorías más altas, ya sea de profesoras universitarias como de investigadoras del CONICET. Del mismo modo, esta situación es clara si se analiza la conformación de los órganos de gobierno universitarios (rectorados y decanatos), del CONICET o de los Ministerios de Ciencia y Tecnología nacional y provinciales.
Los principales obstáculos son culturales y sociales, arraigados en la idea que las mujeres deben estar a cargo de las tareas de cuidado y eventualmente relegar su proyección y crecimiento profesional. Esos mismos estereotipos posicionan a la mujer desfavorablemente respecto de los hombres al momento de decidir quiénes poseen mejores capacidades para puestos que impliquen toma de decisiones políticas, institucionales y de gestión.
Aunque obvio, esta asimetría no se debe a la falta de idoneidad femenina para desempeñarse en puestos jerárquicos con altos requerimientos de responsabilidad para la toma de decisión y la definición de políticas, sino que se vincula con estereotipos culturales y sociales, que impactan desde temprana edad a las niñas y adolescentes, que limita la participación de las mujeres en los mecanismos establecidos para acceder a este tipo de posiciones.
— ¿Cuáles son los principales obstáculos para el desempeño de la mujer en este ambiente?
— Amica: Si bien se ve mucha más participación de la mujer en ámbitos científicos, esto no se ve tan equiparado en todas áreas. Muchas mujeres que se dedican a la ciencia se encuentran con un techo de cristal más fuerte que en otros ámbitos.
Siendo mamá de dos nenes chiquitos, creo que también podría mencionarse la dificultad con las que a veces nos encontramos las mujeres que intentamos combinar la actividad profesional con la maternidad, sobre todo en su etapa inicial que es tan demandante y puede implicar una disminución de la productividad. De todos modos, creo que la elección de una carrera tiene que ser consecuencia de una vocación o interés genuino y de ninguna manera puede estar condicionado o sujeto a condiciones de género; tal vez tiempo atrás sucedía, pero hoy no deberíamos siquiera cuestionarlo.
El programa Internacional For Women In Science, en colaboración con la UNESCO, permite despertar vocaciones científicas entre las niñas, apoyar a jóvenes investigadoras y recompensar la excelencia en un campo en que las mujeres deberían estar mucho más presentes. Desde 1998 (24 años), el programa L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” ha reconocido y celebrado a eminentes mujeres en la ciencia en todo el mundo. Hasta el día de hoy, la alianza ha distinguido a más de 3.900 investigadoras de 117 países.
El Premio Nobel otorgado el último año a Emmanuelle Charpentier y a Jennifer A. Doudna, eleva a 5 el número de Laureadas de los premios internacionales “L’Oréal-UNESCO Por las Mujeres en la Ciencia” que han recibido esta distinción, después de Christiane Nüsslein Volhard (Premio Nobel de Medicina en 1995), Ada Yonath (Premio Nobel de Química en 2009) y Elizabeth H. Blackburn (Premio Nobel de Medicina en 2009). A lo largo de los años, Argentina ha obtenido 10 científicas reconocidas en el Premio Internacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, siendo el país de Latinoamérica con mayor cantidad de premiadas de la región: 7 Laureadas y 3 en la categoría Rising Talent.
Seguir leyendo: